La Reserva Nacional Eduardo Avaroa, un lugar fantástico

Lo más espectacular de la Reserva Nacional Eduardo Avaroa es la diversidad de su fauna, unida a unos paisajes incomparables. No es fácil recorrerla, pero las dificultades se compensan con un panorama absolutamente fabuloso.
La Reserva Nacional Eduardo Avaroa, un lugar fantástico

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 14 mayo, 2019

La Reserva Nacional Eduardo Avaroa es uno de los sitios de Bolivia que mayor cantidad de turistas. Se calcula que, al menos, 40 000 viajeros llegan allí anualmente. Lo que más la caracteriza es su impresionante diversidad geográfica y la riqueza biológica que alberga.

Como es un área protegida, solo es posible entrar allí a través de una excursión contratada con una agencia autorizada. Es un sitio de contrastes climáticos muy fuertes y con condiciones en las que fácilmente te extravías. Por eso el acceso es restringido.

El principal reto al visitar la Reserva Nacional Eduardo Avaroa es la altura. Hay zonas que están a más de 5000 metros sobre el nivel del mar, por lo que  es muy frecuente sufrir el famoso mal de altura. Se combate masticando hoja de coca y llevando a cabo rutinas acordes con la elevada altitud.

Recomendaciones para ir a la Reserva Nacional Eduardo Avaroa

Árbol de piedar en la Reserva Nacional Eduardo Avaroa
Árbol de piedra

En la Reserva Nacional Eduardo Avaroa no hay caminos como tal, ni tampoco señalizaciones. Así que no está de más insistir en que no es buena idea aventurarte por tu cuenta. El clima, principalmente, es difícil de sobrellevar. Y perderte en esta amplia zona puede significar incluso la muerte.

Para llegar a la Reserva hay, básicamente, dos puntos de acceso. El primero es desde la población de Uyuni, en Potosí (Bolivia). Esto significa atravesar el salar hasta llegar a Eduardo Avaroa. La otra opción es salir desde San Pedro de Atacama, en Chile. Una ruta menos frecuente parte de Salta, en Argentina.

Los tours se hacen en vehículos 4×4 y la mayor parte del recorrido vas a estar en ellos. Para entrar a la Reserva Nacional Eduardo Avaroa debes pagar un importe en pesos bolivianos. Es necesario que conserves el ticket de entrada durante todo el recorrido, ya que te lo pedirán en los distintos puestos de control.

Para evitar los efectos del mal de altura, como decíamos, lo mejor es masticar hoja de coca. Unido a esto, es recomendable que te muevas lentamente, sin hacer movimientos bruscos o súbitos. También es importante comer ligero e hidratarte constantemente. Lleva protector solar, gafas de sol y ropa muy abrigada.

Los encantos de la Reserva Nacional Eduardo Avaroa

Laguna Colorada en la Reserva Nacional Eduardo Avaroa
Laguna Colorada

Tomadas todas las precauciones, la verdad es que la Reserva Nacional Eduardo Avaroa es un auténtico paraíso. Hay muchos sitios diferentes a todo lo que has visto. El viaje es totalmente inolvidable. Estos son algunos de sus principales encantos:

  • La laguna Colorada es uno de los sitios más emblemáticos de la reserva. Tiene 60 km² de agua rojiza. Además de esto, lo fabuloso del lugar es que es hogar de tres tipos diferentes de flamencos: el andino, el chileno y el de James.
  • Otras lagunas. Si algo tiene la Reserva Nacional Eduardo Avaroa son lagunas fabulosas. Algunas se definen por su color, como la Blanca y la Verde. Otras por su composición, como la Salada, la Hedionda y la Chalviri. Todas son extraordinarias.
  • Los géiseres Sol del Mañana se encuentran a 5000 metros, en el punto más alto de la reserva. En este campo hay varias fumarolas y pozos de agua hirviendo. El olor a azufre es muy fuerte y esto exige prudencia. Sin embargo, el lugar es bellísimo.

Otros atractivos y consejos

Desierto Salvador Dalí
Desierto Salvador Dalí – roman korzh / Flickr.com

Hay muchos otros puntos de interés en la Reserva Nacional Eduardo Avaroa. Destacan el árbol de piedra, el desierto Salvador Dalí, las termas de Polques, el valle de Rocas, Italia perdida, el cañón de la Serpiente, la laguna Negra y la laguna Cañapa, entre otros.

En toda el área de la reserva llama particularmente la atención su riqueza en flora y fauna. Hay más de 60 especies de animales, entre ellas vicuñas, zorros, avestruces, viscachas y llamas. Es muy difícil observar toda esa fauna en un solo recorrido fuera de la reserva.

La mejor época para ir a la Reserva Nacional Eduardo Avaroa es noviembre. Otros meses como abril, mayo, septiembre y octubre también son recomendables. En cambio, de diciembre a abril se forma lo que se llama ‘invierno boliviano’ y el exceso de lluvias hace que muchas veces se cierren los caminos.

El lugar es especialmente recomendado para quienes amen la naturaleza y, en particular, a las aves. Los aficionados a la fotografía también pueden obtener muchas de sus mejores imágenes allí. Se traga mucho polvo y se pasa por temperaturas extremas, por lo que si eres aficionado a los viajes de lujo, este no es para ti.