Seguros de viaje: no olvides leer la letra pequeña
Los seguros de viaje son una necesidad. Mejor no busques excusas para no adquirirlo, porque aunque representen un gasto adicional, son una garantía indispensable para tu bienestar. Además, hay varios lugares del mundo en los que sí o sí te lo exigen. Si no lo tienes, no te dejan entrar a ese país.
Sin embargo, muchos viajeros son desconfiados a la hora de adquirir un seguro de viaje. En realidad, tienen razón. En esto también hay publicidad engañosa, medias frases y medias tintas. A veces te ofrecen un mundo y cuando vas a ver, habías comprado humo.
Todo esto tiene que ver con la letra pequeña en los seguros de viaje. Como se sabe, los encabezados son espectaculares. Pero si miras lo que está escrito debajo, te das cuenta de que a ese encabezado aplican cien excepciones y que, al final, nada era tan grandioso como te lo aseguraban.
Vale la pena que te tomes un tiempo suficiente para leer esa letra pequeña. Verificar si el seguro cubre todo lo que necesitas que cubra. Y también informarte sobre el método para hacerlo efectivo. Estos son algunos de los aspectos que debes tomar en cuenta.
La cobertura sanitaria en los seguros de viaje
La primera y más importante razón para adquirir seguros de viaje es la asistencia sanitaria. Si enfermas durante el viaje, o tienes algún percance que afecte tu salud, podrías tener graves problemas en caso de no contar con un seguro. El primero de ellos, los costos exorbitantes que esto podría acarrearte.
Es lógico que los seguros excluyan algunas cuestiones. No tienen por qué servir para hacerte un diseño de sonrisa, o mejorar tu nariz. Pero sí es muy importante que den cobertura real frente a cualquier tipo de accidente, a emergencias o a problemas comunes como una indigestión severa, un dolor de muela o un virus.
Las repatriaciones
Este es uno de los aspectos en los que leer la letra pequeña es fundamental. Por lo general, los seguros de viaje te ofrecen “repatriación en caso de emergencia”. Sin embargo, lo que algunos definen como “emergencia” es a veces irrisorio.
Lo ideal es que tu seguro te permita volver a tu país en caso de situaciones catastróficas que realmente lo merezcan. Que estés muy enfermo, por ejemplo. O que muera una persona de tu familia. O que alguna catástrofe natural amenace tu patrimonio o la integridad de los tuyos.
Cancelación del viaje
Los seguros de viajes que cubren la cancelación de uno o varios trayectos suelen ser un poco más costosos que los demás. Sin embargo, vale la pena pagar ese excedente. En este punto también conviene leer con cuidado la letra pequeña. ¡A veces solo cubren la cancelación en caso de muerte!
Lo aconsejable es que en la letra pequeña estén incluidas la mayor cantidad de posibles eventualidades. Los problemas de salud tuyos o de tus seres queridos, por ejemplo. También las dificultades laborales, las catástrofes naturales, los robos considerables, etc.
No hay que olvidar que precisamente para eso es para lo que necesitamos seguros: para que nos protejan de situaciones extremas como esas.
La cobertura económica y otros aspectos
Es importante que analices bien la cobertura económica que te ofrecen los seguros. También las condiciones en las que puedes hacer efectiva esa cobertura. En primer lugar, el monto ofrecido debe estar acorde con el lugar que vas a visitar. Hay lugares donde necesitas más dinero que en otros para salir de problemas.
Así mismo, en la letra pequeña debes verificar lo que tendrías que hacer en caso de que necesites cobrar el seguro. Lo importante es que tengan un método funcional y rápido. También que sea razonable. Cuando el mecanismo para hacer efectivo el seguro es muy complicado, al final puedes quedarte sin nada.
Verifica que el seguro no te exija cubrir por tus propios medios una eventualidad, hasta que ellos se hagan cargo. Esto puede entorpecer mucho las cosas. También puede convertirse en una dificultad adicional, en momentos en los que lo que necesitas son soluciones.
Y, finalmente, recuerda esta máxima viajera: nunca, bajo ninguna circunstancia, adquieras un seguro de viaje sin haber leído toda la letra pequeña.