Alcaraz, el regalo de bodas a Isabel de Portugal

Lleno de edificios monumentales y protagonista de muchas gestas históricas, Alcaraz es uno de los lugares más espectaculares que te esperan en Albacete.

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 20 septiembre, 2019

Alcaraz es una bonita localidad de la provincia de Albacete cuya ocupación puede datarse desde la Prehistoria. Regalo de bodas del emperador Carlos V a su amada esposa Isabel de Portugal, esta localidad manchega tiene mucho que ofrecer a quienes la visitan.

Un poco de historia

La zona de Alcaraz ya estuvo habitada hace miles de años, gracias a que se sitúa en la confluencia de los ríos La Mesta y Escorial. Núcleo de población mozárabe, será a partir de época califal (siglos X y XI) cuando comience a desarrollarse. Su nombre proviene de la sierra en la que se ubica, la sierra de Alcaraz o de los Cerezos.

En 1213 Alcaraz pasa a manos cristianas. Allí se hacen fuertes en el avance contra los reinos musulmanes. Ya con el Tratado de Alcaraz, firmado en 1243, Fernando III el Santo ordena la entrada de sus tropas en los principales castillos de la Taifa de Murcia.

Más adelante, sus habitantes se enfrentarían a la Orden de Santiago para defender su autonomía y fue de las primeras localidades en posicionarse a favor de Isabel la Católica en su lucha por el trono de Castilla frente a Juana la Beltraneja.

Gracias a ello y años más tarde, los Reyes Católicos aprobaron que se derribaran sus murallas y que se destruyera su antigua fortaleza. De esta manera se pretendía que ningún noble pudiera controlarlos.

Qué ver en Alcaraz

La Plaza Mayor de Alcaraz

Es el punto neurálgico de esta localidad. Diseñada por el arquitecto y cantero Andrés de Vandelvira, está considerada una de las plazas más bonitas de España. Alrededor de ella se encuentran los principales edificios históricos de la ciudad: la torre del Tardón, la lonja de la Regatería o del Corregidor, la lonja de Santo Domingo y el Ayuntamiento.

Iglesia de la Santísima Trinidad

Es una mezcla de estilo gótico y renacentista y en su interior cuenta con un museo parroquial en el que se pueden contemplar obras traídas de Flandes, Borgoña, Nápoles, etc. Cuenta con dos capillas diseñadas y construidas por Vandelvira: la capilla de Pedro I el Grande y la capilla de los Ballesteros.

Hay otra capilla diseñada por este arquitecto, pero construida por sus discípulos tras la muerte de este. En ella se celebró la jura de lealtad al emperador Carlos V y la proclamación de la emperatriz Isabel como señora de la ciudad.

Torre del Tardón y el Ayuntamiento

Junto a la torre de la iglesia de la Santísima Trinidad se alza esbelta la torre del Tardón. Separadas por un estrecho callejón, la imagen que conforman es uno de los iconos de Albacete. Tiene este nombre porque es la torre del reloj. Forma parte del edificio de los actuales juzgados, ubicados en lo que antes fue el convento de Santo Domingo.

Un arco llamado de la Zapatería lo separa del edificio del Ayuntamiento. Este se construyó en estilo renacentista y también se le conoce como lonja del Alhorí. Allí se revisaban, pesaban y median todos los artículos que se iban a vender en el mercado que se organizaba en la plaza antes de ponerles precio.

La calle Mayor

Es la principal vía del centro histórico de Alcaraz. Parte de una de las esquinas del edificio del Ayuntamiento y en ella se pueden contemplar los principales palacios y casas señoriales de la población. Destaca la iglesia de San Miguel, que data del siglo XIII y fue el lugar donde se bautizó a Andrés de Vandelvira.

Joyas en las inmediaciones de Alcaraz

Cerca de Alcaraz se puede visitar un acueducto del siglo XV que traía el agua desde el río La Mesta. Su diseño se debe a Juan de Cózar y a Pedro de Cobo, y su construcción a Gil Díaz. En la actualidad se encuentra en mal estado de conservación, pero es uno de los sitios más bonitos que puedes encontrar en los alrededores de la localidad.

En el cerro de San Cristóbal podemos contemplar las ruinas del antiguo castillo que la población de Alcaraz derribó con el consentimiento de los Reyes Católicos. Una construcción que, pese a no contar con la grandeza de antaño, nos puede dar una idea de lo impresionante que debió ser en su momento.