The Red Tower: historia de su construcción
La conocida como The Red Tower se encuentra ubicada al oeste de la isla de Malta, concretamente en Triq tad-Dahar. Su construcción, en el año 1647, se le atribuye al conocido Gran Maestre Lascaris. Las bases de la planta cuadrada original de la torre se terminaron de construir 2 años después del inicio de las obras, en 1649.
Esta cuenta con 4 torres situadas a cada lado de la fortificación y con un cañón en cada una. Las paredes exteriores poseen unos 4 metros de espesor, que le ofrecían una gran resistencia y un techo abovedado para cubrir mejor en caso de asedio.
Este lugar fue el bastión principal de la famosa Orden de Malta. En ella podían vivir aproximadamente unos 30 hombres armados, con el suficiente espacio para guardar tanto munición como suministros para aguantar un asedio de hasta 40 días. Sería durante el siglo XVIII cuando se decidiera reforzar los flancos de The Red Tower para dotarla de una estructura aún más sólida.
La famosa fortificación ha sido uno de los puntos estratégicos del país desde el periodo de invasión británica hasta durante las 2 guerras mundiales. Finalmente, ya en el siglo XX, el gobierno del país decidió restaurarla por completo debido al mal estado de conservación de algunas de las torres, techo y paredes. Para ello, se la dotó de un mejor recubrimiento de piedra y las paredes fueron pintadas de ese color rojizo tan característico; de ahí su apodo actual.
Incluso en la actualidad, sigue cumpliendo una función militar. De hecho, aquí se encuentra situada una de las estaciones de las Fuerzas Armadas de Malta.
Las torres Wignacourt, historia y estilo propios
La Torre de Santa Ágata, el nombre verdadero de esta fortificación de gran valor histórico, debe su nombre a una pequeña capilla dedicada a esta santa, que se encuentra en el interior de la misma.
Es más, el estilo de The Red Tower es uno conocido como torres Wignacourt, en honor al arquitecto Frey Aloph de Wignacourt, quien dirigió varias de las obras de este tipo de fortificaciones. Lamentablemente, de las más de 7 torres de vigilancia y defensa construidas con este estilo solo quedan en pie 5. Entre ellas, como es de esperar, la Torre de Santa Ágata, además de otras menos conocidas como la torre St. Lucian o la Torre de St. Paul Bay.
Sin embargo, es importante señalar que esta, aún cumpliendo con el estilo característico de las torres Wignacourt, no fue construida por este arquitecto sino por el Gran Maestre Lascaris. De hecho, es la más reconocible porque el maestre trató de diferenciarla un poco del resto de las construcciones de la época añadiendo nuevos elementos para evitar la sencillez del resto y mejorar los puntos débiles de sus defensas.
Consejos útiles durante la visita
Gracias a la restauración en 1999, a pesar de ser utilizada como estación para radares militares, es posible visitarla. Se encuentra abierta al público durante todo al año y cuenta con 2 tipos de horarios.
El primero, entre los meses de septiembre y junio, es de de 10 a.m. a 4 p.m. Para el resto del año, el edificio cuenta con un horario que va desde 10 a.m. a las 6 p.m.
El precio de la entrada no supera los 2 euros por persona y la visita merece realmente la pena. Aquellos afortunados que decidan visitarla podrán contemplar la decoración interior y ver las losas originales de la construcción, así como otros elementos propios.
Sin embargo, lo que más impresiona son las vistas desde lo alto de las diferentes torres. Desde ellas es posible apreciar la Torre de Santa María en la isla de Comino y el paisaje de la Reserva Natural de Ghadira.
Si bien la imagen de The Red Tower es mucho más espectacular desde lejos, debido a su particular ubicación junto a un acantilado, recomendamos visitarla por ser una singularidad arquitectónica. Es más, es uno de los destinos destacados de la isla de Malta.
Y si aún nos hemos quedado con ganas de más, podremos hacer una ruta alrededor del resto de los acantilados de la zona. La panorámica nos dejará sin aliento. Un punto y final para acabar la visita de la mejor forma posible.