Descubre el Parque Natural Abel Tasman en Nueva Zelanda

Este parque es un lugar perfecto para disfrutar de los deportes acuáticos o descansar en sus preciosas playas. Uno de los muchos rincones idílicos de Nueva Zelanda.
Descubre el Parque Natural Abel Tasman en Nueva Zelanda

Escrito por Álvaro Gómez

Última actualización: 17 agosto, 2019

La mejor mezcla entre aventura y descanso se encuentra en el Parque Natural Abel Tasman. Situado en Nueva Zelanda, este territorio es perfecto para realizar todo tipo de deportes acuáticos y actividades para los más atrevidos. A su vez, es un escenario paradisíaco en el que puedes disfrutar de las mejores vacaciones de relax.

Este territorio recibe el nombre del explorador Abel Tasman, que a mediados del siglo XVII llegó a la Bahía Dorada, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Tanto si buscas unas vacaciones llenas de actividades como si lo que pretendes es descansar, haz las maletas y lánzate a la aventura de descubrir este lugar espectacular.

Qué hacer en el Parque Natural Abel Tasman

Deportistas en el Parque Abel Taman
Deportistas en el Parque Abel Tasman

La mejor manera de aprovechar las aguas que bañan la costa de Nueva Zelanda por donde hace más de cuatro siglos entró la expedición de Abel Tasman es con las múltiples actividades que se pueden realizar en ellas. Puedes hacer remo o bucear para descubrir los secretos subacuáticos.

Por supuesto, también es posible practicar surf o viajar en kayak. De hecho, con cualquier tipo de embarcación podrás recorrer la costa del parque desde el agua. Así, además de realizar ejercicio, podrás descubrir los mejores paisajes de la isla.

¿Prefieres tierra firme? No te preocupes, este es un espacio de una riqueza natural increíble. Así que podrás calzarte las botas y caminar para y conocer su flora y fauna exóticas.

Y, cuando estés cansado o simplemente te apetezca relajarte sin hacer nada, podrás disfrutar de un entorno único. Sus playas te invitarán a tumbarte y olvidarte de todo, mientras que sus aguas cristalinas son el mejor lugar para refrescarte. Y por la noche, podrás contemplar el cielo estrellado y libre de contaminación.

Qué puedes ver en el parque

Roca partida en el Parque Abel Tasman
Split Apple Rock – Axel Magard / Flickr.com

En el parque hay testigos de asentamientos maorís antiguos y tú puedes visitarlos. Por ejemplo, desde la bahía Te Pukatea puedes acceder por un camino a la que era una fortificación maorí. Aquí podrás observar las impresionantes vistas que hay desde un lugar que servía de defensa ante los invasores.

Un punto curioso es la Split Apple Rock, una gran roca esférica que parece partida por la mitad. La leyenda cuenta que dos dioses maoríes querían la roca y, al no llegar a un acuerdo, la partieron por la mitad.

En la visita, si viajamos en alguna embarcación para conocer la costa del parque descubriremos cosas increíbles. Lo más sorprendente es ver en las rocas de los acantilados a unos vecinos muy peculiares. Las focas tomando el sol, e incluso pingüinos en alguna época del año, se convierten en protagonistas de todas las fotografías.

Dónde alojarse

Parque Abel Tasman
Interior del parque

Dentro del parque hay algunos campings. Estas experiencias son las más enriquecedoras, sobre todo, cuando te dan la posibilidad de dormir en la playa con el cielo estrellado sobre ti. Pero los precios son elevados y es entendible que en tu viaje a Nueva Zelanda prefieras buscar una opción más económica.

Un pequeño asentamiento situado a la entrada de Abel Tasman es Marahau. Es un lugar ideal para alojarse, pues está al lado del parque, puedes elegir entre varias opciones para dormir y puedes utilizar los taxis acuáticos o alquilar un kayak.

Y, si algún día no tienes ganas de ir al parque, puedes quedarte en la playa de Marahau, que tampoco tiene nada que envidiarle a ninguna otra.

Visita otra ciudad cercana

Si tu viaje es largo y no quieres hacer el mismo tipo de turismo todos los días, puedes buscar otras opciones en localidades relativamente cercanas. Por ejemplo, puedes hospedarte en Takaka, donde lo mejor es recorrer su colina y visitar sus tiendas de arte.

Aquí también podrás alojarte por precios más bajos y abastecerte en sus tiendas de agua y comida antes de salir de ruta por la naturaleza. En la ciudad, lo mejor es visitar sus cafés y compartir experiencias con la gente. Nadie como los locales para que te aconsejen sobre los sitios más bonitos que visitar tanto en el parque como en sus alrededores.