La cerámica de El Puente del Arzobispo: arte y tradición

La cerámica de El Puente del Arzobispo ha sido reconocida por la Unesco como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es una cerámica con estilo y características propias.
La cerámica de El Puente del Arzobispo: arte y tradición
Daniel Casas

Escrito y verificado por el geógrafo Daniel Casas.

Última actualización: 16 marzo, 2020

A finales de 2019, la Unesco declaraba la cerámica de El Puente del Arzobispo Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad . Este reconocimiento histórico se comparte con otros dos centros de producción ceramista de gran relevancia internacional: Talavera de la Reina, también en Toledo, y Tlaxcala en México.

Sus orígenes: La Villafranca de la Pvente del Arzobispo

Tenemos que remontarnos hasta la baja Edad Media para situar en el mapa este pequeño municipio acomodado junto a las aguas del Tajo. Es una pequeña localidad que hoy actúa como hito fronterizo entre las comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura.

Puente-arzobispo
El Puente del Arzobispo – GFreihalter / Wikimedia Commons

Por aquellos entonces, el talaverano arzobispo Pedro Tenorio era el encargado de la diócesis de Toledo. Fue él quien ejerció de mano ejecutora para levantar importantes obras arquitectónicas como el puente de San Martín en Toledo o el de esta villa ribereña del Tajo.

El poder que tuvo la Iglesia durante la Edad Media es bien sabido por todos. De hecho, la construcción de la pvente está secundada por motivos estrictamente económicos.

Pedro Tenorio, como buen oligarca, tenía grandes intereses por las fértiles tierras de esta comarca. También los tenía por el control de las grandes cabañas de ganado bovino que en muchas ocasiones pertenecían al clero y que debían atravesar la Cañada Real Leonesa Oriental por esta zona para hacer la trashumancia.

Con la construcción de la pvente surgió todo. El pago de los llamados pontazgos costeó la obra de este colosal monumento y pronto se edificó junto a él una villa que floreció rápidamente. Sin embargo, no fue hasta bien entrado el siglo XVII cuando aparecen las primeras manifestaciones de la cerámica de El Puente del Arzobispo.

Ajos, cerezas y, por supuesto, ¡cantarillas!

Ejemplo de cerámica de El Puente del Arzobispo
Azulejos en El Puente del Arzobispo – Benjamín Núñez González / Wikimedia Commons

El esplendor y el crecimiento demográfico de esta villa toledana no tardaron en dar sus frutos. Los mercados medievales en los que se vendía ‘de todo’ se hicieron potentes, sobre todo tras el privilegio otorgado por Enrique III de Castilla para celebrar aquí una feria que reunía a labriegos, ganaderos y mercaderes de toda la comarca.

Además de las cerezas del Jerte y los ajos, pronto comenzaron a intercambiarse otros objetos como utensilios de labranza y diferentes ‘cacharros’ procedentes de los alfares de la villa. Entre los más antiguos había cántaros, botijos y una pieza muy autóctona y valorada en este lugar: el lebrillo.

En un principio, todas ellas se vendían bajo el pseudónimo de ‘loza basta’, es decir, sin policromar, pues la arcilla de esta zona tenía la peculiaridad de ser muy sólida y resistente tras su cocción. De hecho, la vecina Talavera de la Reina valoró sus magníficas propiedades apeándose aquí de buena parte de ella para sus alfares.

Una cerámica verde esmeralda

Más tarde la loza, se comenzó a decorar. Para ello utilizaban pigmentos obtenidos de diferentes metales, principalmente plomo y estaño, que tras su horneado en la ‘pahilla’ daban lugar al esmalte en bruto. Tras una serie de pasos, el esmalte generaba una gama de colores en los que el verde esmeralda, verde cobre para los lugareños, es el más representativo.

La decoración de la cerámica de El Puente del Arzobispo

Cerámica de El Puente del Arzobispo
Milartino / Wikiemdia Commons

La amplia producción de loza en este municipio dio lugar a una tipología rica y variada. La clasificación ha quedado plasmada en diversas series desde el siglo XIX por parte de distintos especialistas en la materia.

Las series más conocidas son ‘la del pino’, en la que predominan los elementos vegetales con tonos verdes; ‘la del pajarito’, que combina elementos vegetales con aves y que normalmente se presentaba policromada; y ‘la serie de bandas o cenefas horizontales’ trazadas con líneas curvas o rectas de diferente grosor.

Pero esto es solo el origen. Con el paso de los siglos y hasta la actualidad, la cerámica de El Puente del Arzobispo ha ido diversificando y evolucionando. Así, podemos observar desde la estilización más clásica hasta la introducción de cualidades mucho más modernistas y llamativas.

La cerámica de El Puente del Arzobispo, patrimonio cultural

La alfarería y la cerámica SON ARTE, con mayúsculas. El arte es cosa de artistas y esta villa tan modesta, tan apaciguada, a veces neblinosa y sobre todo tan trabajadora, presume de poseer muchos de ellos. Así reza en uno de los murales de cerámica distribuidos por el municipio: “Soy la Villafranca de la Pvente del Arzobispo, cuna de la cerámica y grandes alfareros”.

Reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco, puedes aprender más sobre la cerámica y la artesanía de este pequeño pueblo en su Centro de Interpretación de la Cerámica o en alguno de los alfares que actualmente siguen en activo. Te encantará.

Fotografía principal: Benjamín Núñez González / Wikimedia Commons