Pals, una de las joyas de Cataluña
La villa de Pals, en la provincia de Girona, es un sorprendente destino para una excursión, al menos, durante unas vacaciones en la Costa Brava. Eso sí, estamos proponiéndoos alejaros unos kilómetros del mar, solo unos pocos, pero a cambio la recompensa será un viaje a la Edad Media.
El conjunto medieval de Pals
Durante el Medievo por toda esta zona del Baix Empordà y en general por toda Girona habría pequeños condados independientes. De ahí, que en lugares como Pals encontremos un recinto amurallado y grandes torreones. De hecho, uno de los elementos más antiguos de todo el conjunto medieval de Pals es la Torre de las Horas, elevada en la Plaza Mayor en estilo románico.
Torre de las Horas
La Torre de las Horas es una gran torre del homenaje de base circular que se levantó entre los siglo XI y XIII, si bien más tarde se usó como campanario, de ahí su nombre popular. Es un robusto torreón de hasta 15 metros y que se asienta sobre la roca natural. Un roca que sirvió anteriormente como lugar de enterramiento, ya que allí se conservan lo que fueron unas tumbas visigóticas.
No obstante, esta no es la única torre de Pals. En el impresionante tramo de amurallamiento de la población, todavía se mantienen en pie cuatro torres, en este caso de planta rectangular. Unas construcciones realizadas en el lejano siglo XII.
Recinto gótico de Pals
El excelente estado de conservación de Pals nos propone una visita por uno de los conjuntos góticos mejor conservados del país. Todo aquí está dominado por la piedra, tanto la arquitectura como el urbanismo, ya que el itinerario ascendente se hace por estrechas calles empedradas, flanqueadas por casas donde se abren ventanas ojivales típicas del arte gótico.
De todo ese recorrido un hito muy destacado en el iglesia de Sant Pere. En ella se resume prácticamente la historia de la población, ya que es fruto de las obras realizadas aquí durante varios siglos, desde los tiempos del Prerrománico, a finales del siglo X, hasta prácticamente el siglo XVIII cuando se incluyen varios elementos barrocos.
Mirador Josep Plá
El recorrido por Pals siempre es ascendente y uno de los momentos más esperados es cuando se llega al mirador Josep Pla, cuya denominación recuerda al escritor catalán, nacido en esta misma comarca y que con tanta pasión describió este lugar. Y ciertamente, una vez que hemos paseado por las calles y contemplamos la panorámica que nos ofrece este emplazamiento, comprendemos al literato ampurdanés.
Es un mirador que nos ofrece unas vistas hacia el llano de la región del Ampurdán, la montaña gerundense como el macizo de Montgrí o el Canigó y hacia el mar Mediterráneo, en cuyo fondo azul destacan las hermosas islas Medas.
“Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.”
-Josep Pla-
Casa de la Cultura Ca la Pruna
Antes de abandonar esta localidad hay que hacer una visita obligada. Se trata del Museo de Arqueología Submarina que se encuentra en una casona fortificada alzada entre los siglos XV y XVI. Obviamente, parte de sus salas están dedicadas a los hallazgos arqueológicos hallados bajo el mar, pero hay otras exposiciones muy interesantes, que van desde los útiles empleados por el primer farmacéutico que hubo en Pals hasta una muestra por los vinos y cavas de Cataluña.
La playa de Pals
La gran fama de Pals reside en su conjunto medieval tan maravillosamente conservado. Sin embargo, no acaban aquí los encantos del lugar. Por medio de una carretera local se puede llegar en pocos minutos hasta la llamada playa de Pals, otro de esos lugares que dan fama mundial a la Costa Brava de Girona.
Un rincón donde no faltan unos cuatro kilómetros de playa, pero donde también hay diversos restaurantes, hoteles, urbanizaciones y grandes villas para veraneantes un tanto exclusivos que aquí cuentan hasta con campo de golf.