Cruzar Europa en barco: la red de autovías fluviales
Una de las formas de turismo de moda en los últimos años es la de recorrer Europa por carretera, en furgonetas o caravanas. También el uso de la bicicleta para emprender recorridos por el viejo continente se está convirtiendo en una práctica popular entre los viajeros más intrépidos. Ahora bien, existe una forma más antigua de cruzar Europa: el barco.
Antes de la expansión del ferrocarril, el transporte fluvial era la mejor opción para el traslado de mercancías. Primero, a través de las vías fluviales naturales y, posteriormente, mediante la construcción de canales.
Desde el siglo XV se ha construido a lo largo y ancho de Europa, sobre todo en el norte, una extensa red de vías acuáticas. Esta ha permitido durante siglos interconectar el territorio.
Hoy, las grandes autopistas fluviales todavía se utilizan para el transporte de mercancías, en cambio, las rutas más pequeñas son recorridas por multitud de barcos. Estos ofrecen a los turistas la experiencia de navegar por estos antiguos caminos. Veamos algunas de estas autopistas para cruzar Europa en barco.
Cruzar Europa en barco: el Danubio
Es un río que nace en las postrimerías de los Alpes, en Alemania, y desemboca en el mar Negro. A lo largo de todo su recorrido atraviesa diez países: Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumanía, Bulgaria, Moldavia y Ucrania.
Esa inmensa vía fluvial es navegable prácticamente en su totalidad. Por tanto, puedes recorrer todo el sudeste europeo por sus aguas y visitar algunas de las capitales más bellas, como Viena o Budapest. A su vez, un gran número de sus afluentes también son navegables, lo que permite desviarse de la ruta principal.
Gracias a la tecnología, se ha logrado establecer una ruta fluvial que conecta el mar del Norte y el Atlántico con el mar Negro. Esto es posible por la construcción de un canal que conecta el Danubio con el Rhin a través de un afluente, el Meno.
El Rhin, la vía fluvial más utilizada de Europa
Este gran río nace en los Alpes suizos y desemboca en el mar del Norte. En su recorrido hace de línea fronteriza entre Francia y Alemania, pasa por la zona industrial del Ruhr y luego se adentra en los Países Bajos. Algunos de los puertos más importantes son Rotterdam, Duisburgo, Mannheim, Ludwigshafen, Estrasburgo y Basilea.
Este río es navegable y facilita el transporte de mercancías desde prácticamente su nacimiento, lo que ha propiciado que sea una de las principales vías de comunicación europea. Por ello, sus riberas son focos de industrialización y de concentración de población.
El potencial del río lo vemos reflejado en el puerto de Rotterdam, el más grande de Europa y uno de los más grandes del mundo.
Cruzar Francia en barco
Desde Marsella, existe la posibilidad de poder llegar hasta el Atlántico a través de las vías fluviales del país. Subiendo por el Ródano, río que en territorio francés está totalmente acondicionado para la navegación, puedes conectar mediante innumerables canales a otras arterias fluviales como el Sena, Loira o Garona.
También se puede realizar la conexión con la cuenca del Rhin mediante el canal Ródano-Rhin. De ahí, si lo deseas y tienes tiempo, puedes embarcarte hasta el norte de Alemania o incluso llegar al mar Negro.
Cruzar Europa en barco: norte y centro
La multitud de canales y vías fluviales abiertas en la región del norte y centro Europa es impresionante. Por ejemplo, se puede iniciar una ruta en Praga, pasar por Berlín y llegar a Gdanks o Varsovia. El río Elba, sus afluentes y los canales permiten esta conexión.
El Reino Unido y su extensa red de canales
Los canales del Reino Unido son parte de la herencia de la revolución industrial inglesa. A través de ellos, multitud de barcos y barcazas, muchas veces tirados por animales de carga desde los laterales, transportaban las mercancías de una punta a otra del país.
Hoy en día, se han convertido en un atractivo turístico para que los visitantes puedan apreciar los paisajes de Gran Bretaña mecidos por las aguas tranquilas de los canales. Una experiencia de la que merece la pena disfrutar.
Del Báltico al Caspio y al mar Negro por la Rusia europea
La red de navegación fluvial rusa permite atravesar la geografía de este país al este de los Urales. Gracias a la extensa red de canales y al impresionante río Volga, se puede partir de San Petesburgo o de Belomorsk, pasar por Moscú y desembocar en Astracán, en el mar Caspio. También se puede ir por el canal Volga-Don al mar Negro.
Se podría iniciar una travesía desde San Petesburgo hasta París sin necesidad de usar otro medio de transporte que el barco.
El sur de Europa está incomunicado
Por la extensa red de ríos y canales se puede hacer un viaje que cruce prácticamente toda la zona centro y norte europea, incluso Rusia. Ahora bien, si deseas visitar la península ibérica, Italia o Grecia, olvídate del barco. La poca profundidad de los ríos de estas regiones imposibilita la navegación fluvial en la mayoría de sus vías.
Existen algunas excepciones. Es el caso del curso bajo del Guadalquivir hasta Sevilla en España o del Duero en Portugal. Y, en el norte de Italia, el Po y su red de canales y afluentes navegables posibilita visitar en barco esta región del norte, aunque no está conectada al resto de la red fluvial europea.
Si te gusta viajar en barco, y sabiendo que existe la posibilidad de cruzar Europa en este medio de transporte, únicamente tienes que tomar la decisión de emprender este viaje. Será, sin duda, un viaje inolvidable.
- Map of the European Inland Waterway Network (s.f.). Recuperado el 6 de mayo de 2019 de: https://www.unece.org/fileadmin/DAM/trans/main/sc3/European_inland_waterways_-_2012.pdf