Seguimos la singular Ruta Cátara por el sur de Francia
La región del Languedoc es cuna de la religión cátara. Castillos y pueblos se entregaron a este fervor religioso considerado por la Roma de la Edad Media como herética, por lo que fueron perseguidos hasta su desaparición. Afortunadamente, aún quedan en pie algunos vestigios que pueden embarcar al visitante en una aventura al pasado a través de la Ruta Cátara.
Esta ruta incluye torres, castillos en escarpados precipicios, pueblos abadías y paisajes que conformaban los antiguos territorios de la herejía cátara. Aunque muchos están en ruinas, la mayoría son visitables. Como mencionamos, se encuentran en la región de Languedoc-Roussillon-Midi-Pyrénées, en el sur de Francia, y es conocida como el “país cátaro”.
Lo mejor de la Ruta Cátara
1. Carcassonne
Es una ciudadela medieval que constituyó un núcleo importante de la vida cátara, hasta su desaparición tras la cruzada albigense. Carcassonne cuenta con una gran historia y fue reconstruida por los monarcas franceses para reparar los daños que habían dejando los constantes ataques que sufrió durante la cruzada albigense.
Esta ciudadela de cuento es perfecta para ser recorrida a pie. Vale la pena explorarla para descubrir sus muchos lugares llenos de historia e imaginarse caballeros, doncellas y guerras medievales. Tiene 26 torres, aspilleras, altos torreones, los aposentos de los condes y un castillo dentro del castillo.
Desde fuera de la ciudad puede verse toda Carcassonne como una maravillosa estampa, definitivamente unas vistas que no te puedes perder. Además, siente su aire medieval en sus cafeterías, comprando algún souvenir en sus tiendas tradicionales o disfrutando de una buena comida en alguno de sus restaurantes.
2. Mirepoix
Este es un pequeño pero encantador pueblecillo medieval que, además de formar parte de la Ruta Cátara, también está incluido en la Route des Bastides, un circuito que recorre unas doce ciudadelas fortificadas. Se encuentra muy cerca de Carcassonne y aunque puede ser recorrido en poco tiempo, lo que hay te encantará.
No te puedes perder su preciosa plaza porticada y su impresionante catedral, de gran tamaño aunque con una sola nave. Asimismo, te puedes perder entre sus pequeñas tiendecitas, bares, restaurantes, cafeterías y mucho más.
3. Minerve
La ciudad cátara de Minerve se encuentra en lo alto de un montículo erosionado por los ríos Cesse y Brian. Esta situación realmente espectacular regala unas vistas fantásticas a los visitantes, quienes no dudan en tomar panorámicas que capturen su belleza.
Esta aldea medieval parece estar esculpida en piedra en medio de una gran vegetación, olivos y viñedos. De visita obligada son la iglesia románica de Saint-Étienne o el Museo de Heurepel dedicado al catarismo. Tampoco puedes dejar de recorrer la muralla medieval y visitar la escultura Paloma de la Luz, que recuerda a los 140 cátaros que fueron quemados en 1210.
4. Los castillos de Lastours
Los castillos de Lastours son tres torres cátaras más una cuarta construida siglos después por el rey de Francia. Sus nombre son Cabaret, Tour Regine, Surdespine y Quetinheux. Las ruinas de estas cuatro fortificaciones se encuentran coronando la Montaña Negra, como si fueran unos nidos de águilas que dominan todo a sus pies.
Los tres castillos más antiguos fueron construidos por los señores de Cabaret, siendo el castillo principal el que lleva su nombre. Alrededor de estas fortificaciones se instalaron los seguidores de la religión cátara, convirtiendo este lugar en uno de los mayores símbolos cátaros de Francia.
5. Castillo de Montségur
Este castillo se encuentra erigido en lo alto de una peña rocosa a 1200 metros de altitud en Ariège. Es considerado el castillo más simbólico del “país cátaro”, pues fue el último bastión de la resistencia frente a la represión del papa Inocencio III.
Para llegar hay que realizar un paseo a pie de unos 20 minutos, pero el esfuerzo vale la pena, pues las vistas son realmente maravillosas. Actualmente, su ubicación y los rumores de un eventual tesoro atraen a miles de visitantes.
“Viajar es fatal para el prejuicio, la intolerancia y la estrechez de mente”.
-Mark Twain-
6. Albi
Acabamos nuestro recorrido por la Ruta Cátara en una ciudad episcopal. Albi se encuentra en la región Midi-Pyrenées y su pasado cátaro dio lugar a eventos históricos e interesantes lugares que vale la pena conocer.
Entre sus muchos lugares, no te puedes perder la catedral de Saint-Cécile, con su estilo gótico meridional y construida enteramente en ladrillo rojo. Cuenta con una gran colección de pinturas renacentistas y una torre campanario de 78 metros de altura.
Otro imperdible es el Palacio de la Berbie, actual Museo Toulouse Lautrec. Se trata de un castillo del siglo XIII, uno de los más antiguos de Francia, pero también uno de los mejor conservados. Posee una colección de más de 1000 obras de Lautrec, entre las que se encuentran sus famosos carteles para el Moulin Rouge.