Qué ver en el Parque Nacional de Tikal de Guatemala
¿Qué ver en este rincón de Guatemala? Más adelante entraremos en más detalle, pero de momento avanzaremos una respuesta sencilla. En Tikal se descubre el yacimiento arqueológico maya más sugestivo que se puede ver en Centroamérica. Se trata de una gran ciudad, con ruinas impresionantes rodeadas por la jungla. De hecho, se estima que la selva sigue ocultando el 80% de la vieja ciudad.
Tikal, tesoro arqueológico y natural
El Parque Nacional de Tikal apasiona tanto a los amantes de la historia y la arqueología, como a los enamorados de la naturaleza. Aquí se da la combinación perfecta y, de hecho, Tikal está catalogado como Patrimonio de la Humanidad, tanto por su extraordinario valor natural como por su riqueza cultural.
Las más altas pirámides mayas
Dentro del conjunto monumental de Tikal hay distintas pirámides, conocidas como templos I, II, III, IV, etc, ya que en la cúspide de las pirámides siempre había un templo. Por cierto, esta última, la IV, es la más alta de todas, con una altura de 66 metros. Un desarrollo más que destacable dadas las técnicas de la época.
A esta pirámide IV, como también a la II, ubicada en la Gran Plaza de Tikal, se permite subir hasta su punto más elevado. En el resto no es posible por motivos de conservación. Un consejo, si visitáis el Parque Nacional de Tikal, solicitar el permiso para alargar la entrada hasta el atardecer. Entonces subid la Pirámide IV, el ocaso del sol sobre la selva será un recuerdo para toda la vida.
La acrópolis de Tikal
El término acrópolis viene de los griegos, y se refería a los puntos más altos y sagrados de las ciudades de la Antigua Grecia. Por supuesto, la acrópolis más famosa es la de Atenas, pero esa palabra se ha usado para designar otras colinas monumentales de diferentes lugares del mundo. Y por supuesto, también en Tikal.
Esta acrópolis maya es otro de los sitios que hay que ver en el yacimiento. Esta era la zona donde vivían los gobernantes de esta gran ciudad, que se supone que llegó a tener unos 100.000 habitantes en su momento de máximo esplendor, allá por los siglos IX y X.
La Gran Plaza de Tikal
Uno de los lugares más carismáticos de la ciudad de Tikal es su Gran Plaza, en ella se levantan la Pirámide I, o del Jaguar, y la II. Aquí os hará falta renovar la tarjeta de la cámara porque haréis infinidad de fotos, tanto de detalle como de conjunto.
Sin duda, es uno de los lugares donde la arquitectura de los mayas alcanzó su más alto nivel de belleza y armonía con la naturaleza. Aunque no comprendamos mucho de su cultura y no sepamos muy bien cómo vivían y qué uso tenía cada edificio, la verdad es que la Gran Plaza de Tikal es capaz de conmover a cualquier viajero.
La selva del Petén
El Petén es la región más grande del país, y con ese nombre se conoce a una jungla tropical prácticamente impenetrable. Esa misma selva es la que casi hizo desaparecer el yacimiento de Tikal. De hecho, fue a partir del siglo XIX cuando las excavaciones comenzaron a sacar a la luz la vieja ciudad maya.
Hoy en día, disfrutar de esa jungla es parte del encanto de la visita a Tikal. Y para comprender su increíble fuerza natural, basta con subir a las partes altas de las pirámides que hemos hablado y ver cómo sobre las copas de los árboles solo emergen los puntos más altos de los templos, mientras que el resto queda cubierto bajo un exuberante manto verde.
“Excavar es abrir un libro escrito en el lenguaje que los siglos han hablado dentro de la tierra.”
-Spyridon Marinatos-
Los animales de Tikal
Los turistas de Tikal pueden acceder con una entrada especial antes del amanecer y salir cuando el sol se pone. Fuera de esas horas no hay ser humano alguno en el yacimiento. Pero eso no significa que no haya vida. Ya hemos dicho que estamos en el selva y, por lo tanto, aquí habita la fauna salvaje.
Algunos de esos animales incluso se ven durante las visitas, como por ejemplo los monos araña, suspendidos de los árboles. Y no es demasiado complicado descubrir el vuelo de los tucanes. Igualmente, se ven infinidad de insectos, así como arañas, algunas de tamaño sobrecogedor.
No obstante, lo que sí que puede sobrecoger es si se llega a ver al habitante más majestuoso de estos lares: el jaguar. No es que se acerque a los turistas, ni mucho menos, pero siempre hay que prestar atención a las indicaciones de los guías y el personal del parque. Sin embargo, si se llega a ver un jaguar puede ser la guinda definitiva de un maravilloso viaje a Tikal.