El Teide, el imponente volcán de la isla de Tenerife

El Teide, el imponente volcán de la isla de Tenerife

Escrito por Virginia

Última actualización: 11 octubre, 2017

El Teide es el pico más alto de España y está situado en la isla canaria de Tenerife. Con una altura de 3718 metros sobre el nivel del mar, es un majestuoso volcán que impresiona ver. Pero, ¿qué más tiene de especial el Teide para que sea uno de los grandes motivos para visitar la isla? ¡Pues te lo contamos!

El Teide, un monumento natural

Este imponente volcán es solo parte del escenario existente en el Parque Nacional del Teide, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2007. Además, está protegido como monumento natural y, aunque no lo parezca, aún se mantiene activo.

Vista del Teide
Teide – CANARYLUC

Sin duda, el Teide es el orgullo de todos los canarios por ser mundialmente conocido y por tener millones de visitantes cada año. De hecho, en 2010 fue el parque más visitado de Europa y el segundo parque nacional más visitado del mundo.

“El objetivo de viajar no es solo conocer tierras extrañas, sino que en última instancia se pueda volver y ver al propio país con extrañamiento.”

G. K. Chesterton

Origen del nombre

El nombre proviene de los aborígenes guanches, que llamaban al volcán Echeide. Creían que en él se escondían fuerzas del mal y le tenían un respeto gigantesco.

Vista desde el Teide
Vista desde el Teide – DaLiu

Al parecer, incluso el nombre de la isla proviene del Teide pues los romanos primero llamaron a Tenerife Nivaria por la nieve que caía en el volcán y, más tarde, los indígenas de La Palma le pusieron Tenerife, que significa monte claro.

Cómo midieron la altitud. La historia del Teide

Durante los siglos XV y XVIII, todos los viajeros que cruzaban entre las islas podían divisar el pico del volcán a unas 40 leguas, lo cual les hizo pensar en la gran altitud que tenía. Obviamente, los tiempos de antes no eran como los de ahora, y la simple curiosidad no era motivo suficiente para comenzar una expedición.

Vista del TEide
Teide – Maridav

No obstante, la situación cambió cuando Francia decidió emprender varias expediciones a las Canarias en las que se logró determinar la altitud del Teide y elaborar el primer mapa preciso de este precioso archipiélago.

El primer cartógrafo en medirlo fue Louis Éconches Feuillée. Lo hizo con un triángulo que iba desde el Puerto de la Cruz hasta el volcán, aunque la medida fue errónea: 4313 metros. Esta medición no fue bien criticada ni aceptada como correcta, por lo que se decidió llevar a cabo otra.

No obstante, no fue hasta bien entrado el siglo XVIII cuando se realizó. Jean Charles de Borda, físico y astrónomo, fue el responsable de la segunda medición. Su triangulación sí fue confiable y precisa: 3713 metros de altitud. El detalle de la operación como los finos instrumentos utilizados hicieron que se aceptara como correcta y fiable.

Época guanche

Ya los indígenas guanches consideraban al Teide como una montaña sagrada y la bautizaron, como ya señalábamos, con el nombre de “Echaide” . Nombre que derivó en “Teide”,  que significa “infierno”.

Atardecer en el Teide
Atardecer en el Teide – RG2

Creían que en él vivía Guayota, un demonio del mal. Este ser sobre natural tenía el poder sobre las erupciones del volcán, de ahí que los aborígenes realizaran constantes ofrendas al malvado dios con el fin de aplacar su ira.

Hay una leyenda que afirma que este demonio secuestró al dios del la luz y el sol y lo encerró en el Teide para sumir al mundo en oscuridad. No obstante, tras las peticiones de la población, el dios de los dioses guanches, Achamán, lucharía contra Guayota y vencería. La luz volvió de nuevo al mundo y, además, Achamán taponó el cráter para que Guayota no pudiera salir jamás del volcán.

El parque nacional

Pico del Teide
Pico del Teide – Tomasz Czajkowski

Hoy en día, el Teide es el gran protagonista de uno de los parques nacionales más fabulosos de España. Un parque de una belleza extraña en el que se pueden admirar, además de la silueta del volcán, ríos de lava solidificada y extrañas formaciones rocosas.

Y, por supuesto, puedes ascender al Teide. La manera más cómoda es hacerlo en el teleférico que te deja cerca dela cumbre. Desde la estación hay varios senderos que te permitirán admirar el parque nacional y toda la isla. Si quieres llegar hasta el cráter, debes solicitar permiso con bastante antelación.

Como ves, el Teide es más que un simple volcán activo. Es un pozo de historia, de belleza y de intriga. ¿Vas a dejar de conocer algo tan majestuoso y especial?