¿Cuántos años tiene la cueva de Altamira?
¿Te has cuestionado alguna vez los años que tiene la cueva de Altamira? Uno de los grandes tesoros arqueológicos españoles todavía guarda muchos de sus misterios. Por ello, vamos a intentar arrojar algo de luz al asunto.
¿Sabrías decir cuántos años tiene la cueva de Altamira?
La solución a esta pregunta parecen haberla encontrado un equipo de científicos de la Universidad del País Vasco. Según sus estudios, las primeras muestras de arte paleolítico de la cueva de Altamira se fueron dilatando al menos 20.000 años.
Por ello, son más antiguas de lo que pensamos (entre 35.000 y 15.200 años). Igualmente, probaron que las realizaron los primeros grupos de Homo sapiens que poblaron el continente europeo.
Dirk Hoffmann, un investigador del Programa de Geocronología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), fue realizando la datación con series de uranio por las costras de calcita que están presentes por encima de las figuras pintadas.
Hoffmann cree que este método nuevo no cuenta con las limitaciones que impone la prueba del carbono 14 AMS, que se usa normalmente en las dataciones. Este último solo es posible aplicar a unos pocos motivos rupestres que se realizan con materia orgánica.
El procedimiento de series del uranio no causa perjuicios a la hora de conservar las pinturas. No es necesario extraer materia colorante de las imágenes. Todo esto hace que no afecte al arte rupestre como tal.
La cueva de Altamira y su historia
En esta cueva podemos ver una de las manifestaciones del arte paleolítico más importantes. Se encuentra en lo alto de una colina en el municipio de Santillana del Mar. Desde allí es posible contemplar el paisaje montañoso de la cordillera Cantábrica y las colinas suaves del litoral.
Es una cueva de pequeñas dimensiones, pero en su época tuvo una gran zona vestibular en la que se desarrollaba la vida cotidiana de los cazadores recolectores.
El redescubrimiento
Se produjo un desprendimiento con el que se cerró hace 13.000 años. No pudo accederse a la cueva hasta que la sociedad del siglo XIX la descubrió. En la Prehistoria los desprendimientos eran de lo más común, por eso fue complejo descubrir estas cuevas, por las propias características geológicas.
En 1879 la descubrió Marcelino Sanz de Sautuola, que dejó claro su enorme valor. Al ser tan espectaculares las pinturas, había que reconocer la capacidad y destreza artística de los antepasados paleolíticos. Fue la primera vez que se atribuyó esta facultad a habitantes de la Prehistoria.
Todo esto supuso que la comunidad científica no aceptase la originalidad de las pinturas hasta 1902. Si embargo, después se unieron otros descubrimientos en cuevas rupestres paleolíticas francesas.
“Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió.”
-Enrique Jardiel Poncela-
Las cuevas hoy
Justo desde aquel momento, la cueva de Altamira ha pasado a ser todo un icono para la sociedad. Es un sitio en el que podemos descubrir el inicio de la historia del ser humano mediante estas maravillosas creaciones artísticas.
Hay que tener también en cuenta que desde el principio hubo riesgos para conservar las pinturas. Por un lado, la estructura geológica de la propia cueva, y por otro, la gran cantidad de visitantes, que llegó a ser de 170.000 al año en la década de los 70.
En 1979 fue cuando se produjo el primer cierre de la cueva, creándose el Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira. Este se encarga de conservar, investigar y difundir la cueva. Es un museo de titularidad estatal.
En 1982 volvió a abrirse la cueva con un régimen que estaba restringido a solo 8500 visitantes al año. Pero desde 2002 está cerrada al público. Actualmente se desarrolla un programa de investigación para poder establecer un régimen de visitas que no afecte a su conservación.
Desde 1985 la cueva de Altamira está inscrita en la Lista Mundial de Patrimonio de la Unesco. En 2008 fueron incluidas en la lista y como ampliación de la categoría que ostenta Altamira otras 17 cuevas del norte de España apareciendo como “La cueva de Altamira y el arte rupestre paleolítico del norte de España”.