Descubrimos las historias y leyendas de la torre de Belém
En el momento en el que se piensa en la ciudad de Lisboa, es imposible no imaginarse la enigmática torre de Belém. Se encuentra en el barrio de Santa María de Belém, al suroeste de la capital de Portugal. Su belleza y su historia la han convertido en un lugar popular para los turistas. Pero, ¿conoces sus leyendas?
Historia de la torre de Belém
La torre fue construida entre 1515 y 1519 por Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca y se sitúa en la desembocadura del río Tajo. Sirvió inicialmente como torre defensiva para proteger Lisboa y posteriormente pasó a ser un faro y centro aduanero.
Es de estilo manuelino, una variación del gótico y el luso-morisco. Cuenta con cinco pisos y termina en una terraza. En la planta baja hay 16 ventanas con cañones defensivos. Sus lugares más destacados son la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes, la Sala de Audiencias, la capilla y, finalmente, la terraza.
La leyenda acerca de la torre de Belém
Ahora que conocemos algo de la historia de la torre de Belém, una de las perlas de la ciudad de Lisboa, es hora de que conozcas su leyenda más popular, la de la gárgola del rinoceronte.
El siglo XVI fue uno de los mejores momentos para el país luso gracias al descubrimiento de la ruta Atlántica hacia las Indias, pasando por el cabo de Buena Esperanza. De hecho, Alfonso de Albuquerque trajo en 1513 a su rey, Manuel I, un preciado regalo desde las Indias: un rinoceronte.
Esta era la primera vez que los europeos veían un animal tan grande y extraño. Hubo enfrentamientos en la corte sobre si sería tan fuerte como un elefante. Y finalmente, el rey hizo que ambos animales se batiesen en duelo hasta que ganó el rinoceronte. Se dice que la forma y el color de la fortaleza son en honor a los cuernos del animal vencedor.
El rinoceronte del rey, esculpido sobre la torre
No solo el color del rinoceronte se manifiesta en la torre, sino que también hay una estatua con la forma del animal. Se encuentra en uno de los costados de la torre y se cuenta que fue el rey quien mandó esculpirla en homenaje al “animal más fuerte del mundo”.
De hecho, el animal llegó a tener su propio nombre, Ganda, y está esculpido sobre la torre como símbolo de la grandeza y fortaleza que el reino de Portugal fue capaz de alcanzar durante la Edad Media. Por algo era uno de los más poderosos de Europa gracias al comercio con las Indias.
Toda Europa quiso conocer al rinoceronte
Por si fuera poco, si el rinoceronte del rey, Ganda, ya había sido popular en todo el reino, la fama del mismo fue capaz de trascender toda Europa. El propio papa León X quiso conocerlo. Por ello, el rey preparó una comitiva para que Ganda llegase hasta al Vaticano y se encontrase con el Papa. Incluso el rey de Francia, Francisco I, se trasladó a Roma para conocerlo.
No obstante, el barco donde viajaba el animal sufrió un accidente y naufragó en la costa de Génova. Y cuando los lusos quisieron encontrar al animal, este ya estaba muerto. Y el rey, que tuvo en gran estimación el regalo de su almirante, mandó que se construyese la gárgola sobre la torre de Belém para inmortalizarlo.
Popularidad de la torre de Belém
La historia de Ganda viajó por todo el mundo conocido de la Edad Media. Comenzó en la India, llegó hasta su rey, y viajó por el Mediterráneo hasta terminar en Roma. Fue capaz de llegar a oídos de todas las cortes de Europa. De hecho, un artista alemán, Albrecht Dürer, lo incorporó en muchas de sus obras.
“La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.”
-Lucio Anneo Séneca-
Hasta aquí la historia de Ganda, el rinoceronte que protagoniza una bella leyenda en torno a la enigmática torre de Belém. Una torre icono de grandeza portuguesa, de la bella ciudad de Lisboa, e incluso de la historia europea. ¿Estás preparado para acercarte hasta ella y buscar el animal por ti mismo?