Trekking en el glaciar Athabasca, en las Rocosas
Dar un paseo por el hielo del glaciar Athabasca no es una actividad para cualquiera. Solo los más intrépidos están capacitados para adentrarse en este territorio inhóspito de las Montañas Rocosas de Canadá. ¿Es ese tu caso? ¿Te atreves a seguir nuestros pasos en el hielo? Abrígate, cálzate los crampones y ¡adelante!
El glaciar Athabasca, Patrimonio de la Humanidad
Con el innegable cambio climático, todos los glaciares del planeta están en franco retroceso. Y más aún los que están más al sur del Círculo Polar Ártico. Ese es el caso del glaciar Athabasca.
Este es uno de los glaciares más grandes de toda Norteamérica y auténtico epicentro del apasionante Parque Nacional Jasper, en la provincia canadiense de Alberta. Una joya de la naturaleza que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad.
Cómo llegar hasta la base del glaciar
Recorrer las Montañas Rocosas es un auténtico placer gracias a las carreteras que las atraviesan. Unas vías que ofrecen cientos de paradas en miradores o en comienzos de senderos para adentrarse por esas excursiones en la montaña.
Una de esas carreteras extraordinarias es la 93. Una vía más conocida como la carretera de los campos de hielo. Circulando por ella se llega sin problemas a los pies del glaciar Athabasca.
Antes de comenzar la caminata sobre el hielo
Gracias a la citada carretera, podemos llegar hasta el centro de visitantes de Athabasca. En él encontraremos todo tipo de información muy interesante sobre el lugar que vamos a visitar.
Por ejemplo, conoceremos sus dimensiones: más de seis kilómetros de largo. O también qué montañas que lo rodean, con la cima del monte Athabasca, a 3500 metros de altitud, como la cumbre más alta.
También en el centro de visitantes descubriremos que hay puntos donde el espesor del glaciar llega a los 300 metros. Al igual que podremos comprobar su retroceso en las últimas décadas o la existencia de numerosas y profundas grietas.
Por la conservación del lugar y por la seguridad del visitante no se puede hacer el trekking sobre el glaciar Athabasca si no se está acompañado por guías expertos.
Los guías no solo nos harán disfrutar más de la caminata, también nos proporcionarán todo lo necesario para nuestra seguridad, ya que esta actividad en la alta montaña siempre conlleva sus riesgos. Es decir, hay que llevar el equipo apropiado y hacer caso a todas las recomendaciones de los guías.
El trekking del glaciar Athabasca
Así que, una vez que se tienen en cuenta esos factores, ya podemos adentrarnos en grupo y con guías en el glaciar Athabasca. La experiencia va a ser inolvidable. Caminar por un mar de hielo durante varias horas en un ambiente tan salvaje como bello es algo que difícilmente se puede explicar.
Caminando sobre el glaciar podremos sentir toda la fuerza de la montaña. Y también del propio hielo, ya que durante milenios estas largas lenguas heladas han creado estos paisajes tan hermosos.
De hecho, en las Montañas Rocosas de Canadá son famosos muchos lagos de origen glaciar. Es el caso del lago Moraine o de Peyto, ambos en el cercano Parque Nacional de Banff. Pues bien, también a los pies del glaciar Athabasca hay un precioso lago, el Sunwapta. Un lago que se nutre de las aguas del deshielo.
Por cierto, son unas aguas que, según los diferentes ríos que nacen esta zona de las Montañas Rocosas, acaban vertiendo sus aguas en tres océanos diferentes. Lo hacen en el Pacífico, en el Ártico y también en el más lejano Atlántico.
En cuestiones como esa va uno pensando mientras camina sobre el hielo del glaciar de Athabasca. ¿Adónde irá a parar toda esa agua cuando deshiele? ¿Cuántos millones de litros de hielo están bajo nuestros pies? O también cuántos miles de años hacen falta para que se forme un glaciar y qué pocos para destruirlo. En fin, una caminata hermosa y de lo más reveladora.
- Glaciar Athabasca. (s.f.). En EcuRed. Recuperado el 29 de abril de 2019 de https://www.ecured.cu/Glaciar_Athabasca