En familia por Ottawa, la capital de Canadá
Ottawa, la capital de Canadá, es una ciudad magnífica para hacer turismo familiar. Y lo es por varias razones: por sus variados atractivos, por su tamaño muy acogedor y por el carácter de diversidad que se respira en sus calles. Así que si viajas a Canadá en familia, incluye su capital, porque te va a sorprender.
Ottawa, un buen resumen de Canadá
La capital canadiense resume en sus calles muchas de las esencias de este país de Norteamérica. Para empezar, es una ciudad limpia y donde todo está pensado para la darle a los ciudadanos una vida lo más cómoda posible.
Y además, se trata de un lugar en el que tan solo con atravesar un puente se cambia de provincia, de Ontario a Quebec. O lo que es lo mismo, se cambia de idioma de inglés al francés.
Además de eso, es un lugar en el que se le rinde homenaje a muchos personajes y a muchas peculiaridades de la historia y la personalidad de Canadá.
Todo eso es Ottawa, y de todo eso os vamos a hablar. Eso sí, prestando especial atención a todas aquellas visitas y actividades que podréis disfrutar en familia.
El Parlamento de Canadá
En realidad, el aspecto de Ottawa no es el que identificamos con el de la capital de un país tan inmenso como Canadá. Sin embargo, el lugar donde eso se manifiesta es en el Parlamento. Una visita imprescindible.
Tenemos que decir que se trata de un conjunto de tres edificios. En el centro está las cámaras parlamentarias, la biblioteca y la Torre del Reloj. Mientras, al este están las oficinas del primer ministro, y al oeste las de los parlamentarios. Todo con aires neogóticos propios del siglo XIX, cuando surgió esta ciudad.
No obstante, aunque podéis entrar a visitar el monumento, tal vez para toda la familia lo más atractivo sea ver el cambio de guardia, sobre las 10 en Parlament Hill. Allí se representa una coreografía castrense muy peculiar.
Y por la tarde, hay que regresar al lugar. Así podremos disfrutar de un espectáculo audiovisual sobre la fachada de Parlamento que nos sirve para descubrir la historia de Canadá.
El canal Rideau
Otra visita familiar imperdible en Ottawa es el canal Rideau. Si se hace en verano, porque es un lugar ideal para pasear y hasta navegar por sus aguas. Y si se hace en invierno, porque el canal se congela y se convierte en una pista de patinaje sobre hielo de lo más divertida para grandes y pequeños.
El canal Rideau, construido en el siglo XIX, es una magnífica obra de ingeniería. De hecho, forma parte de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Gatineau
Ottawa tiene otro curso de agua muy importante. Es el río que da nombre a la ciudad. Pues bien, varios puentes unen ambas orillas. Pero a un lado es Ottawa, y al otro es la población de Gatineau, que pertenece a Quebec y donde la lengua es el francés.
Esa experiencia de cruzar el río y cambiar de ambiente es de lo más sugerente, aprovechad para hacerla con vuestros hijos. Mucho mejor si lo hacéis cruzando el puente Alexandra, el más emblemático de la ciudad. Un puente metálico que ofrece unas vistas maravillosas.
Y justo en su extremo os encontraréis con el Museo de la Historia de Canadá. Donde, obviamente, se descubre todo el pasado de este país tan grande como desconocido. Y allí los peques disfrutan de un espacio exclusivo para ellos, para aprender jugando. ¡A todos los niños les encanta!
Las esculturas de Ottawa
Ya de vuelta por el centro de Ottawa, otro de sus atractivos es ir descubriendo las múltiples esculturas que alegran sus calles, plazas y jardines. Hay obras dedicadas a héroes de la independencia y a políticos.
Pero también hay esculturas dedicadas a mujeres que lucharon por poder votar, e incluso a músicos de jazz o personajes de la cultura popular. Así que se convierte en un divertimento ir descubriendo qué se representa con esas obras de arte.
Byward Market
Y tras tanta andanza por Ottawa, es hora de reponer fuerzas, así que os recomendamos ir a Byward Market. Una zona comercial creada entre York y George Street en el siglo XIX. Desde entonces han acudido aquí los agricultores a traer sus productos frescos.
Hoy lo siguen haciendo, pero además, hay infinidad de puestos de comida de todo tipo de orígenes, así como restaurantes o pubs que cierran tarde. O sea, que es el sitio donde hay que ir a comer.
Y si vas con tus hijos, aquí tendrás que comprar el postre más típico de Ottawa, los BeaverTails. Una pasta dulce y frita con caramelo, plátanos o chocolates. ¡Que ellos elijan, porque será el sabor que recuerden de este viaje a la capital de Canadá!