Las murallas de Ávila, un tesoro medieval
En España hay muchas ciudades y pueblos medievales, pero sin duda las murallas de Ávila son las mejor conservadas, no solo del país, sino también del continente. En este artículo te proponemos recorrer esta cerca militar que defiende un bonito casco urbano y que es Patrimonio de la Humanidad.
Las murallas de Ávila: una construcción única
Rodeando el casco histórico de Ávila, las murallas son el símbolo de la ciudad y, por supuesto, su monumento más preciado. Los muros representaban la separación entre dos espacios: el civilizado y el salvaje.
Las murallas de Ávila tienen 2516 metros de perímetro y forma rectangular. Cuentan con 88 torreones, 9 puertas y 2500 almenas. Los muros tienen 12 metros de alto por 3 de ancho y para levantarlos se aprovecharon los desniveles del terreno y también materiales (sobre todo piedra de granito) provenientes de una antigua necrópolis romana y varias construcciones civiles.
La actual muralla data de la segunda mitad del siglo XII ya que la anterior, romana, tenía un perímetro inferior y usada en partes como soporte de la nueva construcción.
Los principales elementos de las murallas
Los arcos o puertas de la muralla son parte de su atractivo. En total son 9 y en cada una de ellas había algún palacio al cual se le encomendaba la defensa. Edificios construidos sobre todo entre los siglos XV y XVI.
1. Puerta del Alcázar
Es la entrada principal y por ende la más majestuosa. Está formada por dos grandes torreones unidos por un puente (antiguamente levadizo y de madera). Contaba con un foso y un pequeño muro llamado barbacana, hoy desparecidos.
La puerta fue restaurada en 1907, obras en las que se le añadieron almenas, aunque no se tiene constancia real de que las tuviera originalmente.
2. Puerta de San Vicente
Es similar a la del Alcázar y se ubica en la muralla romana. En uno de sus lados se halló un verraco de piedra (escultura zoomorfa que se usaba para delimitar los terrenos) tallado en la roca madre. Debe su nombre a la hermosa basílica de San Vicente, que se encuentra justo enfrente.
“Se entra en la ciudad por puertas, pasando bajo un dintel de piedra, como se entra en una casa. A la puerta principal de entrada la flanquean dos robustos torreones, dos cubos de la muralla. Y cuando dentro del recinto murado, en el centro de la ciudad, se encuentra alguna plaza parece que esta se ensancha en su pequeñez.”
– Miguel de Unamuno –
3. Ábside de la catedral
La catedral se construyó entre los años 1160 y 1180, a la vez que la muralla. De esta manera, su ábside quedó “incrustado” en el lienzo de la muralla. Así, una parte del templo se convirtió en un elemento defensivo más. Tiene un pasillo de ronda y está protegido con grandes almenas.
4. Torreón del Alcázar y torre del Baluerte
Ambos son restos del antiguo alcázar de la ciudad. La torre del Baluerte era el punto de vigilancia hacia el valle de Amblés. Tiene una base de cubo en la que se puede apreciar, a varios metros de altura, una estela funeraria romana, lo que demuestra que en la construcción de la muralla se “reutilizaron” piedras.
5. Lienzos y cubos de San Vicente
Es la zona de la muralla donde los muros son más altos: llegan a los 15 metros. Fueron levantados en el siglo IV, durante la época romana y posteriormente anexados a la construcción medieval. En la mitad de cada lienzo (más largos que los demás), se colocaron matacanes (bases sólidas que sobresalen de la pared).
Llama la atención la traza curva en esta zona. La explicación más aceptada es que en este sitio se hallaba la necrópolis romana.
Un paseo por las murallas
Hay dos maneras de recorrer esta magnífica muralla. Por un lado, se puede seguir el perímetro a pie. Una magnífica forma de apreciar todos los detalles de esta construcción.
Pero también se puede acceder a una gran parte de las murallas y recorrer el adarve. Los cuatro acceso son: el Arco del Carmen, la Casa de las Carnicerías, la Puerta del Alcázar y la Puerta del Puente. Desde lo alto se pueden ver tanto las sierras como los monumentos intramuros. Un auténtico espctáculo.