La Estatua de la Libertad, todo un símbolo

La Estatua de la Libertad, todo un símbolo

Escrito por Adrián Pérez

Última actualización: 31 agosto, 2016

Icono de de Nueva York, símbolo de la Declaración de la Independencia de Estados Unidos, imperdible en un paseo por Manhattan… la Estatua de la Libertad es conocida por todo el mundo, y no solo por aquellos que visitan la ciudad, ya que también está presente en decenas de películas. Hoy te invitamos a disfrutarla con nosotros. ¿Nos acompañas?

La Libertad iluminando el mundo

Ese es el nombre “real” de la Estatua de la Libertad, aunque muchos no lo sepan. Uno de los monumentos más famosos del mundo moderno está al sur de Manhattan, más precisamente en la isla de la Libertad, junto a la isla Ellis y la desembocadura del río Hudson.

Fue un regalo de Francia a Estados Unidos para celebrar los 100 años de la Declaración de la Independencia y signo de amistad entre ambos países. Se inauguró en 1886 y es obra del escultor Frédéric Auguste Bartholdi y del ingeniero Alexandre Gustave Eiffel (sí, el mismo que erigió la Torre Eiffel en París).

Estatua de la Libertad
Estatua de la Libertad – Victoria Lipov

Representa, además, la emancipación en relación a la opresión y es un símbolo de bienvenida a la tan ansiada tierra de oportunidades por parte de los inmigrantes europeos que llegaban a Nueva York en barco tras varios días de travesía por el océano Atlántico (¿cómo olvidar la imagen de la película Titanic?).

Guía para visitar la Estatua de la Libertad

Para llegar hasta la isla que alberga la estatua, de 46 metros de altura (o 93 si se tiene en cuenta la base), hay que usar un ferry que sale del sur de Manhattan, en Battery Park. Según la época de año los barcos operan entre las 8:30 y las 9:30 de la mañana. La última salida para regresar es a las 16:30 hs y el recorrido es de aproximadamente 10 minutos. La estatua está abierta al público todos los días a excepción del 25 de diciembre.

Estatua de la Libertad
Estatua de la Libertad – spyarm

Para evitar demoras y colas se recomienda llegar a Battery Park bien temprano, después de un rápido desayuno. Así podrás no solo ser de los primeros en llegar a la isla, sino también de acceder al interior de la estatua: las plazas son limitadas. Los que lleguen después de las 10 de la mañana al puerto tendrán que esperar bastante para hacer el paseo.

Si visitas la Estatua de la Libertad por primera vez planea bien tu día, porque quizás el recorrido completo con las dos islas te lleve varias horas. Si tu idea es subir a la corona de la popular señora… tendrás que gozar de una buena forma física. ¡Son 154 escalones!

Lo mismo casi que subir 22 pisos de un edificio. Este ejercicio en una escalera en espiral vale la pena porque cuando llegas a lo más alto prácticamente ves toda la ciudad, incluyendo el Empire State, el Puente de Brooklyn y todo Manhattan.

Estatua de la Libertad
Estatua de la Libertad – luca amedei

En el caso de que no quieras o puedas subir, no hay problema porque desde el pedestal también tendrás lindas vistas de New Jersey, el puerto de Nueva York y la isla de Ellis. Ten en cuenta que si bien es gratuita la visita a esta zona, deberás reservar con antelación: solo una cantidad limitada de turistas puede acceder al día.

Con el ticket de acceso a la corona o al pedestal se puede visitar también el Museo de Liberty Island, donde se habla de cómo Estados Unidos y Francia trabajaron en conjunto para crear este símbolo. Encontrarás imágenes de cuando la estatua fue construida e instalada en el lugar que ocupa ahora.

Isla de Ellis
Isla Ellis – iofoto

Un consejo adicional: visita la isla Ellis, la siguiente parada del ferry tras pasar Liberty Island, con su museo sobre la inmigración (era el lugar donde los inmigrantes arribaban a la ciudad entre 1892 y 1924). Más de 12 millones de personas hicieron su entrada al país a través del edificio de inmigrantes.

También había un hospital para atender a los enfermos, un pabellón para los que padecían patologías contagiosas y un edificio para que los viajeros dumieran antes de empezar su nueva vida. El museo muestra, por ejemplo, cómo eran deportados los desafortunados o el sistema de control sanitario.

“La libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen.”

-Ramiro de Maeztu-

Si estás organizando un viaje a Nueva York, la Estatua de la Libertad está entre los primeros atractivos que debes conocer, junto al Empire State o el Central Park.