La ciudad del amor, 6 razones para viajar a París
París es un lugar de ensueño. Un viaje a la capital del amor y las luces será inolvidable. Lo cierto es que solo hace falta quitar dos letras a la palabra “paraíso” para obtener “París”, por ello, en cada una de sus calles nos encontraremos en un entorno mágico. Las razones para viajar a París son infinitas: paseos, vistas, monumentos, experiencias únicas…
La capital francesa cuenta con una historia increíble. Sus luces, su gente y sus aromas crean un ambiente digno de conocer, disfrutar y contemplar. Además, París es capaz de hechizarnos con tan solo estar presente. Elegir solo algunas razones para viajar a París es difícil, pero aquí te mostramos las más importantes:
1. Razones para viajar a París: subir a la Torre Eiffel
Una de las principales razones para viajar a París es contemplar su monumento más emblemático: la Torre Eiffel. Subir por el interior de esta torre hasta cualquiera de sus pisos es todo un espectáculo. Esta dama de hierro cuenta con una arquitectura única que podemos observar desde muy cerca si entramos en ella.
Además, las vistas que ofrece la Torre Eiffel son increíbles. Desde allí podemos observar una panorámica indescriptible de la capital francesa. Será un recuerdo único en nuestra memoria.
“En París todo el mundo quiere ser actor, nadie se resigna a ser espectador.”
-Jean Cocteau-
2. Ver el atardecer en Montmartre
Montmartre es el barrio bohemio parisino por excelencia. Allí, además de deleitarnos en el arte que se respira en cada una de sus calles, podremos visitar el monumento del Sagrado Corazón. Desde su interior podemos acceder a un mirador en lo alto que nos ofrece unas vistas increíbles de París.
Si vamos al atardecer a Montmartre disfrutaremos de uno de los espectáculos más asombrosos. La ciudad de París va perdiendo poco a poco su luz natural para, finalmente, brillar en la oscuridad. Aunque una de las mejores panorámicas que ofrece Montmartre es desde lo alto del Sagrado Corazón, podemos subir al mirador que se encuentra alrededor del monumento.
3. Visitar el Palacio de Versalles
El Palacio de Versalles es una parada obligatoria en este viaje y otra de las principales razones para viajar a París. Los jardines que rodean el palacio nos dejarán con la boca abierta. Además, sus paseos llenos de fuentes y vegetación crean un ambiente extraordinario.
Por otra parte, el palacio es una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de Francia. De hecho, es uno de los castillos monárquicos más importantes de Europa. El palacio y el parque de Versalles fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
4. Admirar la Catedral de Notre Dame
La catedral de Notre Dame consigue que cada visitante quede impresionado. Este monumento ofrece una arquitectura única e inimitable. Su interior y su fachada dan forma a una edificación magnífica, a una de las catedrales góticas más importantes de Europa.
Además, existe la posibilidad de subir a sus torres. Desde ellas se puede observar una panorámica increíble de la ciudad, mientras estás rodeado de fabulosas gárgolas de piedra. Te sentirás casi como el inolvidable jorobado que protagonizó una de las novelas más conocidas de Victor Hugo y una célebre película de Disney
5. Pasear por los Campos Elíseos
La avenida de los Campos Elíseos es la avenida principal de la ciudad y cuenta con casi dos kilómetros de longitud. Este famoso paseo nos lleva desde el Arco del Triunfo hasta la plaza de la Concordia, dos lugares referentes de la capital francesa.
El Arco del Triunfo ofrece unas vistas increíbles de la ciudad y la plaza de la Concordia es la segunda plaza más grande de Francia. Dos lugares maravillosos para delimitar uno de los paseos más increíbles que podrás hacer.
6. Probar su gastronomía
Uno de los puntos fuertes y una de las principales razones para viajar a París es su gastronomía. De hecho, la comida francesa ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Esta deliciosa cuisine française nos deleita con sus platos más conocidos como el coq au vin, el foie o el poulet rôti; con sus quesos más famosos, como el raclette; y con sus dulces más característicos, como las crêpes y los macarrons. En definitiva, París ofrece una grandísima variedad gastronómica.
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