Damos un paseo por Friburgo, Suiza
La pequeña localidad suiza de Friburgo es una ciudad amurallada que posee una gran cantidad de edificaciones medievales en buen estado de conservación. Su longevo patrimonio histórico, con numerosos lugares de gran valor, abre sus puertas a turistas de todo el mundo.
Antes de recorrer este pueblecito, una puntalzación, no hay que confundirse con la ciudad alemana de Friburgo. En nada se parece a ella. Con esta diferencia aclarada, comenzamos el recorrido.
Friburgo: ciudad fortificada
Martinstor
El Martinstor es lo que queda de una de las puertas pertenecientes a la fortificación que protegía Friburgo en la época medieval de posibles invasiones.
La muralla fue construida a principios del siglo XIII y remodelada tres siglos después para que permitiese la construcción de nuevas viviendas en sus inmediaciones y para darle un aspecto más moderno a la fachada.
Como curiosidad, cabe añadir que en sus inmediaciones es posible contemplar un retablo conmemorativo que homenajea a las mujeres que fueron quemadas por brujas en esta población en el año 1599. Los nombres de esas tres mujeres, Marghareta, Anna y Catharina, fueron gravados allí posteriormente.
Las plazas de Friburgo, espacios con encanto
Plaza de los Agustinos
Esta plaza se encuentra en el casco histórico de la ciudad. Debe su nombre a los numerosos edificios que la rodean, la mayor parte de ellos conventos agustinos. De hecho, es recomendable hacer una visita guiada por el monasterio, que alberga los restos de una antigua escalera que daba acceso a la vetusta muralla.
Cuenta con innumerables cafeterías, bares y restaurantes por lo que se ha convertido en un espacio de reunión, recreo y descanso. Los jóvenes estudiantes suelen acudir aquí tanto por las tardes como los fines de semana.
Munsterplatz, la plaza de la catedral
Aquí se halla la catedral de San Nicolás. En pleno centro, cuenta con un campanario suspendido en una alta torre que puede observarse casi desde cualquier punto de las inmediaciones, sobresaliendo entre los tejados del resto de edificios.
A sus pies, por las mañanas, suele tener lugar un popular mercado. En él los puestos están divididos según la parte en que están posicionados. El denominado Mercado de los Campesinos o Bauernmarkt está ubicado en la parte norte de esta improvisada lonja. Por su parte, el Händlermarkt o Mercado de los Comerciantes abre sus puertas a los posibles compradores en la parte sur de la explanada.
Espacios culturales de Friburgo
Museo Gutenberg
Protegido por el nombre del padre de la imprenta, este museo dedica sus esfuerzos a acercar a los miembros de la comunidad el oficio de la impresión y de las artes gráficas. Existe la posibilidad de asistir a los talleres que allí se imparten. Uno de los más interesantes es sin duda el dedicado a la encuadernación.
Está alojado en los edificios que durante el medievo se utilizaron a modo de aduanas y que han sido rehabilitados para tal fin. Sus exposiciones hacen hincapié en todos y cada uno de los aspectos profesionales de la imprenta que han sido importantes a lo largo de sus cinco siglos de existencia. Esto permite al visitante hacerse una idea de cómo ha ido cambiando esta industria con el paso del tiempo.
“La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo.”
-Johann Gütemberg-
Museo de los Agustinos
El edificio que contiene el Augustinermuseum en realidad se llama Convento de los Eremitas Agustinos de Friburgo, cuyos cimientos datan del siglo XIII. Sin embargo, no abrió sus puertas al público como museo hasta el año 1923.
En su interior es posible contemplar numerosas esculturas y pinturas de gran valor y antigüedad. Asimismo, cuenta con una gran colección de todo tipo de obras de arte basadas en la cultura popular y la vida cotidiana desde el siglo XVIII hasta la actualidad. Las exposiciones se exhiben en una de las varias ampliaciones a las que se ha visto sometido y que han proporcionado a su interior un estilo claramente barroco.
Parques y jardines de Friburgo
Schlossberg
El significado literal de la palabra Schlossberg es “montaña del castillo”. Antiguamente en ella terminaban los muros de la fortaleza de Friburgo. Aunque conserva este apelativo, allí ya no es posible encontrar ningún vestigio relacionado con la pasada existencia de este enorme alcázar.
Esta colina se encuentra a tan sólo unos pocos metros del centro de la villa. Son muchos los habitantes y turistas que suelen recorrer sus espacios verdes por lo que siempre está algo atestado. Eso sí, el ascenso merece la pena debido a las estimulantes vistas que ofrece su zona superior. No es necesario subir a pie ya que existe un servicio de funicular a los pies del monte.