7 actividades inusuales para descubrir Río de Janeiro
Descubrir Río de Janeiro en profundidad requiere varios días de estancia en la gran urbe brasileña. Es un lugar cargado de tópicos y de visitas absolutamente obligadas, pero también hay otros espacios de la ciudad que son auténticas sorpresas para los visitantes. Son lugares que, aunque sean más inusuales, pueden convertirse en el gran recuerdo del viaje.
Descubrir Río de Janeiro de otra forma
Casi sin haber estado nunca en la ciudad carioca, muchos podemos nombrar varios lugares que son grandes iconos. Paradas obligadas para descubrir Río de Janeiro son sus magníficas playas, como las de Copacabana o Ipanema. Y también lo es el Cristo Redentor, que domina toda la ciudad.
Sin embargo, de todo eso es relativamente fácil hallar información. Por ello, hoy os vamos a hablar de otros sitios menos famosos, pero que también merecen una visita.
1. Playa de Arpoador
Ya que hemos nombrado las dos playas más emblemáticas, también os nombraremos otra que es menos conocida, pero quizás más auténtica: la playa de Arpoador. Si te gusta el surf, es a la que debes dirigirte. Y, desde luego, si viajáis a Brasil de luna de miel, aquí gozaréis de una romántica puesta de sol.
2. El barrio de Lapa para descubrir Río de Janeiro de noche
Para descubrir Río de Janeiro hay que trasnochar un poquito. Quizás no sea necesario hacerlo todas las noches, pero sí alguna que otra. Y uno de los mejores sitios para hacer es el barrio de Lapa.
En este barrio abundan los bares y restaurantes para locales. Atreveros a visitarlo, pero ir siempre con atención. No se os puede olvidar que Brasil no es, precisamente, el lugar más seguro del mundo.
3. Vivir el día en el barrio de Santa Teresa
Otra barriada muy recomendable para descubrir Río de Janeiro es la de Santa Teresa. En este caso, es mucho mejor visitarla de día, cuando se descubre todo su encanto colonial y su ambiente bohemio. Además, allí podemos acercarnos hasta las coloridas escaleras de Selarón, imagen de la alegría carioca.
4. Conoce el patrimonio de Río
Seguramente, cuando pienses en descubrir Río de Janeiro, tal vez no esté entre tus planes ver interesantes monumentos. Sin embargo, la visita a la ciudad no estaría completa sin estos alicientes, que verdaderamente te van a sorprender.
En Río hay varios palacios de interés, como el de Tiradentes o de Catete. Además, no debes dejar de visitar otras joyas, como el Real Gabinete Portugués de Lectura o el monasterio de San Bentao.
5. Dos museos especiales
Otra gran sorpresa para los viajeros más avispados son dos de los museos más atractivos de la ciudad. Uno sería el Museo de Arte Moderno. Es toda una joya de la arquitectura contemporánea en la ciudad y en su interior nos ofrece un rico recorrido por el arte más reciente de Brasil.
Y desde luego, uno no puede decir que va a descubrir Río de Janeiro si no visita el Museo Indio. Toda una institución que antes era vecina del carismático estadio de Maracaná y ahora está en una mansión decimonónica.
En el Museo Indio podemos comprender cómo al hablar de Brasil y de su cultura hay que hablar de fusión: fusión de lo indígena, lo europeo y lo africano.
6. Descubrir Río de Janeiro visitando las favelas
También deberíamos aprovechar este viaje profundo a Río para visitar alguna de sus favelas. Son los lugares más humildes de la ciudad. En algunas de ellas se hacen recorridos guiados, que siempre es la mejor opción.
Por ejemplo, se puede visitar la mayor de todas ellas, la de Rocinha. Pero recomendamos mejor la de Cantagalo o la de Santa Marta, que hizo famosa Michael Jackson en uno de sus videoclips.
7. Hacer un trekking
Y para acabar con estos recorridos alternativos que sirven para descubrir Río de Janeiro, os proponemos un peculiar paseo senderista que, precisamente, comienza en otra favela, en la de Vidigal.
Desde allí podéis dar una caminata hasta el punto más elevado del Morro Dois Irmaos. Este es un lugar magnífico para contemplar la ciudad. Una urbe especial, con mil caras y que guarda innumerables sorpresas a los viajeros.
No os preocupéis por el esfuerzo físico. En realidad, la dificultad de este paseo es más bien baja. Eso sí, es mejor madrugar para no sufrir con el calor. Y si uno acaba cansado, al regresar le basta con buscar el típico rodizio brasileño, en el que, por un precio fijo, uno se puede dar un auténtico festín de carne.
- Perlman, J. E. (2006). The metamorphosis of marginality: Four generations in the favelas of Rio de Janeiro. Annals of the American Academy of Political and Social Science. https://doi.org/10.1177/0002716206288826