Visitamos el Real Monasterio de Santa María de El Paular

Se trata de uno de los monasterios más antiguos de España y una visita cultural imprescindible a los pies de la madrileña sierra de Guadarrama.
Visitamos el Real Monasterio de Santa María de El Paular
Cristina Moreno

Escrito y verificado por la historiadora del arte Cristina Moreno.

Última actualización: 12 febrero, 2020

El Real Monasterio de Santa María de El Paular es un conjunto monumental situado en el municipio madrileño de Rascafría. Es un lugar que pasó de ermita a abadía y que está declarado Bien de Interés Cultural desde 1876. Es también uno de los mejores espacios para conocer la historia de la Corona de España y de la Orden de los Cartujos.

La historia del Real Monasterio de Santa María de El Paular

Vista aéra del Monasterio de Santa María de El Paular

El origen de este impresionante monasterio se encuentra en una pequeña ermita donada a la Orden de los Cartujos. Esta era una ermita advocada a Santa María del Poblar y que se encontraba en el mismo lugar que hoy ocupa este monasterio, en plena sierra de Guadarrama.

Su fundación se debe a la Casa Real de los Trastámara. Data de 1390 y pronto se convirtió en el monasterio más importante de toda la Corona. La pequeña ermita pasó a ser parte de un conjunto mayor, cuyo maestro de obras fue Don Rodrigo Alfonso, a quien después seguiría Gil Fernández a inicios del siglo XV para iniciar la construcción de la actual iglesia.

Lo curioso de este monasterio es que en sus obras participó como maestro de obras un morisco. Se trata del segoviano Abderramán, a quien le debemos los elementos mudéjares que pueblan todo el conjunto.

Auge y abandono del monasterio

Galería del monasterio
Galería – jose angel / Flickr.com

Bajo los Reyes Católicos el monasterio cobrará mayor importancia. De esta manera, será Juan Guas, el arquitecto favorito de Isabel la Católica, el que se haga cargo de las obras. A él le debemos edificios como la antigua catedral de Segovia o el palacio de Manzanares el Real, entre otros.

Años después entraría en juego Rodrigo Gil de Hontañón, que era natural de Rascafría, por lo que no encontró mejor lugar para dejar su huella que su localidad natal. A él, le debemos la portada del patio de Ave María.

La llegada del Barroco y el terremoto de Lisboa dejarían también su huella en el Real Monasterio de Santa María de El Paular. Pero después comenzó su declive al ser ocupado por las tropas napoleónicas y pasar a engrosar las listas de bienes desamortizados.

Sus muros comenzaron a brillar gracias a que fue sede de la Institución Libre de Enseñanza y de la Residencia de Pintores Paisajistas desde 1918. Además, la vida monástica volvería a él a partir de 1942, pero ya no a cargo de los cartujos, sino de los monjes de la Orden Benedictina.

Qué ver en el monasterio de Santa María de El Paular

Durante la visita, que se puede hacer todos los días, podrás ver las diferentes etapas constructivas por las que ha pasado este impresionante monasterio: desde el estilo gótico al neoclásico, pasando por el mudéjar y el barroco. Podrás pasear por su iglesia, sus claustros y patios y conocer la impresionante capilla del Sagrario o la elegante sala capitular.

1. La capilla del Sagrario y la sala capitular

Retablo mayor
Retablo mayor gótico – Mercedes Blanco / Flickr.com

En la primera, no te pierdas el trabajo de Francisco Hurtado Izquierdo, artífice de obras tan importantes como el Sagrario de la Cartuja de Granada. Es una estructura de planta hexagonal en la que el tabernáculo y el transparente son los elementos principales. Ambos están rodeados de esculturas y pinturas de los mejores artistas de la época, entre ellos Antonio Palomino o Duque Cornejo.

Mientras, en la sala capitular no puedes dejar de contemplar sus magníficas bóvedas ojavales y el retablo barroco obra de Churriguera. Es un alarde de belleza con imponentes columnas salomónicas que está presidido por la Inmaculada, tras haberse trasladado san Bruno a la iglesia de Rascafría.

2. La serie de cuadros de Vicente Carducho

Cuadro de Vicente Carducho
‘San Bruno se encuentra con el conde de Sicilia y Calabria’ de Vicente Carducho

En el claustro, claro ejemplo de la arquitectura gótica, la serie de cuadros de Vicente Carducho te espera para sorprenderte. Se trata de una serie compuesta por 52 cuadros de casi siete metros cuadrados. En ellos se narra la vida de san Bruno y de la Orden de los Cartujos. Su encargo vino de la mano del prior Juan de Baeza.

Estos cuadros, tras la desamortización de 1835, se trasladaron al Museo Nacional de Pintura y Escultura, pero después se dispersaron por toda España. Recientemente, el Museo del Prado, se encargó de volver a juntar la serie, restaurarla y devolverla a su enclave original.