Historia del templo de Brihadisvara en la India
El templo de Brihadisvara forma parte del listado de lugares indios considerados Patrimonio de la Humanidad. Y además se integra como uno de los grandes templos vivientes chola. Un nombre de lo más poético. Pero sin duda, todavía es más inspiradora su visita. ¿Por qué? A continuación te contamos las razones por las que este lugar te va a encantar.
El templo de Brihadisvara, una obra chola
Los grandes templos vivientes chola son tres. El de Gangaikondchisvaram, el de Aravatesvara y el templo de Brihadisvara, que simplemente se conoce como el “gran templo”. Algo que ya nos da idea sobre sus dimensiones e importancia.
La dinastía Chola gobernó durante siglos gran parte de la India meridional y de las islas del entorno. De este modo, al sureste se encuentra el estado de Tamil Nadu, donde se levantó el templo de Brihadisvara, exactamente en la población de Thanjavur o Tajore.
La antigüedad del templo de Brihadisvara
Este recinto religioso lo construyeron los cholas entre los siglos X y XI. Más en concreto, todo este enorme conjunto se edificó durante el reinado del rey Rajaraja I, es decir, entre el 985 y el 1.012.
El templo se convirtió en todo un referente del hinduismo y del culto a Shiva. No hay que olvidar que durante el imperio Chola tuvieron un auge extraordinario las creencias en esta deidad y se realizaron algunas de sus más famosas representaciones. Por supuesto, estas imágenes todavía se pueden admirar en el interior del templo de Brihadisvara.
“Se tiene que viajar para aprender.”
-Mark Twain-
Las partes más destacadas del templo
Sin duda, la parte más destacada del templo de Brihadisvara es su vimana o gran torre, ya que alcanza una altura equivalente a un bloque de 13 pisos. Pero hay otros elementos muy interesantes. Entre todos ellos nos dan una idea muy aproximada de lo que son las creencias y prácticas hinduistas.
El amurallamiento
En la actualidad, todo el templo de Brihadisvara está rodeado por unas murallas, que no son de la misma época de construcción, ya que se levantaron en el siglo XVI. Esto le da una apariencia de fuerte, pero lo cierto es que tras atravesarlas te vas a encontrar con un agradable parque. Por él pasean o se tumban a relajarse los lugareños.
Los gorupam
Hablamos de las torres-puerta que generalmente sirven para entrar y salir de los recintos hinduistas y que en muchas ocasiones son la parte más alta del conjunto. Pues bien, en el templo de Brihadisvara hay dos gorupam, pero en este caso no es lo más elevado de la construcción, como vamos a ver más adelante.
El vimana
Es la torre principal del templo, donde está el verdadero sancta sacntorum. Y aquí nos encontramos ante una de las más altas del mundo, ya que alcanza los 65 metros de altura. Teniendo en cuenta la temprana construcción del templo de Brihadisvara, ese dato de la altura es más que destacable. Pero todavía hay más que contar.
La parte más alta del vimana de este gran templo está hecha por un solo bloque de piedra que pesa 80 toneladas. Una gran mole que todavía nadie puede dar un explicación lógica a cómo llegó a colocarse allí arriba. Algo similar a la construcción de las pirámides egipcias.
El toro de Shiva
Frente al vimana se puede ver una enorme escultura de Nandi, el toro de Shiva. Esta figura mide unos 5 metros de largo y casi lo mismo de alto, y también está labrada en un único bloque pétreo.
Los lingan de Brihadishvara
También es habitual en los templos de hinduismo que haya repartidos diversos lingan por toda su superficie. Se trata de pequeños altares de ofrendas que tienen cierta forma fálica, pero cuyo cometido en recordar y honrar a Shiva.
En el caso del templo de Brihadisvara hay muchos. Hay más de 200 por la galería que rodea todo el recinto y también en el interior del vimana hay uno muchísimo más grande, como corresponde al edificio que lo acoge.
El interior del templo de Brihadisvara
La arquitectura de todo el conjunto y su indudable valor histórico como testimonio monumental del aquel viejo imperio Chola, ya son suficientes motivos para que el templo de Brihadisvara sea Patrimonio Mundial. Pero a ello hay que sumar el increíble repertorio decorativo del lugar.
Ese es uno de los grandes placeres del visitante. Es increíble descubrir sus enormes frescos en los techos del interior del templo o las esculturas de las divinidades hindúes. Si uno tiene conocimientos para desentrañar esos secretos, goza con esa contemplación. Mientras, si no sabe del tema, siempre puede dejar volar la imaginación con unas representaciones tan curiosas.