Las estancias en la Patagonia: una experiencia única

Las estancias en la Patagonia son la mejor manera de adentrarte en esa región, palpando de cerca lo que significa esta zona del planeta. Es una experiencia de viaje completamente diferente, llena de encanto.
Las estancias en la Patagonia: una experiencia única

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 08 enero, 2020

Las estancias en la Patagonia son esas haciendas, generalmente enormes, donde tiene lugar la particular vida rural de esta zona. Sus habitantes actuales son herederos directos de los famosos gauchos clásicos, gente recia que aprendió a dominar el mal clima y la pampa.

Se dice que todo comenzó en 1876, cuando se importaron 300 ovejas desde las Malvinas hacia las estancias en la Patagonia chilena. En Argentina, la más tradicional de las estancias se instaló en 1914 y aún está allí. En lo que tiene que ver con la Patagonia, Argentina y Chile guardan tradiciones muy similares.

Ir a una estancia en la Patagonia es una experiencia única. Significa adentrarte en ese mundo gaucho donde las ovejas, los perros y los caballos son protagonistas de la cotidianidad. También equivale a encontrarte de frente con kilómetros y kilómetros de pampa viva, en todo su esplendor. ¿Por qué vale la pena ir? ¿A dónde ir? Enseguida te lo contamos.

Las estancias en la Patagonia chilena

Estancia en Torres del Paine en Chile
Estancia en Torres del Paine

Básicamente, las estancias en la Patagonia chilena se ubican en la región de Coyhaique  alto (Balmaceda) y en la zona de Magallanes. En ambas zonas hay varios de estos lugares que actualmente prestan servicios a los viajeros.

Por su parte, en Magallanes son muy famosas las estancias que están en los alrededores de Punta Arenas, Puerto Natales y Tierra del Fuego. En todos esos sitios puedes programar una visita de un día o quedarte por más tiempo. Hay excursiones de tres días, que son perfectas.

Las estancias de la Patagonia argentina

En Argentina también hay un buen número de estancias en las que puedes pasar días inolvidables. Una de las más interesantes está en Bahía Bustamante, 300 kilómetros al sur de la Península Valdés. Es un auténtico paraíso marino y terrestre.

Más al sur, puedes encontrar estancias en la Patagonia argentina en sitios como El Calafate, en pleno Parque Nacional Los Glaciares. Allí precisamente está la archifamosa Estancia Cristina, con una ubicación extrema y fabulosa. Más al norte, en Bariloche y Neuquén, también hay varios sitios de este estilo.

Así son las estancias

Estancia en la Patagonia
Estancia típica

La mayoría de las estancias siguen siendo sitios dedicados a la agricultura y la ganadería. Generalmente están compuestas por una casa grande, muchas veces con caballerizas y corrales próximos a la construcción principal. En esencia, representan la vida campesina de la región.

Muchas de esas estancias han abierto sus puertas a los viajeros, ofreciendo alojamiento y varias actividades para compenetrarse con el estilo de vida gaucho. Las casas suelen ser preciosas, casi siempre de arquitectura francesa, inglesa o colonial. Tienen amplios ventanales desde donde puede observarse la imponente pampa.

Casi todas las estancias son atendidas por sus propios dueños y son estos quienes actúan como anfitriones de los visitantes. La visita a uno de estos lugares incluye interesantes conversaciones en las que se habla de historia, de anécdotas y de tradiciones. También, por supuesto, son el sitio ideal para degustar las delicias locales, como los asados y el dulce de leche.

Actividades increíbles

Gauchos en Mendoza
Gauchos

Las estancias en la Patagonia no son sitios para quedarte quieto. Hay mucho por hacer. Vayas por un día o por más tiempo, tendrás la oportunidad de presenciar y seguramente participar en la esquila de ovejas. Se trata de cortar la lana de estos animales, que luego se utiliza para elaborar prendas, artesanías u otros productos.

Las cabalgatas son otra de las actividades habituales en las estancias. Muchos de quienes viven allí andan sobre el caballo desde la mañana hasta el anochecer. Al galope se conquista la pampa y también es posible adentrarse en los impresionantes bosques de la región, llenos ñirre, coigües y canelos. Allí la naturaleza forma paisajes realmente conmovedores.

Los amantes de la pesca se sentirán en su propio paraíso. Hay muchos ríos y fuentes de agua poco conocidas, que los habitantes de las estancias sí que conocen bien. Esos lugares secretos no solo te hipnotizan con sus aguas cristalinas y sus plantas melancólicas, sino que también te permiten pescar truchas de varios kilos.

Además, no es raro que te inviten también a trabajar en el huerto y que pases tardes inolvidables conversando alrededor de un delicioso mate o de un buen vino. El imprescindible asado gaucho es otra de las experiencias imperdibles en estos remotos parajes que tienen todo para hacerte sentir en plenitud.