Un viaje en el tiempo: los túneles subterráneos de Tallin
A lo largo de los meses hemos viajado a destinos soñados y hemos visitado muchos rincones fantásticos de nuestro maravilloso planeta. Sin embargo, hoy te proponemos una excursión en el tiempo que seguro no olvidarás jamás. Viajamos al pasado para conocer los túneles subterráneos de Tallin.
Visitar Tallin es un viaje realmente aconsejable, sobre todo para aquellos amantes de la historia medieval, pues la capital de Estonia es un claro ejemplo viviente de la más floreciente cultura de la etapa oscura del hombre en el viejo continente.
Sin embargo, no solo el arte medieval es el exponente máximo de Tallin. Los túneles subterráneos guardan fantásticas historias que se unen a los muchos encantos de una de las capitales más asombrosas y desconocidas para el buen viajero.
Los túneles subterráneos de Tallin
Comenzamos con nuestro viaje en el tiempo para recorrer con ojo avizor los túneles subterráneos de Tallin, pues guardan entre sus muchos recovecos historias que seguro que te van a sorprender.
Estos túneles fueron construidos durante la segunda mitad del siglo XVII, hacia el año 1670 aproximadamente, obra del pueblo sueco, ya que la capital estonia pertenecía en aquellos tiempos a este reino.
La idea de los suecos era reforzar las defensas del reino y de la propia ciudad, ya que de esta forma podían mover a mayor velocidad a las tropas en caso de asedio entre bastiones. Una forma de reforzar el papel de las viejas murallas que rodeaban todo el enclave estratégico.
Sin embargo, los túneles subterráneos de Tallin cumplieron su cometido durante un corto periodo de tiempo, pues en breve fueron abandonados, aunque su ubicación y utilidad nunca se olvidó del todo.
Los túneles subterráneos de Tallin durante el siglo XX
No fue hasta comienzos del siglo XX cuando estos túneles volvieron a encontrar una utilidad concreta y, curiosamente, nuevamente relacionada con la guerra, por lo que en 1930 volvieron a ponerse de moda en la capital estonia.
Sabiéndose objetivo de la ya poderosa Unión Soviética de la época, Estonia volvió a abrir los túneles para que fuesen usados como refugios antiaéreos por parte de la población de la ciudad ante los inminentes bombardeos rusos.
No obstante, pese a su útil papel como protección contra las bombas rusas, la Unión Soviética comunista era cada vez más poderosa y sus ejércitos entraron en el país y la ciudad en 1940, en pleno auge de la II Guerra Mundial.
Aun así, los túneles subterráneos de Tallin permanecieron abiertos a la población, pues inmersos en la citada gran guerra que devastó más de media Europa, fueron usados como refugio a lo largo de la cruel contienda.
“Para los historiadores, los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes.”
–Leon Tolstoi–
Años después, con el auge de la Guerra Fría y el miedo y la paranoia de una posible agresión nuclear entre Estados Unidos y la URSS, los túneles comenzaron a transformarse en refugio ante un inminente ataque, pues los rusos habían rodeado Estonia de misiles, por lo que era un objetivo claro.
Tras el final de la Guerra Fría, y con Estonia bajo clara influencia comunista de la URSS todavía, fueron los grupos punks quienes tomaron estos lugares para poder expresar su música y su moda con libertad ante el poco cariño que el régimen tenía por su movimiento.
Los túneles subterráneos de Tallin en la actualidad
Hoy en día, como es evidente, la población de Tallin y de Estonia no tienen la más mínima necesidad de defenderse de ataques por tierra o por aire, por lo que el uso de los túneles ha cambiado radicalmente.
Por fortuna para el viajero, los túneles subterráneos de Tallin permanecen abiertos como una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad y son un claro ejemplo y testigo de las muchas vicisitudes que ha sufrido la capital en los últimos 350 años.
No obstante, la excelente ingeniería con la que fueron construidos en tiempos de la dominación sueca de Tallin y las muchas historias que ahí se han vivido lo convierten en visita obligada para todo viajero que se acerque a la capital de Estonia.
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