Sarlat, una ciudad en Francia con encanto histórico
Sarlat es una de esas ciudades con encanto que solo con pisarla te hace viajar a la Edad Media. De hecho, está catalogada como Ciudad de Arte e Historia. Incluso ha sido escenario de varias películas. Una ciudad llena de encanto que vamos a visitar. ¿Nos acompañas?
La ciudad de Sarlat se ubica en el Perigord Negro. Esta es una zona repleta de castillos y otras construcciones medievales. También de bosques de encina, que es la razón principal del color que se le otorga a esta parte del Perigord.
Lo más destacado en Sarlat
La ciudad de Sarlat tiene decenas de edificios protegidos, y eso, sin duda, es prueba de su valor patrimonial, arquitectónico y artístico. Sus fachadas de piedra y los tejados de pizarra de sus construcciones, perfectamente conservadas, hacen que este sea un lugar de cuento.
La mejor forma de conocer esta localidad es recorrer con calma sus calles para descubrir cada uno de sus rincones. Es difícil destacar uno de ellos, pues la riqueza de esta ciudad medieval es todo su conjunto.
Aun así, sobresale la catedral de San Sacerdos. El templo religioso tiene alguna parte construida en el siglo IX, pero lo más representativo actualmente data del siglo XVI.
Otra estructura muy peculiar es la torre de San Bernardo, conocida como la “linterna de los muertos”. La función que tuvo este edificio aún se desconoce. Se dice que podría haber servido para guiar a los viajeros perdidos, pero hay teorías que defienden que en él se realizaban rituales religiosos.
Un lugar más que añadir a tu visita es la plaza donde se celebraba el mercado de ocas. La importancia del foie gras es vital en la gastronomía del Perigord. Por eso, en Sarlat hay una estatua en honor a estos animales. Se trata de tres ocas de bronce que son el lugar preferido de la ciudad para los más pequeños.
La iglesia de Santa María
En tu visita a Sarlat vas a ver otras plazas muy importantes, como la de la Liberté. Allí podrás ver la majestuosa y antigua iglesia de Santa María, que dejó de servir como templo religioso hace dos siglos. Tras ser utilizada para varios fines, el edificio sirve ahora de mercado y de centro cultural.
En la torre hay un ascensor de paredes de cristal que permite obtener unas vistas increíbles. No solo del edificio, sino también de parte de Sarlat. No dudes en acudir a este lugar en tu viaje al Perigord.
Y aún hay otros rincones que merece la pena mencionar en el casco histórico. El palacete de la Boétie es uno de los edificios más bonitos del sur de Francia, por su singular fachada y su tejado. Dos edificios más que hay que visitar son el palacete de Gisson y el propio ayuntamiento.
Otros lugares del Perigord Negro
Quizá lo más valioso del Perigord Negro sean las pinturas rupestres de las cuevas de Lascaux, cercanas a Montignac. Descubiertas en 1940 y tras años abiertas al público, los expertos en arqueología decidieron cerrar el acceso para facilitar su conservación.
Estas cuevas son tan famosas en Francia como las de Altamira en España, y ambas son los puntos más importantes de Europa en el ámbito del arte rupestre propio del Paleolítico.
Aunque ya no se puede acceder a la cueva original, es posible ver una reproducción exacta en el centro conocido como Lascaux 4. Allí, además, se puede conocer mucho más sobre la época en la que se realizaron las pinturas.
Por otro lado, la riqueza arquitectónica del Perigord Negro se manifiesta, sobre todo, en sus muchos castillos. La mayoría de sus localidades tiene una fortificación construida hace siglos para defenderse de las invasiones enemigas. En este sentido, uno destacado es el de Hauteford.
Además, en el Perigord Negro hay varias ciudades construidas con la misma estructura defensiva. Sus calles son cuadriculadas y regulares, y cada localidad de este tipo, conocidas como bastides, cuenta con una torre defensiva en cada una de sus esquinas. Uno de estos pueblos que destaca sobre el resto es Domme.