Conoce el barrio de la judería de Córdoba

El barrio de la judería de Córdoba es, sin lugar a dudas, uno de los más bonitos que se conservan en España y en todo el planeta. Un vestigio de la gran ciudad andaluza que aún hoy mantiene todo el encanto de antaño y en el que el visitante puede vivir una magnífica experiencia sintiéndose transportado a tiempos pretéritos.

Como su propio nombre indica, el barrio de la judería de Córdoba se ubica en pleno centro de la ciudad, en la zona en la que antaño vivían los judíos. Este hecho tuvo su mayor apogeo desde el siglo X hasta el XV, época en la que habitaban también la zona gran número de cristianos y musulmanes.

Ubicación del barrio de la judería de Córdoba

Como hemos dicho, el barrio de la judería de Córdoba se ubica en pleno centro de la ciudad, y se puede encontrar entre las calles Tomás Conde, Almanzor, Judíos, Deanes, Romero y Manríquez. Aunque cualquier visitante que se acerque a esta tierra puede preguntar por él a los habitantes de la zona, puesto que todos saben perfectamente dónde está.

Además, esta zona del centro histórico de Córdoba es considerada por la Unesco como patrimonio de la Humanidad, hecho que no es de extrañar, puesto que en sus calles se pueden vislumbrar, además del barrio de la judería, maravillas como la Mezquita Catedral, la Sinagoga, el Museo Taurino, el Zoco, la plaza Tiberiades o la casa de Sefarad.

Historia del barrio de la judería de Córdoba

La historia del barrio de la judería de Córdoba está íntimamente ligada a la de la ciudad. Hubo un tiempo de esplendor, en plena Edad Media, en la que tres culturas tan diferentes como la cristiana, la musulmana y la judía fueron capaces de convivir en un espacio común, aunque bien diferenciado, pero siempre en un ambiente pacífico.

En las calles del barrio de la judería de Córdoba, además, nació uno de los médicos y filósofos más importantes de la historia de la ciudad, Maimónides. Tiene gran presencia en el lugar con una bella estatua en su honor, esculpida en bronce, y que se puede vislumbrar en la Calle del Judío.

Maimónides tuvo una mente clara y adelantada a su tiempo. Un gran humanista que rechazó los dogmas de fe seguidos con ceguera y fanatismo, hecho que consideraba que anulaba totalmente la libertad de pensamiento. Él fue un gran buscador de las grandes verdades del ser humano, anteponiendo el conocimiento y la razón sobre todo para conseguir que el hombre fuera mejor.

Los judíos no tuvieron grandes problemas para convivir bajo las leyes del Islam, dando pie a una gran cultura propia de la ciudad cordobesa. Bajo el gobierno de la dinastía de los Omeyas, Al-Ándalus gozó de un estatus de libertad, cultura y variedad étnica formidable.

Decenas de escritos de historiadores de la época han llegado hasta nuestros días destacando la capital del Califato de los Omeyas, Córdoba, como un lugar de gran actividad artística, cultural y comercial, única en toda Europa, hecho este que era admirado por las grandes mentes de su tiempo.

De las calles del barrio de la judería de Córdoba y de toda la ciudad nacieron grandes filósofos, pensadores, poetas y hombres de ciencias, que eran protegidos por los mecenas de la corte Omeya, en cuyos palacios y mezquitas residían y ejercían su profesión sin importar la religión. Ejemplo de ello son el ya citado médico Maimonides o el célebre Averroes.

El barrio de la judería de Córdoba en la actualidad

Por fortuna, el barrio de la judería de Córdoba actual aún conserva una buena parte de su grandeza pasada. Sus estrechas calles empedradas están serpenteadas por excelentes locales para tomar ricas tapas como el salmorejo cordobés o los flamenquines. Y junto a ellas, lugares de interés como los ya citados y pequeñas tiendas artesanas en las que comprar recuerdos y todo tipo de objetos que recuerden a la magnífica ciudad andaluza.

Si tienes la oportunidad de pasear por las magníficas calles del barrio de la judería de Córdoba no la dejes pasar. Un lugar magnífico para gozar de la historia brillante de la ciudad, la mejor gastronomía de la tierra y uno de los lugares con un pasado, presente y futuro más esplendoroso del mundo.

Por cierto, observa los bellísimos patios cordobeses engalanados con elegancia y preciosismo. Son únicos.