Te contamos 7 curiosidades del Coliseo Romano
El Coliseo Romano es uno de los monumentos más importantes del mundo: además de ser Patrimonio de la Humanidad, es una de las siete maravillas del mundo moderno. Miles de turistas se trasladan cada año a la capital italiana para comprobar de primera mano la grandiosidad de este anfiteatro, que se remonta al siglo I d. C. Viajamos a esa época para conocer algunas de sus curiosidades. ¿Nos acompañas?
1. El porqué de su nombre
Originalmente se llamaba Anfiteatro Flavio, en honor a la dinastía Flavia de emperadores que lo construyó. Sin embargo, pronto pasó a conocerse como Coliseo. ¿El motivo? Estaba ubicado ante una enorme estatua de bronce, el Coloso de Nerón. Esta medía nada menos que 31 metros. Desgraciadamente, no se conserva ningún resto de la misma, ya que fue destruida definitivamente en 1936.
2. Su construcción fue muy laboriosa
El Gran Incendio de Roma se llevó por delante el mayor anfiteatro de la ciudad, por lo que se necesitaba edificar uno nuevo. El emplazamiento elegido para ello fue la Domus Area, mandada construir por Nerón. En este lugar había una laguna artificial rodeada de jardines y pórticos que Vespasiano mandó rellenar.
Una vez cubierta de tierra, comenzaron las obras del anfiteatro. Asimismo, para erigir el Coliseo Romano se utilizaron más de 700.000 toneladas de piedra, unidas por 300 toneladas de abrazaderas de hierro.
Sus dimensiones también son impresionantes, pues se extiende 189 metros de largo por 156 metros de ancho. Con tal estructura su coste se elevó bastante, pero se financió con los tesoros conseguidos en la conquista de Jerusalén y a través de la venta de esclavos.
3. Su inauguración duro cien días
Con motivo de la finalización de la construcción del Anfiteatro Flavio, allá por el año 80 y bajo el mandato del emperador Tito, se celebraron diversos eventos. Las celebraciones de la inauguración se prolongaron durante cien días, e incluían peleas de animales, tanto salvajes como adiestrados; ejecuciones de criminales; combates de gladiadores; o la recreación de batallas famosas.
4. El Coliseo Romano fue utilizado como cantera
En el siglo XIV, Roma sufrió un terremoto devastador. Como consecuencia, el extremo sur del Coliseo se derrumbó. Lejos de reconstruir el anfiteatro, sus piedras fueron destinadas a la construcción de palacios, iglesias, hospitales y otros edificios romanos, siendo los más destacados los de la Ciudad del Vaticano.
El expolio continuó. En los siglos XV y XVI, el travertino que recubría el Coliseo fue arrancado para emplearse en más construcciones, como el Palacio Barberini y el Puerto de Ripetta. También se quemó para obtener cal. No fue hasta 1749, año en el que Benedicto XIV consagró el monumento como lugar santo, cuando se frenó la expropiación.
5. Tuvo funciones muy variadas y sorprendentes
Puede que la actividad más famosa que se celebraba en el Coliseo Romano fueran la peleas de gladiadores, pero el anfiteatro sirvió de escenario para otros muchos eventos, como la caza de animales salvajes (rinocerontes, elefantes, leones…), traídos mayoritariamente de África; o para recrear paisajes naturales en la arena.
El Coliseo también fue utilizado para hacer simulaciones de batallas navales. Estas datan de la época de Julio César y se llevaban a cabo en una piscina capaz de albergar embarcaciones tales como los cuatrirremes. Y es que el monumento podía llenarse con más de dos metros y medio de agua en solo una noche y vaciarse después en tiempo récord mediante un sistema de alcantarillado.
6. Convertido en símbolo contra la pena de muerte
Paradójicamente, el Coliseo, que fue escenario de numerosas luchas en las que perecieron miles de personas, es, a día de hoy, un símbolo de luz a favor de los Derechos Humanos y, más concretamente, contra la pena de muerte. Y es que el monumento se ilumina cada vez que se se conmuta una pena capital o se deroga la legislación que la consiente en algún lugar del mundo.
“Damos forma a nuestros edificios, luego ellos nos dan forma a nosotros.”
-Winston Churchill-
7. Acuñó una nueva palabra
La fama del Coliseo Romano como lugar de entretenimiento es tal que su nombre ha servido para aplicarse a otros edificios modernos. De esta manera, nos encontramos con teatros, salas de conciertos o estadios que se llaman comúnmente “coliseos”. Sin ir más lejos, la RAE lo define como “sala construida para espectáculos públicos o recinto cerrado para algunos juegos deportivos”.