Un paseo en trineo por la Laponia noruega
A la Laponia Noruega se puede viajar durante todo el año. Puede parecer que el verano es el momento más propicio. Sin embargo, para conocer las esencias más auténticas de este recóndito lugar, lo ideal es viajar durante el gélido invierno. Es entonces cuando se ofrecen actividades sorprendentes, y una de ellas es montar en trineos tirados por perros.
La Laponia noruega en invierno
Es cierto que las temperaturas invernales de la Laponia noruega no son demasiado agradables. Y las escasas horas de luz solar pueden asustar a cualquiera.
Sin embargo, hay que perderle el miedo. Si has pensado en hacer un viaje en esas fechas a esta región, has tenido una idea estupenda. Eso sí, sigue unos buenos consejos referentes a la ropa de abrigo que deberás llevarte. Y tras eso, aventúrate por unos paisajes únicos, tan salvajes como hermosos.
Tromsø, ideal para los trineos
En la Laponia Noruega hay muchos lugares donde se ofrece la oportunidad de ir en trineo. Al fin y al cabo, este medio de transporte y los carismáticos perros husky han servido durante siglos para el movimiento de los sami por estos territorios.
No obstante, uno de los lugares más adecuados para practicar esta actividad tan especial es Tromsø. Esta ciudad es un referente del turismo en Noruega, ya que tiene una buena infraestructura turística para servir de base de operaciones a los turistas. Tal vez por eso la llaman la Puerta del Ártico.
Así que Tromsø es magnífica para contratar actividades. Por ejemplo, desde aquí parten las excursiones que os llevarán a disfrutar de espectaculares auroras boreales. Y por supuesto, también aquí se pueden contratar los recorridos en trineo que recorren los alrededores.
¿Cómo es viajar en trineo?
Para que el trineo se deslice a la perfección el suelo tiene que estar bien nevado y helado. Es decir, que las temperaturas estarán bajo cero cuando vayáis a montar en el trineo. Eso, aunque el día esté soleado, así que si hace mal tiempo, hay que imaginárselo. En fin, lo normal en el invierno de estas latitudes.
Por eso no hay que extrañarse si antes de comenzar, los guías os proporcionan un abrigo extra. Aunque ya vayáis forrados con plumas, gorros y demás, poneros ese equipamiento: mono, botas y guantes, además de una manta de ayuda. Llevando eso, aunque os parezca mentira, no vais a pasar frío.
Conducir un trineo con huskies
Tras abrigarse, los guías nos van a explicar cómo conducir el trineo. ¡Cómo oyes! Lo vas a poder conducir tú. Siguiendo sus recomendaciones es sencillo.
Basta con no abandonar las trazadas, las huellas sobre el nieve y pillarle el truco al freno para no abusar de la velocidad. Tal vez en alguna curva nos vayáis al suelo. Pero no hay que preocuparse, rápidamente se aprende.
En cada trineo van dos personas, y hasta se hace una parada para intercambiar de conductor si se desea. Pero no penséis que vais solos por las amplias llanuras nevadas.
Estas actividades siempre son guiadas y, por supuesto, se hacen en grupos amplios, por lo que siempre hay una sensación de seguridad.
El viento del Ártico
Pero aun yendo en grupo, la belleza del paisajes de la Laponia noruega es tal, que casi todo el mundo hace el itinerario en silencio, extasiado con lo que se contempla. Solo se oye algún ladrido de los poderosos y hermosos huskies.
Igualmente, se escucha el deslizarse del trineo. Y por supuesto, el aire frío del Ártico. Se siente la velocidad, y ese gélido viento puede ser de lo más placentero, ya que proporciona una sensación de libertad difícilmente descriptible.
Los sami de Laponia noruega
El trineo con huskies es una manifestación más de la cultura sami que se descubre durante esta actividad en la Laponia noruega. Casi todos los recorridos terminan visitando algún tipo de exposición sobre sus costumbres y degustando sus platos típicos, entre los que no suele faltar la carne de reno.
En fin, no tengas miedo al frío y emprende este viaje invernal a la Laponia noruega. Sube en trineo, disfruta de los increíbles paisajes y conoce las costumbres de sus pueblos nativos. ¡Vas a alucinar!