5 inconvenientes habituales en los viajes

Ninguno de los inconvenientes habituales de los viajes es tan grande como para que no puedas solucionarlo. Lo mejor es prevenirlos y evitar que sucedan. Pero si ya están ahí, tu mejor opción es no perder la calma.
5 inconvenientes habituales en los viajes

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 07 noviembre, 2019

Viajar siempre es maravilloso, pero es una experiencia que no está exenta de problemas. Hay algunos inconvenientes habituales en los viajes que tienen que ver con situaciones fortuitas o desafortunadas y que a veces representan más de un dolor de cabeza.

Uno de los mandamientos de los viajeros que debería estar grabado en piedra es el siguiente: pase lo que pase, mantén la calma. Piensa que esos inconvenientes habituales no son situaciones del otro mundo y que tienes capacidad para abordarlos y solucionarlos.

Lo mejor, en todo caso, es que no tengas que pasar por situaciones difíciles. Por eso, enseguida te contamos cuáles son esos inconvenientes habituales en los viajes. El objetivo es que los tengas en cuenta y evites que se presenten.

1. Las pérdidas, uno de los inconvenientes habituales

Documentación de viaje

Son pocos los que se han salvado de perder algún objeto durante un viaje. A veces simplemente son unos cascos o una chaqueta. Otras veces el asunto es más complicado porque lo que pierdes es tu dinero, tus tarjetas de crédito o tus documentos.

Esta es una de las razones por las que se insiste en la importancia de no llevar demasiado equipaje. Cuantas menos cosas lleves, menos posibilidades tienes de descuidar algo y perderlo. Debes evaluar bien la situación y definir si existe alguna forma de recuperar lo que perdiste. Si no la hay, no te atormentes. Pasa la página.

Ahora bien, si perdiste tus documentos de identidad, es indispensable que lo denuncies ante las autoridades. También debes buscar la manera de que te expidan nuevos documentos cuanto antes. No te desesperes, el asunto tiene solución y más adelante será solo una anécdota de viaje.

2. La comida que cae pesada

Plato de comida callejera

Algunas veces somos especialmente sensibles a los cambios en la dieta. Otras veces llegamos a lugares donde los alimentos son muy especiados, tienen mucha grasa o demasiado picante o, simplemente, nos caen pesados por alguna razón desconocida.

Si te sientes mal, lo mejor es que tomes mucho líquido y adoptes una dieta blanda y suave, si el estómago te lo permite. No te automediques. A veces basta con adoptar las medidas anteriores durante 24 horas y el cuerpo responde bien.

Si el malestar te dura más de dos días, es necesario que consultes con un médico. Lo mejor siempre es prevenir. No llegues a ningún sitio que no conoces a comer desaforadamente, ni tomes alimentos que no conoces, por pura curiosidad. Mejor que te informes primero.

3. Jet lag, otro de los inconvenientes habituales

Jet lag, uno de los inconvenientes de los viajes

El jet lag es como una resaca sin haber tomado alcohol. Te sientes como si estuvieras flotando, con la mente dispersa, el cuerpo pesado y una sensación de irritabilidad constante. Se produce cuando viajas a un lugar distante que implica un cambio de horario sustancial. Esto significa cambiar tu reloj biológico y no es nada fácil.

Es uno de los inconvenientes más habituales en los viajes y se manifiesta de una forma más severa cuando viajas de oeste a este. Para reducir sus efectos, lo mejor es que no consumas alcohol ni café durante el vuelo. Tampoco comidas con mucha sal. Si lo haces, el jet lag puede manifestarse en toda su plenitud cuando aterrices.

Así mismo, es conveniente que trates de adaptarte a las rutinas del nuevo horario cuanto antes. Si llegas de día, continúa la jornada como si nada. Si llegas de noche, intenta dormir.

4. El hotel es horrible

Hotel de aeropuerto

Sucede con mucha frecuencia que reservas un hotel porque las fotografías que lo promocionan te muestran un sitio fabuloso o, al menos, agradable. Cuando llegas, te das cuenta de que lo que viste en las fotos fue no era más que la mejor versión de la única habitación decente. Este es otro de los inconvenientes habituales.

Lo más aconsejable es tratar de dialogar sobre el asunto. Pide amablemente que te cambien de habitación y explica tus razones. Si ves que no te solucionan nada y que el sitio es insoportable, antes de irte toma todas las fotografías que puedas, mostrando la verdadera realidad. Luego haz la denuncia correspondiente.

5. Perdiste un vuelo

Perder un vuelo asusta, sobre todo si vas con poco presupuesto o esto te implica un cambio radical de planes. Sin embargo, tampoco es el fin del mundo. Lo primero que debes hacer es calmarte. Luego, de forma muy cordial, habla con la aerolínea para saber qué opciones pueden ofrecerte.

Lo más probable es que te toque pagar por un nuevo vuelo, a menos que estés de suerte. Para evitar esto, lo que debes hacer es extremar las medidas de control cuando vas a volar. Pide en la recepción que te despierten, si no estás seguro de levantarte a la hora indicada. También planea las cosas como si tuvieras que llegar al aeropuerto una hora antes de lo que te exige la aerolínea.