El acueducto de Segovia, una gran obra de ingeniería
Una de las obras históricas de ingeniería civil más importantes de España es el acueducto de Segovia. Construido por los romanos, este gigante majestuoso vigila la ciudad de Segovia desde el siglo I d.C. Esta magnífica obra de ingeniería se mantiene en excelente estado de conservación y, para nuestra fortuna, podemos admirarla casi como en sus momentos de gloria, cuando era un infraestructura esencial.
El acueducto de Segovia es seña de identidad de la ciudad. Desde su construcción, y a lo largo de los siglos, dio vida a Segovia que, prácticamente, se formó bajo su referencia. Historiadores datan su construcción probablemente en la época de los Flavios o en la época de Nerva o Trajano. A su importancia histórica hay que agregar su valor estético y monumental. Admirarlo produce un gran impacto visual casi desde cualquier ángulo.
Acueducto de Segovia, gran obra de ingeniería
Los romanos idearon este acueducto con la idea de llevar el agua desde el manantial de Fuenfría, en la sierra de Guadarrama, hasta Segovia, en un trayecto de 15 kilómetros.
Está formado por 20.400 bloques de piedra granítica que no están unidos por ninguna masa ni cemento, manteniéndose en perfecto equilibrio. Es más ancho en su base, y va disminuyendo al aumentar su altura.
Múltiples arcos componen la estructura, concretamente son un total de 163, de los cuales 75 son arcos sencillos y 44 son arcadas de orden doble. La construcción tiene una altura de 28 metros en su punto más elevado y tiene hasta 6 metros de cimentación.
Dos nichos coronan la parte alta de la estructura, en uno de ellos está la imagen de San Esteban y en el otro la de la Virgen de Fuencisla, patrona de la ciudad. En otros tiempos uno de estos nichos estaba reservado para la imagen de Hércules a quien se le atribuía la fundación de Segovia.
Una obra que ha perdurado en el tiempo
El acueducto de Segovia ha sufrido algunas destrucciones parciales, e incluso la desaparición parcial de los sillares, en concreto, de cornisas. Con ellas llegaron las remodelaciones, respetando su grandiosidad, armonía e integración al paisaje de la ciudad.
Una de las restauraciones más importantes fue la acometida por los Reyes Católicos, la cual se hizo cuidando el diseño original. En ese momento se sustituyeron los antiguos canales por unos de granito que permanecen hoy en día.
Esta histórica obra estuvo transportando un caudal máximo de 20 a 30 litros por segundo hasta hace poco tiempo. Su característica funcional ha perdurado durante casi dos milenios, cosa que no deja de sorprender a quienes se acercan a admirarlo en este precioso rincón de Castilla.
Como se construyó el acueducto de Segovia
Los romanos establecieron al detalle el trazado por donde pasaría el acueducto. Desde varias canteras, aún sin ubicación precisa, fueron extraídos y trasladados los bloques de granito que eran completados a pie de obra y colocados en seco, sin cemento ni argamasa alguna.
Para levantar los grandes bloques fueron utilizados poleas y sogas y ajustados con palancas de hierro. Para lograr su cometido, los romanos utilizaron fuertes andamios que soportaban las cimbras, sobre las que se encajaban las dovelas de los arcos. La piedra central debía estar perfectamente tallada en forma de cuña para así poder ejercer la presión suficiente.
“¡La arquitectura es el juego de formas más genial, correcto y magnífico que existe!”
-Le Corbusier-
Segovia
No se puede hablar del acueducto de Segovia sin hablar de la ciudad que lo alberga. Segovia es una pequeña ciudad perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla y León que se encuentra a los pies de la sierra de Guadarrama.
Además del acueducto, este núcleo urbano tienes grandes tesoros como el monasterio de San Antonio El Real, el alcázar y la catedral de Santa María. Su gran legado histórico es tal, que el acueducto y la ciudad vieja fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985.
El acueducto de Segovia es la obra de ingeniería más artística y monumental de la historia romana. Vale la pena admirar su majestuosidad en una visita a Segovia, donde además de admirar esta imponente obra podrás visitar otros monumentos de mucho interés histórico. Lo más seguro es que resultará una experiencia realmente gratificante.