Los vuelos de Antoine de Saint-Exupéry

'El Principito', una de las grandes obras de la literatura de todos los tiempos, no sería igual si su autor no hubiera sido un viajero y aventurero incansable.
Los vuelos de Antoine de Saint-Exupéry
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 30 marzo, 2020

Antoine de Saint-Exupery ha pasado a la historia de la literatura por su obra El principito, un libro que debería ser de lectura obligada. Es cierto que es una obra considerada de literatura infantil, pero la verdad es que es una joya de la literatura universal. Su encanto en gran parte se debe a la experiencia viajera de su autor, que además de escritor fue un piloto de avión que voló por medio mundo.

La corta vida de Antoine de Saint-Exupéry

Si observamos que Antoine de Saint-Exupéry nació en Lyon en el año 1900 y falleció en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, podemos pensar que tuvo una corta vida. Y así fue en años, pero en cuanto a experiencias y viajes fue de lo más intensa. Viajó y voló por casi todo el planeta, conoció el amor, los máximos honores de su país y además escribió una obra para la historia.

Es imposible hacer más en apenas 44 años de existencia. Y ahora os vamos a contar los hemos más relevantes de su biografía.

Un piloto postal

Monumento a Saint-Exupéry en Tarfalla Marruecos
Monumento a Saint-Exupéry en Tarfalla – Yaroslav Blanter / Wikimedia Commons

Desde su Lyon natal, un joven Antoine de Saint-Exupéry tuvo que irse al norte de Francia, a Estrasburgo, para cumplir con el servicio militar. Y durante ese tiempo se convirtió en piloto aéreo, algo clave para toda su vida. De hecho, cuando acabó con el ejército se convirtió en piloto del correo postal de Francia, pero en su sección internacional.

Por ello, volaba habitualmente desde Francia hasta zonas de África, como las actuales tierras del Senegal. Es decir, que sobrevoló en numerosas ocasiones el desierto del Sáhara. Eso no sería más que un detalle de su trabajo de aviador si no fuera porque años más tarde sus visiones del desierto aparecerían en el relato de El Principito.

Sus años en Argentina

Y tras demostrar su valor y capacidad en esos vuelos por el norte de África, la aerolínea postal francesa le trasladó a Argentina. Allí tenía que trazar nuevas líneas y rutas por toda América del Sur, de manera que aprovechó para recorrer infinidad de territorios de Latinoamérica.

No obstante, durante sus años de residencia en Buenos Aires iban a suceder dos acontecimientos muy importantes. Por un lado, publicó su primera novela corta que, como no podía ser de otro modo, se tituló El Aviador.

Además, se casó con la que fue el gran amor de su vida, la artista Consuelo Suncin, que aparece también en El Principito. Es la rosa que crece entre volcanes, en clara alusión al territorio volcánico de su país natal, El Salvador.

Vuelta a Europa

Fotografía de Antoine de Saint-Exupery
Antoine de Saint-Exupéry (en el centro)

Tras esos años en Sudamérica, la situación financiera de la compañía aérea hizo que retornara a Europa. Y Saint-Exupéry aprovechó para seguir escribiendo y también plantearse nuevas aventuras aeronáuticas. Una de ellas fue batir el récord de horas de vuelo para ir desde París hasta el lejano Vietnam, entonces colonia gala con el nombre de Indochina.

Pero durante la travesía su avión sufrió un accidente y cayó con su mecánico en el Sáhara, en territorio de Libia. Allí permanecieron perdidos unos días, hasta que finalmente fueron rescatados.

Pero antes de eso la deshidratación, los golpes y la insolación les provocaron alucinaciones que Saint-Exupéry contó en otro de sus libros, Tierra de hombres. Y, además, aquello fue el germen de su más famoso libro, que precisamente comienza con un accidente aéreo en el desierto.

La escritura de El principito

Ilustración de 'El Principito'

Saint-Exupéry acumulaba ya varios accidentes a lo largo de su vida. Por ello, su cuerpo estaba bastante magullado para su edad, de manera que durante un tiempo fue apartado de los aviones. Y se trasladó a Estados Unidos. Allí, precisamente, durante más de dos años escribió El principito.

Es una obra que nos habla de la amistad, del amor, de la condición humana, de la curiosidad… En definitiva, se trata de un libro que debería ser de lectura obligada. Y no solo para los niños, ya que se disfruta tanto o más leyéndolo de adulto, cuando se descubren todas sus metáforas.

Muerte de Antoine de Saint-Exupéry

Pero mientras él escribía ese libro y no podía volar, se estaba librando la Segunda Guerra Mundial. Y aunque superaba ampliamente la edad de los pilotos de guerra y además su estado físico no era el más adecuado, consiguió un puesto en las fuerzas de reconocimiento.

Sus mandos intentaron por todos los medios retenerlo en tierra, pero de vez en cuando le encomendaban alguna misión. Y fue en una de ellas cuando su avión desapareció para siempre. El misterio rodeó esa desaparición. ¿Fue un accidente? ¿Fue abatido por los alemanes? No se sabe. Un final de lo más literario.

Fue el más adecuado para este personaje que nos legó una magnífica obra que siempre se puede releer, por ejemplo, en estos tiempos que requieren de toda nuestra calma para sobrellevar lo mejor posible el confinamiento para evitar la expansión total del coronavirus.