Naturaleza y pueblos medievales en la comarca de la Garrotxa

En la Garrotxa se entremezclan un singular paisaje volcánico con pueblos de aires medievales. Una preciosa zona de la provincia de Girona, en Cataluña.
Naturaleza y pueblos medievales en la comarca de la Garrotxa

Escrito por Álvaro Gómez

Última actualización: 27 diciembre, 2018

La comarca de la Garrotxa da forma a un parque natural donde el protagonista es el paisaje volcánico más importante de la península ibérica. Rica en múltiples especies de flora y fauna, la parte más verde se conjuga con varias localidades que enseguida llamarán tu atención. ¿Quieres conocerla?

Los pueblos de la comarca de la Garrotxa

La comarca de la Garrotxa, en la provincia de Girona, destaca por ese espléndido territorio volcánico, pero en él encontramos pueblos medievales que han sido testigos del paso del tiempo durante siglos. Visitamos algunos y te contamos qué ver y hacer en ellos.

Besalú

Puente de Besalú en la comarca de la Garrotxa
Puente románico de Besalú

Una de esas joyas es Besalú, que ya existía en el siglo X como una fortaleza. Un pueblo que en la actualidad aún mantiene la esencia que tenía cientos de años atrás.

Recibe al visitante su bello puente medieval, construido en el siglo XII sobre el río Fluviá. Sus dos puertas a ambos extremos, junto a la gran longitud de un puente casi milenario, ya nos sugieren que este no es un pueblo cualquiera. De hecho, lo percibimos en cuanto paseamos unos minutos por sus calles.

La ruta nos lleva hasta el barrio judío, donde podremos ver los antiguos baños, los mejor conservados de este tipo en la península ibérica. A pesar de haber abandonado la localidad en el siglo XIV, la presencia de la cultura judía durante dos siglos aún se percibe.

Hay más. El pueblo guarda otros encantos, como la iglesia de Sant Pere, que data del siglo XII. Entre sus características destaca la figura de un león en su fachada o, sobre todo, la girola circular en su interior.

Santa Pau

Plaza Mayor de Santa Pau en la Garrotxa
Plaza Mayor de Santa Pau

Entre los pueblos medievales de la Garrotxa destaca también Santa Pau. Es una localidad mágica en la que podemos adentrarnos en su espacio amurallado para ver, entre otras cosas, un recio castillo que hunde sus orígenes en el siglo XIII.

Otro atractivo de Santa Pau es la iglesia de Santa María, cuyo campanario se impone en la construcción gótica propia del siglo XV. Se construyó tras los terremotos que asolaron la zona en el año 1427.

La iglesia es uno de los edificios que podemos ver en la plaza de la localidad. Precisamente, la Plaza Mayor destaca por su colección de pórticos con arcos desiguales, tanto románicos como góticos. Un aspecto que resulta encantador.

Otros pueblos

Castellfollit de la Roca
Castellfollit de la Roca – Daniel Rubio / Flickr.com

Besalú y Santa Pau son los ejemplos más recurrentes de pueblos medievales en Garrotxa, pero existen más. Merece la pena mencionar Castellfollit de la Roca, que se asoma a un espectacular acantilado desde el que hay unas vistas magníficas a la comarca de la Garrotxa.

Otro pueblo que merece una visita es Sant Joan les Fonts. Está formado por tres núcleos de población y en él destacan su monasterio románico y el castillo de Juvinyà.

Una buena manera de conocer estos pueblos es recorrer la zona el coche. No están lejos unos de otros y no es difícil encontrar alojamientos para hacer una parada que permita disfrutar con calma de una ruta por la Garrotxa.

Descubre la naturaleza de la comarca de la Garrotxa

Paisaje de la comarca de la Garrotxa
Paisaje de la Garrotxa

Los amantes de la naturaleza no pueden perderse el parque natural. Situado en la parte de la Alta Garrotxa, el paisaje muestra grandes valles rodeados de paredes de roca y riscos. En las más de 12 000 hectáreas del parque hay casi 40 conos volcánicos y 20 coladas.

Este lugar es de los más fértiles de España, pues cuenta con una gran variedad de vegetación y también de especies animales. En cuanto a la actividad volcánica, algunos de los conos generaron importantes corrientes de lava. Destaca la zona de Olot, donde la lava siguió la dirección del valle del Fluviá.

Lo aconsejable es seguir alguna de las rutas creadas para disfrutar al máximo de la experiencia. Hay varias y la mayoría están perfectamente señalizadas. Rutas de diferente longitud que llevan por los tesoros como la Fageda d’en Jordà, un maravilloso hayedo, o los volcanes Croscat y Santa Margarida.

Eso sí, se pide ser muy respetuoso con el entorno. Hay que evitar molestar a la fauna que habita allí. Pero sobre todo, se pide no recolectar plantas, rocas o minerales. No hay que olvidar que se trata de un espacio de enorme valor.