Viajar a Laponia es descubrir un paraíso helado

Las auroras boreales, los paisajes helados y la forma en la que se vive la Navidad hacen de Laponia un destino muy especial.
Viajar a Laponia es descubrir un paraíso helado
Armando Cerra

Escrito y verificado por el historiador del arte Armando Cerra.

Última actualización: 17 noviembre, 2018

Nos vamos a esa región del norte de Escandinavia con la que cualquiera relacionamos el invierno y el Polo Norte. Una zona que comparten varios países, si bien la Laponia más famosa es la que se extiende por el territorio de Finlandia. Allí nos esperan el sol de medianoche o la larga noche polar. Pero no importa cuándo decidamos viajar a Laponia, nos enamorará sin remedio.

¿Cuándo viajar a Laponia?

Se puede decir que en Laponia solo hay dos estaciones, invierno y verano. Y ambas son magníficas. De hecho, con los tremendos fríos invernales llega la temporada alta. ¿Por qué? Porque la continua noche polar la inunda de una luz especial y el aspecto de todo nevado es mágico. Sin olvidar que es Navidad y aquí nació Santa Claus.

En cambio, en verano nunca se pone el sol. Además el calor hace que se pueda visitar más cómodamente esta bella región donde la naturaleza es la reina.

Y en cuanto a la primavera y el otoño, aquí son muy cortos, de apenas un mes, si llega. Pero también puede ser un buen momento para viajar a Laponia, aprovechando buenas ofertas.

La Navidad en Laponia

Santa Claus Village, un lugar para viajar a Laponia en Navidad
Santa Claus Village

Cuando más caro es el viaje a Laponia es durante las fechas navideñas. En esa época la capital lapona, Rovaniemi, se llena de nieve y también de turistas que vienen a conocer en persona a Santa Claus. Él les espera en su propia oficina postal y le pueden pedir sus regalos directamente.

Disfrutar de Laponia

Además de conocer a Santa Claus, viajar a Laponia ofrece muchas otras cosas, incluso en la propia ciudad de Rovaniemi. Una urbe completamente reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial siguiendo los diseños del arquitecto más insigne del país: Alvar Aalto.

En Inari podemos visitar el estupendo Museo Ártico, que nos sirve como magnífica introducción para después visitar los lugares más atractivos de la región.

Inari

Casa tradicional sami en Laponia
Casa tradicional sami

Comencemos hablando de lo mejor de Laponia haciendo mención a sus pobladores auténticos. Hablamos de los samis, un pueblo que incluso tiene su propio parlamento dentro de Finlandia.

Es verdad que hoy viven como cualquier otro finlandés, salvo porque se siguen dedicando a la cría de renos. Pero se preocupan mucho por mantener su cultura, de la que podemos aprender mucho en su museo de Inari, concretamente en Siida. Para llegar hasta allí lo mejor es volar hasta el aeropuerto de Ivalo, el más norteño del país.

Levi

Levi en Laponia
Paisaje de Levi

Levi se integra dentro de uno de los muchos parques nacionales de Finlandia. En este caso el de Pallas-Yllas. Pues bien, allí está la estación de esquí más grande de Laponia. Aquí podrás esquiar, pero también hacer rutas en trineo o en moto de nieve.

Y si vienes en verano te esperan muchas más actividades. En esta zona podrás hacer senderismo, rutas en bici de montaña o incluso en kayak.

Utsjoki

Utsjoki en Laponia
Utsjoki – Stephen Bugno / Flickr.com

Nombramos Utsjoki, pero podríamos citar a las vecinas Karigasniemi o Nuorgam. Todas ellas bañadas por el río Teno famoso por sus salmones. En fin, tres aldeas de lo más pintorescas, donde la portentosa naturaleza nos invita, simplemente, a disfrutar de cada momento, contemplándola y admirándola.

Kemi

Esta población se ubica frente al golfo de Botnia, el principal puerto de Laponia. Allí podemos tener una experiencia única, la de navegar en un viejo rompehielos. Algo que realmente puede ser estremecedor.

Ver auroras boreales

Auroras boreales en Finlandia
Aurora boreal

Lo que sí que nos provocará unas sensaciones especiales es ver auroras boreales. Laponia es el mejor lugar del mundo para disfrutar de este espectáculo astronómico. Aquí es posible avistarlas desde octubre hasta abril.

Viajar a Finlandia y no visitar Laponia se convierte en un pecado. Pero sería imperdonable ir en esas fechas, y no aventurarse en un trineo tirado por renos para avanzar en la noche (siempre es de noche) y quedarse maravillado por los colores que surgen en el cielo por la acción de las partículas que nos llegan del viento solar.

Sin duda, este es un fenómeno bellísimo que invita a la reflexión y que por sí solo compensa el esfuerzo que supone viajar a Laponia.