Seguimos la Vía de la Plata, una ruta milenaria
En el pasado, el Imperio romano construyó trayectos situados entre maravillosos paisajes, impresionantes montañas e inmensas llanuras. Estas rutas eran grandes entramados de comunicaciones formadas por varios tipos de caminos. Una de las más importantes es la conocida como la Vía de la Plata, una ruta que comunica los territorios hispánicos del sur con las comarcas del Cantábrico. Sin lugar a dudas, se convierte en un viaje muy especial al pasado a través de tierras españolas con mucho encanto.
El recorrido por la Vía de la Plata
La Vía de la Plata, además de historia, ofrece una magnífica representación del arte. Magníficos acueductos, bonitas iglesias, espectaculares puentes e imponentes castillos acompañarán al viajero en una peregrinación por la península ibérica.
Trayecto del sur a norte
El viajero puede elegir entre comenzar la ruta por la zona norte de España o bien por la zona sur. De elegir la segunda opción, comenzará por la bonita y carismática ciudad de Sevilla. Capital de la comunidad de Andalucía, Sevilla era llamada Hispalis en tiempos de Roma.
Seguidamente, en travesía por el bajo Guadalquivir, se halla el conmovedor conjunto arqueológico de Itálica, fundada en el año 206 a. C.
Siguiendo la senda se atisban tierras extremeñas, llegando a las calzadas de Emérita Augusta. En este punto, el turista disfrutará de Mérida y Cáceres, ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Sin dejar de mirar hacia el norte se saludarán territorios castellano leoneses, hasta alcanzar los bonitos campos de Salamanca. Posteriormente, el viajero se adentrará en los no menos famosos sembrados de cereales zamoranos, hasta divisar León. El camino toca a término en la comarca asturiana de Oviedo.
“No hay camino que no tenga fin”.
– Séneca –
Tramo andaluz: Sevilla e Itálica
La ruta comienza en Sevilla, a las puertas de su gótica catedral. Recorrer sus empedradas callejuelas de floridas ventas impregnadas de naranjos es un deleite de los sentidos. Desde la Torre del Oro hasta el Real Alcázar, todo son perlas en esta reina mora, flamenca y elegante.
Abandonando esta embrujada metrópolis, la senda acerca al viajero hasta el monasterio cisterciense de San Isidoro del Campo, situado en el pueblo de Santiponce. Esta misma localidad alberga las ruinas de Itálica, ciudad romana por excelencia. Numerosos y hermosos mosaicos pueblan Itálica, muestra de la grandeza del imperio. Además, se puede disfrutar del pavimento característico de la época, los edificios públicos, el teatro y el anfiteatro.
Dada la belleza y virtuosismo del enclave, es comprensible que haya sido elegido como escenario de multitud de exitosos proyectos. Indudablemente, una perfecta simbiosis entre historia y cultura. El más reciente de ellos, la popular serie Juego de Tronos.
Tramo extremeño: Cáceres y Mérida
El tramo extremeño de esta famosa vía recorre algunos de los lugares más relevantes de Extremadura. La primera parada debe ser necesariamente en Zafra. Es esta una hermosa muestra de los pueblos del interior de España, con estrechas callejuelas llenas de blancas casas.
Continuando el camino, el viajero quedará deslumbrado por el conjunto histórico de Augusta Emerita, más conocida como Mérida. Guarda uno de los teatros romanos mejor conservados en el país, que da cobijo a eventos todo el año. Todo el complejo transporta atrás al turista, y el tiempo parecerá haberse detenido en la época del Imperio romano.
Dejando atrás este emblemático rincón, el trayecto continúa hasta Cáceres. Es esta una villa con mucha historia y numerosas representaciones artísticas y grandiosos monumentos. Siguiendo la Ruta de la Plata hallaremos, a orillas del Jerte, Plasencia. Conocida como la perla del valle, alberga un gran patrimonio artístico y cultural.
Tramo castellano leonés
Ya en tierras castellanas, comienza esta ruta en el bonito pueblo de Béjar. Es el primer punto dentro del Camino de Santiago en esta vía. Allí se ubican algunos yacimientos funerarios romanos y, a las afueras, el bonito puente de la Magdalena, que bien merece una visita.
Continuando la ruta, el turista visitará la deliciosa Salamanca, con su bonita Plaza Mayor, claro centro de reunión de sus habitantes, sus dos catedrales y su universidad. Coronando la rivera del dulce Duero se encuentra la ciudad de Zamora. Bien cercada por una gran muralla, toda la villa es un fortín románico digno de disfrute.
Seguidamente, la Vía de la Plata y el Camino de Santiago se unen de nuevo en Astorga, cuyo Palacio Episcopal es obra del arquitecto Antonio Gaudí. Como colofón aguarda León, visitada diariamente por centenares de turistas, a los que su gótica catedral roba el aliento.