6 cosas que solo puedes hacer en Sevilla
Sevilla, tal y como dice la popular canción, tiene un color especial. Aunque más que un color, podríamos decir que tiene una atmósfera distinta y única. La capital andaluza es una urbe fascinante a la que se puede hacer una breve escapada o pasar unas largas vacaciones. Sea como sea, hay algunas actividades que casi son obligadas, ¿cuáles? Estas son 6 cosas que hay que hacer en Sevilla.
1. Hacer un crucero por el río Guadalquivir
Pasear por ambas orillas del río es todo un deleite, también lo es atravesar sus espectaculares puentes, algunos tan antiguos como el Triana y otros tan nuevos como el del Alamillo. Pero además de pasear por las riberas, durante un viaje a Sevilla hay que navegar por el Guadalquivir y hacer un breve crucero fluvial por sus aguas.
Ese paseo en cualquiera de los barcos que recorren la arteria más vital de Sevilla da un punto de vista distinto de la ciudad. Y además, pasa ante grandes iconos de la urbe andaluza, como es su célebre Torre del Oro o la isla de la Cartuja, donde tuvo lugar la recordada Exposición Universal del año 1992.
2. Pasear por el Parque María Luisa
Mucho antes de los fastos de la Expo 92, en el año 1929, Sevilla también acogió una gran Exposición Iberoamericana que transformó muchos rincones de la ciudad. Y especialmente el parque de María Luisa. Allí se construyeron los pabellones de aquel evento y la hermosa Plaza de España.
Todo ello hay que contemplarlo dando un paseo entre la vegetación del parque. Ya que si el río es la principal arteria de la ciudad, los jardines de María Luisa son sus pulmones y pasear por ellos es otra de las cosas que hay que hacer en Sevilla.
3. Vivir el flamenco en un tablao de Triana
Y el corazón de la ciudad es su cante y baile flamenco. Son muchos los lugares para disfrutarlo en Sevilla, pero os recomendamos cruzar el río y llegar al barrio de Triana. Allí aparecen muchos tablaos, algunos más turísticos y otros más auténticos y frecuentados por los locales.
No os lo podéis perder. En una escapada a Sevilla hay que vivir toda la emoción del arte flamenco en uno de estos lugares trianeros.
“Sevilla es especial porque emociona y se emociona, porque da cuerpo a la belleza y a la gracia de los sueños.”
-Plácido Domingo-
4. Tapear en el barrio de Santa Cruz
Seguimos con el símil de los órganos vitales y ahora vamos a aludir al estómago. Sevilla es un excelente lugar para que sacien su apetito hasta los estómagos más exigentes. Y si hay una forma de hacerlo es yendo de tapas y raciones por el barrio de Santa Cruz, el más hermoso de toda la ciudad.
Allí, aproximándonos a la catedral o los Reales Alcázares, podemos encontrar un sinfín de tabernas en las que degustar exquisitas frituras y guisos servidos en pequeñas tapas y raciones que son los sabores más propios de Andalucía.
5. Subir a la Giralda, otra de las cosas que hacer en Sevilla
La Giralda es el campanario de la catedral. Por cierto, el templo de la Catedral de Santa María de la Sede es la iglesia gótica más grande del mundo y también una de las más bellas, por el increíble repertorio artístico que posee. Así que de paso, os recomendamos entrar a su interior. Pero ahora os hablaremos solo de subir a la parte alta de la Giralda.
Como os decíamos, es un campanario de la iglesia católica, pero antes de eso fue la torre alminar de una gran mezquita. De hecho, si observáis la Giralda, se ven dos partes: una baja dominada por el ladrillo de factura musulmana, y otra superior con las campanas ya de estilo barroco.
En definitiva, subir hasta allí arriba y contemplar a vuestros pies todos los tejados sevillanos es una de las sensaciones más impactantes que proporciona el patrimonio de la ciudad.
6. Para los taurinos: entrar a la Maestranza de Sevilla
Esta última propuesta para hacer en Sevilla no será del gusto de todos. Así que a los antitaurinos, les rogamos que dejen de leer este punto. Y al resto les invitamos a acercarse hasta la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. Una joya arquitectónica en sí misma, en cuyo interior se pueden ver lógicamente corridas de toros.
Y cuando no hay festejos, siempre es posible visitar su museo, en cuya exposición se recorren décadas y décadas de tauromaquia.