Visitamos Amarna, la ciudad de Ajenatón

En Amarna levantó en faraón Ajenatón una nueva y efímera capital de Egipto. Es uno de los tesoros menos conocidos de este país.
Visitamos Amarna, la ciudad de Ajenatón
Rocío Rivas Martínez

Escrito y verificado por la historiadora y antropóloga Rocío Rivas Martínez.

Última actualización: 29 agosto, 2019

En Tell El Amarna (Egipto Medio) se sitúa Ajetatón, ‘El Horizonte de Atón’, la que fuera capital de Egipto durante dos años del reinado del faraón Ajenatón y en la que se rindió culto al único dios, Atón. ¿Te atreves a descubrir su misteriosa historia y a pasear por las calles de esta mítica ciudad?

¿Quién fue Ajenatón?

Ajenatón, nacido como Amenofis, fue faraón de Egipto durante 17 años (1352-1338 a.C., Reino Nuevo). Su reinado fue el más controvertido del Antiguo Egipto, pues rompió con todo el equilibrio establecido y sus propios coetáneos, tras su muerte,  lo condenaron al olvido.

Primera etapa del reinado (1352-1348 a.C.): la continuidad

Estela de Ajenatón y Nefertiti
Estela de Ajenatón y Nefertiti

Los primeros cinco años del reinado de Ajenatón (como Amenofis IV) se caracterizaron por ser tranquilos. Sin embargo, poco a poco, el faraón fue introduciendo sutiles cambios en el plano religioso:

  • Comenzó a dar un trato privilegiado al dios solar Atón.
  • Empezó a beneficiar al clero de Atón, en detrimento del dios Amón.
  • Inició la construcción de numerosos templos en su honor.
  • El resto de dioses y su clero pasaron a un plano secundario.

Segunda etapa del reinado (1348-1338): la revolución

A partir del sexto año de su reinado, el faraón inició una revolución única en la historia de Egipto: adoptó el nombre de Ajenatón, fundó una nueva capital dedicada al dios Atón (Ajetatón), impuso el culto de Atón como el único, cerró los templos del resto de deidades e impuso un férreo culto sobre la pareja real (Ajenatón y Nefertiti).

Tras la muerte de Ajenatón, Egipto tornó a su situación anterior. Su hijo Tutankamón volvió a trasladar la capital a Tebas, restituyó el culto de todos los dioses y la ciudad de Atón fue abandonada bajo las arenas del desierto durante siglos.

Amarna: la ciudad del dios único, Atón

La definición de la ciudad de Atón pasó por dos fases. En una primera se eligió el terreno para su ubicación y en la segunda se construyó la ciudad.

La elección del terreno

Templo en Amarna
Restos de un templo en Amarna

El faraón eligió para la ubicación de su capital una llanura entre Menfis y Tebas. Para ello, se tuvieron en cuenta tres premisas: que fuera un área nunca antes poblada, que el terreno no estuviese vinculado a ningún dios y que fuera una zona rica en cultivos.

De esta forma, Ajenatón pasó a delimitar dicha área a través de 14 estelas fronterizas que cerraban el espacio y lo vinculaban a Atón. Es decir, marcó el espacio de forma física, mágica y simbólica.

La construcción de la ciudad

El levantamiento de la ciudad se realizó mediante un esquema que la dividía en cuatro áreas diferenciadas, conectadas a través de una gran avenida conocida como ‘la Vía Real’.

¿Cómo era la ciudad de Amarna?

Ciudad Norte

Palacio Norte en Amarna
Palacio Norte – Olaf Tausch / Wikimedia Commons

En esta área se ubicaba el palacio de la Ribera Norte (residencia privada de la familia real), las residencias de los funcionarios y cortesanos más cercanos al faraón, almacenes y barracones de la guardia real.

Barrio Norte

Era una zona que funcionaba como una pequeña área residencial y de descanso de la familia real. Además, en su interior también albergaba almacenes y un edificio para tareas administrativas.

Ciudad Central

Este era el núcleo religioso y administrativo de Amarna, pues aquí se ubicaban los principales edificios de la ciudad: el Pequeño Templo de Atón, el Gran Templo de Atón, el Gran Palacio, la Casa del Rey, el Archivo Real, puestos militares y algunas residencias.

Barrio Sur

Esta zona se configuró como el principal núcleo poblacional de la ciudad. Era aquí donde residía la mayor parte de la población, tanto de clase humilde como de clase alta.

Otras edificaciones presentes en Amarna

Necrópolis en Amarna
Necrópolis de Amarna

Fuera del área urbana se construyeron otras áreas relacionadas directamente con la vida de la ciudad. Destaca el barrio de los Obreros, ubicado cerca de los acantilados que rodeaban parte de Amarna.

Albergaba las viviendas y necrópolis de los obreros que construyeron la ciudad. Era una zona independiente, cerrada por un muro perimetral y formada por unas 68 viviendas dispuestas en hileras.

También hay que mencionar las necrópolis, que se localizaban en el interior del acantilado. Por un lado estaban las tumbas de los nobles y por otro las de toda la familia real. Muchas de ellas están inacabadas y otras vacías, pues cuando se abandonó la ciudad se llevaron a los difuntos para evitar robos.

Amarna en la actualidad

Detalle de la tumba de los faraones
Detalle de la tumba de los faraones

El yacimiento de Amarna se ubica en el Egipto Medio, una zona que durante muchos años ha sido catalogada como un área de riesgo para los turistas. De ahí, que la visita a esta ciudad haya estado muy limitada y que sea poco conocida.

Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado y cada vez es más común ver que el yacimiento Amarna se incluye en los paquetes turísticos. De hecho, en 2016 se abrió el Centro de Visitantes de Amarna, gestionado por el Ministerio de Antiguidades de Egipto, Amarna Project (Universidad de Cambrigde) y Michael Mallinson Architects.

El objetivo de este centro es el de introducir al turista en la importancia de la arqueología, en la realidad de Amarna, en su historia y en la figura de su fundador, Ajenatón. Este fue condenado al olvido, pero en la actualidad es una de las figuras más estudiadas por los egiptólogos.



  • Quesada Sanz, F. (1991). Tell el-Amarna. Status social  y arquitectura doméstica. Revista de arqueología, (119), 16-26.
  • Armijo,T. (1998).El horizonte del sol :La ciudad de Ajenaton y Nefertiti. Revista de arqueología, I(202), 20-31.
  • Armijo, T. (1998). El horizonte del sol: La ciudad de Ajenaton y Nefertiti. Revista de arqueología, II(203),34-45.
  • Bedman, T. (2002) El Amarna , la ciudad mágica de Atón. Historia 16,(313),31-37.
  • 3),31-37.