Zealandia, el continente sumergido

Zealandia, o Zelandia, es el nombre que se le ha dado a un continente sumergido en el océano Pacífico. Solo hasta hace pocos años se corroboró la existencia de esa porción de tierra, gracias al uso de tecnologías muy sofisticadas.
Zealandia, el continente sumergido

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 febrero, 2021

En un hecho sin precedentes, un grupo de especialistas en geología reveló la existencia de un séptimo continente: Zealandia. Este tendría una superficie de aproximadamente 5 millones de kilómetros cuadrados, y es motivo de investigación desde la década del ochenta.

Sin embargo, solo fue hasta el 2017 que se pudieron obtener resultados concluyentes como conclusión de diversos estudios. Parte de los hallazgos indican que Zealandia se encuentra sumergido en un 94 %, y que solo el 6 % restante emerge a la superficie. Esto forma los territorios de Nueva Caledonia y las islas septentrionales de Nueva Zelanda.

Según los expertos, los procesos geológicos que originaron Zealandia son únicos y no tienen antecedentes en lo que se refiere a la historia de la formación de nuestro planeta. Se cree que dichos eventos tuvieron lugar hace más de 52 millones de años.

El origen de Zealandia

Al parecer, los fenómenos que dieron origen a Zealandia fueron resultado de rupturas por subducción. Se cree que este acontecimiento afectó al planeta a escala global durante 5 millones de años; según se afirma, este proceso fue similar a una secuencia de terremotos de movimiento lento.

El fenómeno se propagó por todo el Pacífico Occidental, al tiempo que se formaba el Anillo de Fuego del Pacífico. Adicionalmente, se constataron desplazamientos verticales de grandes masas de tierra en longitudes de 1 a 3 kilómetros en lo que hoy constituye el archipiélago de Nueva Caledonia.

Zealandia es un continente sumergido que se descubrió hace pocos años.

Durante esta fase temprana de la subducción, emergieron los territorios de Nueva Caledonia y Nueva Zelanda, junto con un grupo de islas adicionales. Esto, a su vez, trajo como consecuencia una modificación en la velocidad y dirección de las placas tectónicas de todo el mundo.

Aspectos complementarios

Zealandia es una masa de tierra equivalente a 2 veces la superficie de la India, que se separó de la Antártida y Australia hace más de 80 millones de años. Posteriormente, el continente fue modelado y sumergido por las mismas fuerzas tectónicas que originaron el Anillo de Fuego del Pacífico.

Este último es una zona caracterizada por la presencia de volcanes  y terremotos frecuentes, que se extiende longitudinalmente por el costado occidental de América. De este sector se desplaza aún más hacia el occidente por el Océano Pacífico, hasta llegar a Nueva Zelanda.

Este escenario generó cambios trascendentales, como la modificación de las corrientes marinas y un cambio radical en el clima global. De igual modo, forzó tanto la evolución como la alteración en la migración de varias especies de animales.

Otros datos de importancia sobre Zealandia

Algunos estudios adelantados en la década del setenta sugerían que el perfil bajo de Zealandia se debía al adelgazamiento de su corteza. Este hecho, a su vez, obedecía al desprendimiento de otro supercontinente conocido como Gondwana, 85 millones de años atrás.

Para varios de los investigadores, los procesos geológicos que tuvieron lugar en el hundimiento de Zealandia no tienen paralelo en el mundo. Igualmente, ahora son conscientes de las dramáticas repercusiones globales que pueden conllevar este tipo de fenómenos.

El reconocimiento oficial de Zealandia como continente se dio recién en 2017, época en la que se realizó un mapeo detallado de sus características. Esto solo fue posible luego de varios descubrimientos realizados en la década de los noventa, cuando tomo más fuerza la idea de Zealandia como continente.

Este descubrimiento solo fue posible gracias a la tecnología satelital y el uso de un poderoso software que involucró el esfuerzo mancomunado de varias naciones. Esto dio como resultado un mapa del continente oculto. Muchos esperan que empiece a aparecer en los mapamundis del futuro cercano.

Interactividad para curiosos

De igual modo, hoy es posible ingresar a multitud de plataformas interactivas que permiten entrar en contacto con la Zealandia del pasado. De esta manera, se puede percibir la apariencia que tenía este continente hace millones de años y comprender las transformaciones que el planeta ha sufrido hasta ser lo que conocemos hoy.

La utilidad de estas herramientas radica en proporcionar un contexto por medio de imágenes precisas y actualizadas de cómo era Zealandia. Al mismo tiempo, explica la configuración de volcanes y la manera como actúan las placas tectónicas para dar origen a la geografía física de un territorio.

Las placas tectónicas de Europa y América se encuentran en la fisura de Silfra.

La Zealandia sumergida tiene un aspecto angosto y alargado, con anchos que oscilan entre los 10 y los 40 kilómetros de extensión. El punto de mayor elevación es el Monte Cook, con 3724 metros sobre el nivel del mar, el cual se encuentra en Nueva Zelanda. El lugar de mayor profundidad se halla a 4000 metros, en lo que se conoce como las llanuras abisales oceánicas.

Lo que dicen los especialistas

En todo este extenso proceso investigativo, sin duda, el protagonismo ha estado en cabeza de los científicos neozelandeses, principalmente en los que integran el Centro Científico Neozelandés, cuyas siglas en inglés son GNS.

Gran parte de la información obtenida fue resultado de los registros hechos con tecnología muy sofisticada. Se utilizaron sensores submarinos, buques de investigación equipados con escáneres 3D e información satelital que incluía imágenes.

Estos hallazgos han permitido a la comunidad científica entender mejor y más ampliamente los procesos geológicos que se produjeron en el planeta. Esta información redundará en el futuro en la elaboración de modelos de predicción más precisos.

Todo esto tiene aplicación práctica en la posibilidad de tomar medidas a tiempo con respecto al cambio climático. Así mismo, ayudará en la prevención de riesgos generados por las erupciones volcánicas y los terremotos, entre otros aspectos.