El pueblo medieval de Besalú y su famoso puente
La geografía española está sembrada de lugares encantadores, y un buen ejemplo es el pueblo medieval de Besalú. Situado en la provincia de Girona, se fundó allá por el siglo X alrededor de un castillo medieval. Y ya antes de atravesar su bonito puente para acceder al casco histórico, esta localidad es capaz de hacernos viajar en el tiempo.
La visita al pueblo medieval de Besalú
Localizado en la zona de la Garrotxa, el pueblo medieval de Besalú es uno de sus mayores atractivos. Y no es para menos, pues pasear por él es como adentrarse en otra época. Son varios los elementos que nos hacen retroceder varios siglos atrás.
Ya desde la entrada, lo conseguimos con su bellísimo puente. Pero también destacan los baños judíos, el monasterio de San Pedro de Besalú o la iglesia de San Vicente. Todos estos espacios forman uno de los conjuntos medievales más hermosos que vas a poder visitar.
El espectacular puente románico
El diamante más valioso del pueblo medieval de Besalú es su puente medieval. De estilo románico, esta estructura que salva el río Fluviá está considerada como Bien de Interés Cultural. De él se tienen noticias desde el siglo XI, aunque ha sido remodelado a lo largo de los siglos.
Un puente singular en muchos aspectos. Por un lado, por su estructura angular. Por otro, por sus siete arcos desiguales. Y, finalmente, por la gran torre de planta hexagonal que se alza a mitad de su recorrido.
El puente permanece pegado a la muralla que protegía esta localidad en la Edad Media. Y, por supuesto, es uno de sus lugares más transitados. Todo aquel que visita el pueblo medieval de Besalú acaba cruzándolo de una manera u otra.
La judería y los baños judíos
Si el puente es impresionante, lo que tampoco te puedes perder es el patrimonio cultural judío que perdura en el pueblo. Durante la Edad Media aquí se levantaron algunas sinagogas, y la más importante de ellas guarda aún un gran tesoro.
El mikvé, o baños judíos, es uno de los pocos que se han conservado en España. Es una sala subterránea abovedada de estilo románico. Dentro hay una piscina que se rellenaba de forma natural con el agua de un manantial. En ella se podía sumergir el cuerpo completamente.
Pero no solo merece la pena contemplar los baños. Pasear por la judería de Besalú es toda una experiencia. Su laberíntico entramado de callejuelas aún recuerda los tiempos en los que aquí vivía una próspera comunidad judía.
El monasterio y la iglesia
Los templos son siempre lugares de visita obligada en cualquier pueblo o ciudad. Si la cultura judía dejó su particular marca en el pueblo medieval Besalú, la cristiana lo hizo de una manera mucho más pronunciada. Aquí hay que hacer parada en dos construcciones de interés.
El monasterio de San Pedro de Besalú permanece en pie desde su creación en el siglo X y posterior restauración en el año 1160. En él podremos ver las tres naves con el deambulatorio en el ábside central. Destaca la decoración de su fachada, con la talla de dos leones.
El otro espacio religioso es la iglesia de San Vicente. De estilo románico, guarda en su interior un objeto muy preciado: la reliquia de la Vera Cruz. Se trata de una parte de la cruz en la que fue crucificado Jesús.
Otras localidades para visitar en La Garrotxa
El pueblo medieval Besalú no es el único de la zona de La Garrotxa que hay que visitar. Merece la pena destacar pueblos como Santa Pau, Castellfollit de la Roca y Olot, entre otros.
Pero, además, en la zona de La Garrotxa es común el turismo natural. Este es un entorno volcánico único en la península ibérica. Aquí se descubren un buen número de conos de volcanes extintos hace miles de años.
Además de visitar los pueblos de la comarca, es imprescindible pasear por el entorno para descubrir rincones tan singulares como los volcanes Croscat o Montsacopa.
Ya ves que la comarca de La Garrotxa esconde auténticos tesoros. Hay que llevar una buena cámara para fotografíar pueblos preciosos como Besalú. Pero tampoco hay que olvidar nuestras mejores zapatillas para recorrer el fabuloso entorno natural.