La Puerta de Brandenburgo, historias y leyendas
La Puerta de Brandenburgo es el gran símbolo de Berlín, y prácticamente de toda Alemania. Seguramente sea su monumento más visitado y más fotografiado. Ante ella se reúnen los berlineses para celebrar los grandes acontecimientos y a ella acuden los turistas para conocer gran parte de la historia de la ciudad.
La Puerta de Brandenburgo es, por todo ello, un pedazo muy importante del pasado berlinés, y también de su presente. Por eso, cualquier viajero ha de conocerla, y por eso queremos acercártela virtualmente. Esto es todo lo que debes conocer del monumento más famoso de Alemania.
Los orígenes de la Puerta de Brandenburgo
La Puerta de Brandenburgo se levantó cuando Alemania no existía como tal y Berlín era la gran ciudad de la imperial Prusia. Hablamos de finales del siglo XVIII, concretamente entre los años 1788 y 1791, cuando Federico Guillermo II ordenó que se construyera.
Pero, por orden suya, se construyó esta puerta junto a otras 17 que daban acceso al centro de la ciudad. No obstante, de todas esas entradas, la Puerta de Brandenburgo se concibió desde el primer momento como la más monumental del conjunto.
Por esa razón el arquitecto Carl Gotthard Langhans la dotó de un aspecto que nos puede recordar a los grandes arcos de triunfo de los emperadores romanos. Y es que eran tiempos en los que el estilo artístico de moda era el Neoclasicismo, y Prusia quería mostrar con esta construcción toda su grandeza ante Europa.
La cuadriga de la Puerta de Brandenburgo
De todo el conjunto monumental, sin duda, hay un elemento que llama poderosamente la atención. Y ese no es otro que la escultura de 5 metros de altura que corona la parte más alta de la puerta. Es la escultura de la Cuadriga. En ella se ve a la diosa de la Victoria que cabalga hacia el interior de Berlín, mientras gobierna un carro tirado por 4 caballos.
Esta escultura, creada por el artista Johann Gottfried Schadow, fascinó a Napoleón Bonaparte cuando entró en la ciudad en 1806. Tanto le llamó la atención que decidió tomarla como trofeo de guerra.
Así, mandó desmontarla pieza a pieza para que fuera trasladada a París. Sin embargo, cuando el emperador francés cayó en desgracia en 1814, la escultura hizo el camino de vuelta a Berlín. Si bien a su regreso fue necesario restaurarla antes de colocarla en lo alto de de la Puerta de Brandenburgo.
Más guerras y restauraciones
La escultura de la cuadriga, y en general toda la Puerta de Brandenburgo, fueron enormemente dañadas durante la Segunda Guerra Mundial. Algo que le ocurrió en realidad a toda la ciudad. Por eso hubo que volver a restaurarla.
Pero en esa restauración se decidió hacer algunos cambios en el conjunto escultórico. Así, se eliminó la figura del águila y también una cruz de hierro, que evocaban el pasado imperial y nazi de Alemania.
La Reunificación de Alemania
De alguna forma, la Puerta de Brandenburgo nos muestra que a veces la historia es cíclica. Y es que cuando se construyó Prusia conmemoraba la unificación de varios reinos germánicos. Curiosamente, en 1989, la Europa del Este y del Oeste se reunificaban. Una unión se materializaba en esta monumental puerta, que había perdido su función durante los años de separación por el famoso Muro de Berlín.
Durante décadas pasar por la Puerta de Brandenburgo era toda una quimera, ya que el monumento quedó en terreno de nadie, entre el muro interior y el exterior. Por ello, muchas películas ambientadas en la Guerra Fría recreaban este curioso paso fronterizo entre las dos Alemanias.
De hecho, esa condición de símbolo del pasado hace que también sea el símbolo del presente de Berlín. Por aquí han pasado todas las grandes personalidades que han vivido o visitado la ciudad. Sean estrellas de cine, artistas, músicos, políticos o dictadores de infausto recuerdo.
“Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.”
-Aldous Huxley-
Es decir, que si visitas la capital alemana, por supuesto, debes acudir a contemplar la impactante Puerta de Brandenburgo. Y por cierto, podrás pasar por debajo de cualquiera de sus arcos. ¿Qué tiene de especial? Que cuando se construyó, por los tres centrales solo podían pasar miembros de la realeza.