Castilla-La Mancha, una tierra con historia
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme… ¿Quién no conoce estas famosas palabras dichas por el personaje más sublime de Miguel de Cervantes? ¿Qué tiene la Mancha que ha sido inspiración de artistas de tal calibre? Sin duda, Castilla-La Mancha tiene mucha historia que contar, ¿te gustaría saber algo más sobre esta comunidad autónoma?
Castilla-La Mancha y su historia
Castilla-La Mancha tiene un larga historia. En sus tierras se han encontrado infinidad de vestigios arqueológicos que demuestran que esta región ya estaba habitada por los celtas y otras civilizaciones desde el siglo IV a.C.
Tras la caída del Imperio romano, diversas tribus germánicas penetraron en estas tierras. Tras ellas dominarían los visigodos, que convirtieron la ciudad de Toledo en centro político-religioso.
A partir del siglo VIII, la conquista árabe supondría la fusión de culturas de la que precisamente Toledo es un gran ejemplo. Este sería uno de los reinos taifas, pero aunque estos reinos destacaban en arte y cultura, su poder político era escaso, lo que los convirtió en un blanco fácil para los reinos cristianos que buscaban reconquistar el territorio.
Castilla-La Mancha cristiana
En el año 1085, Alfonso VI conquista Toledo, lo cual supuso un duro golpe para Al-Andalus. Fue solo el comienzo, pues reyes sucesores fueron adentrándose en el territorio poco a poco tomando ciudades como Cuenca y creando otras como Villa Real (que más tarde se conoció como Ciudad Real).
Comienza a partir de entonces la repoblación de la región, con la ayuda de órdenes militares como las de Calatrava, San Juan o Santiago. Desde entonces el crecimiento agrario y de la población fue transformando la región en una zona próspera.
Ya en el siglo XX, la Guerra Civil y los años posteriores marcarían una época en la que muchos castellanomanchegos tuvieron que emigrar. La historia más reciente culmina el 16 de agosto de 1982, cuando se publicó el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha.
“Tampoco sabemos muy bien, al fin y al cabo, qué es Castilla después de todo este buceo en ella. Siempre queda un poco más allá; siempre asoma un poco más profundamente”
-José Jiménez Lozano-
Hoy, Castilla-La Mancha es una comunidad abierta y acogedora y una visita es siempre merecida, pues su historia en parte marca el comienzo de España moderna y muestra de dónde vino y cómo el país.
Lo que tienes que ver en Castilla-La Mancha
Como te puedes imaginar, una región con tanta historia tiene bien guardados los vestigios que quedan de esta. Y son muchos los atractivos que tiene para mostrarte y contarte con su silencio, pero con su belleza, los entresijos de esta historia y de su antigüedad. Estos son algunos de los imprescindibles que tienes que ver:
Toledo
Habiendo sido ciudad de Al-Andalus y de suma importancia para los reyes españoles, te puedes hacer una idea de lo hermosa que es y de toda la arquitectura de la época que guarda. Es una ciudad en la que parece que el tiempo se ha parado, y es algo que se nota en sus calles, sus monumentos y en su gastronomía.
En Toledo hay mucho que ver, desde la catedral o el Alcázar al monasterio de San Juan de los Reyes o la sinagoga del Tránsito. Sin olvidar el Cristo de la Luz, antigua mezquita; o lugares como la iglesia de Santo Tomé, donde se puede admirar El entierro del conde de Orgaz, de El Greco que, por cierto, también tiene museo propio en la ciudad.
Los molinos
Si hay un rasgo distintivo de Castilla-La Mancha son sus molinos. Los mismos que protagonizan parte de la gran obra de Cervantes y a los que Don Quijote se enfrentaría creyéndolos terribles gigantes.
Si quieres sentirte en la piel del ingenioso hidalgo, aunque sea por unos minutos, busca lugares como Campo de Criptana, Tomelloso, Consuegra o Alcázar de San Juan.
Cuenca
Una de las ciudades más hermosas y con más historia de Castilla-La Mancha. En ella no puedes dejar de visitar las Casas Colgadas o de admirarlas desde el singular puente de San Pablo. Y no hay que olvidarse, por su puesto de su catedral o de la torre de Mangana.
Espacios naturales
Por último, no hay que olvidar que Castilla-La Mancha esconde rincones de una enorme riqueza natural y paisajística. Entre ellos, y solo por mencionar algunos, se pueden nombrar las Lagunas Ruidera, el Parque Nacional de Cabañeros, las Tablas de Daimiel o la zona del Alto Tajo.
Castilla-La Mancha es una de las comunidades autónomas más grandes de España y, por tanto, hay miles de lugares hermosos por descubrir. Este ha sido un pequeño resumen para abrirte el apetito.
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