Historia del Triángulo de las Bermudas
El Triángulo de las Bermudas se volvió famoso en todo el mundo por las especulaciones en torno a fenómenos paranormales, e incluso la supuesta presencia de extraterrestres. Hoy aún muchos se preguntan cuál es la explicación para que tantos barcos y aviones hayan desaparecido en esta zona, sin dejar rastro.
La zona comprendida entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami forma un triángulo conocido como el Triángulo de las Bermudas. Ocupa un área de algo más de un millón de kilómetros cuadrados, y es obvio que en todo ese mar abierto cualquier cosa pueda suceder.
El nombre fue acuñado por escritores de varios diarios y revistas en 1953, quienes le asignaban a esta área características extrañas e insólitas, tales como la desaparición de embarcaciones, aviones y personas en situaciones aparentemente inexplicables.
Para los norteamericanos que se desplazan hacia el continente europeo, esta siempre ha sido la ruta de comunicación más frecuentada. Especialmente por la distancia y porque las embarcaciones pueden aprovechar corrientes marinas, como la del Golfo de México.
El origen del Triángulo de las Bermudas
El primer documento en el que se habla del Triángulo de las Bermudas fue un artículo escrito por el periodista Edward Van Winkle Jones para Associated Press, en 1950. En el escrito, apodó con el apelativo de «Triángulo del Diablo» al lugar y atribuyó las desapariciones a razones misteriosas.
Su punto de vista fue ratificado dos años después por George X. Sand, quien escribía para la revista Fate. Posteriormente, el escritor Vincent Gaddis acuñaría el término «Triángulo de las Bermudas» en un artículo sensacionalista para la revista Argosy, escrito en 1964.
Este nombre se popularizo en 1974 gracias al escritor de ciencia ficción Charles Berlitz, quien alcanzó el éxito en ventas al escribir sobre El Triángulo de las Bermudas. Muchos creyeron que lo escrito por Berlitz era cierto, y se creó todo un mito en torno a lo que dijo.
¿Ficción o realidad?
Berlitz acentuó la sombra de duda en torno a las desapariciones de barcos, aviones y personas y abrió la puerta a las explicaciones fantásticas. Por eso fue tildado de manipulador y mentiroso en su momento.
En este sentido, vale aclarar que los escritores de ciencia ficción , en su mayoría, acuden a información verídica que tergiversan para hacerla creíble; de eso se trata la ficción. Y eso fue lo que hizo Berlitz, lo que no niega que haya sido oportunista, que se haya enriquecido y no haya hecho nada para desmentir lo escrito.
En el contexto de la época, la sociedad norteamericana estaba marcada por un comportamiento paranoico; en todas partes se percibía una amenaza inminente. No es para menos, cuando se entra y sale permanentemente de una y otra guerra.
El terreno era el más fértil para germinara una fantasía de este tipo. De hecho, así lo había demostrado Orson Welles, décadas antes, en su famosa transmisión radial: la gente entró en pánico por el supuesto ataque de marcianos que invadían el planeta, en su famosa Guerra de los mundos.
Probablemente debido al éxito de Berlitz, muchos escritores desconocidos empezaron a imitarlo y a figurar, creando historias cada vez más truculentas. Incluso llegaron a presentarse como «expertos» en aspectos como el «fenómeno OVNI».
Al día de hoy
Hoy en día, esta tendencia aún persiste con ciertas oleadas, cada vez menos numerosas, de ingenuos que caen en la trampa. Llama la atención la enorme cantidad de fotografías y videos manipulados a lo largo de esta historia: su fin era el de ganar adeptos para «la causa», al punto en que se ha generado una subcultura del engaño.
Los avances tecnológicos, en especial en el campo del software, llevan a que cualquier amateur haga uso de las herramientas visuales con resultados excelentes. Esto, a su vez, lleva a que solo los expertos puedan determinar si se trata de un video o fotografía trucados en algunos casos.
Aun así, luego de constatar la falsedad del documento, los involucrados se niegan a aceptar esta realidad de los hechos. Esgrimen el «argumento» de que se trata de un complot de las instituciones para ocultar la verdad, cuando son ellos mismos quienes no permiten que esta salga a flote.
El punto de vista científico
Ahora bien, desde el punto de vista científico, se ha demostrado hasta la saciedad la proliferación de condiciones climáticas adversas en el llamado Triángulo de las Bermudas. Esta zona se caracteriza por la presencia de tornados, huracanes y tormentas, que surgen de manera inesperada.
Todos esos factores, sin duda, provocan que tanto aviones como barcos sucumban y, debido a la enorme extensión del territorio, resulte imposible encontrar los restos. Adicionalmente, estudios realizados por especialistas confirman que, en promedio, el tráfico aéreo y marítimo por esta zona es de aproximadamente 100 000 trayectos por año.
Por eso, la desaparición de 50 barcos y una veintena de aviones está por debajo de lo esperado y resulta insignificante en términos estadísticos. De hecho, hay muchos lugares en el mundo en donde se presentan muchos más casos de este tipo y no se hace responsables a los extraterrestres.
La nueva realidad del Triángulo de las Bermudas
Últimamente, se ha dicho que las desapariciones se dieron por la presencia de un agujero negro en esta zona. También se habla de agujeros azules, de monstruos marinos aún no descubiertos por la ciencia o de una niebla electrónica.
Por fortuna, la ciencia ha logrado demostrar recientemente la presencia de enormes y constantes fuentes de metano en el lecho marino. Estas emergen hacia la superficie del océano y tienen la capacidad de hundir embarcaciones enormes. Esto se debe a que el gas es menos denso que el agua, lo que genera una gran inestabilidad.
De hecho, como consecuencia del cambio climático, cada vez son más comunes este tipo de fenómenos en todo el mundo. De igual modo, las tormentas eléctricas pueden generar interferencia con los dispositivos de medición de las aeronaves y enviar información errónea a quienes controlan el aparato.
Así pues, el Triángulo de las Bermudas es una de esas ficciones que se volvieron realidad en la mente de muchas personas, por obra y gracia de la propaganda y de los medios de comunicación. Entre tanto, la zona en sí es muy bella y digna de visitar.