Cultura en la ciudad de Indianápolis, mucho más que motor
La ciudad de Indianápolis quizá no sea el primer destino que nos viene a la mente cuando pensamos en un viaje a Estados Unidos. Y sin embargo, la capital del estado de Indiana puede ser una auténtica sorpresa para todos aquellos turistas que viajen sin ideas preconcebidas y abiertos a disfrutar de lo que les espera en cada destino.
Indianápolis, sinónimo de velocidad
Cualquier aficionado a los deportes de motor, sea el automovilismo o las motos, saben que aquí se encuentra uno de los circuitos de velocidad míticos. Es el famoso Óvalo, que guarda una parte de los originales ladrillos de su firme. Aquí se celebran las 500 Millas de Indianápolis y otras muchas carreras.
El Óvalo es visitable y, de hecho, es una de mayores atracciones turísticas de la ciudad. Además, allí está el Hall of Fame, que expone recuerdos de los pilotos que han triunfado en este circucito.
De esta manera, Indianápolis es uno de los destinos preferidos para los amantes de los deportes del motor. Sin embargo, aunque la automoción es aquí es auténtica cultura, en la ciudad hay mucho más.
Otros eventos más propios de la cultura
Las carreras de Indianápolis son el motivo de visita para muchos. Pero no hay que olvidar que la ciudad también tiene a lo largo del año un calendario apretado de eventos culturales. Por ejemplo, tiene dos festivales de cine diferentes. El más antiguo es el Heartland, mientras que el más nuevo es el INDY.
Igualmente, es muy aclamado el Fringe Festival, que es un reputado evento del mundo del teatro. Y también la música cuenta con dos momentos claves: uno es el festival Midwest y el otro es el festival de jazz Indyfest. Unas fechas en las que Indianápolis emula la animación de otras ciudades más sureñas, como la mítica Nueva Orleans.
Lugares que no hay que perderse en Indianápolis
Sus catedrales
Desde un punto de vista arquitectónico, también los amantes de la cultura podrán dar un paseo muy entretenido por las calles de Indianápolis. Por ejemplo, les sorprenderá ver que hay varias catedrales repartidas por la ciudad.
Todas ellas están construidas en estilos que recuerdan los europeos, como el neogótico o el neoclásico. Y, por otra parte, son templos de diferentes credos, como el católico o el anglicano.
Pero hay una catedral que llama mucho la atención, la conocida como catedral del Rito Escocés. Es un lugar en el que, más que ceremonias religiosas, se celebran conciertos y hasta banquetes. En realidad, este es el gran punto de reunión de los francomasones en la ciudad.
Otros edificios de interés en Indianápolis
Los amantes de la arquitectura no solo van a encontrar templos. Otro de los edificios que llama la atención es el Capitolio de Indiana, la sede del gobierno local. Como es habitual en este caso, atrae las miradas por su fachada columnada y su gran cúpula, a imagen y semejanza del más famoso de los capitolios estadounidenses, el de Washington D. C.
No obstante, quizás las construcciones con más encanto en Indianápolis sean sus grandes mansiones solariegas. Nos recuerdan otros tiempos y algunas son tan espectaculares como la de Benjamin Harrison. Está en el centro de la ciudad y se mantiene tal y como la dejó el presidente número 23 de los Estados Unidos.
También es recomendable la mansión victoriana de Morris Butler House, un auténtico museo decimonónico. Mientras, en las afueras se puede visitar la granja de Huddleston, que nos traslada a los tiempos de los colonos, cuando a esta tierra de indios se la llamó por primera vez “Indiana”.
Museos para todas las edades y gustos
No acaban aquí los reclamos para los visitantes. Hay diferentes museos, como el de arte contemporáneo del Indianápolis Arts Center. Y también hay que mencionar el Museo de Indiana, que nos da a conocer la historia y particularidades de este territorio del Medio Oeste americano.
Y por último, si se viaja con los pequeños de la familia, no hay que perderse el Museo de los Niños. Es el mayor en su género de todo el mundo y una visita que acaba siendo de lo más entretenida para grandes y pequeños.