La Carrera del Darro, la calle más bonita de Granada
Una visita a Granada está plagada de lugares que hay que conocer casi por obligación, ya que se trata de sitios únicos y emblemáticos de la ciudad nazarí. A todo el mundo le vendrá inmediatamente a la cabeza el Palacio de la Alhambra, pero hay mucho más. Y uno de esos sitios absolutamente imperdibles durante una escapada a Granada es su Carrera del Darro.
¿Qué es la Carrera del Darro?
Estamos hablando de una de las calles históricas de la ciudad granadina. Una vía que transcurre por la margen izquierda del río Darro, que le da nombre.
El paseo por aquí es inolvidable, porque a un lado quedan las aguas del río, embarrancadas en la profundidad, y al otro hay una serie de edificios históricos repletos de encanto. Y entre el río y las construcciones queda el empedrado de la vía, hoy en día peatonal, por lo que es un verdadero placer caminar por la Carrera del Darro.
Para llegar hasta aquí os recomendamos tomar como referencia la céntrica Plaza Nueva de Granada, y desde allí hay una agradable caminata por el corazón antiguo de la ciudad. Y si se viene de más lejos, entonces es interesante tomar el autobús urbano y bajarse en la parada llamada Paseo de los Tristes.
Los puentes de la Carrera del Darro
Uno de los elementos más carismáticos de este rincón de la ciudad son los pequeños puentes que salvan el cauce del Darro. Son varios, el puente del Aljibillo, el de Chirimias, de Cabrera o Espinosa. Todos ellos conectando el barrio de Almanzora, donde se integra la Carrera del Darro, con el de la Churra, situado en la otra orilla y a los pies del gran reclamo del turismo en Granada: la Alhambra.
Sí, estamos a los pies del palacio nazarí, por lo que las vistas desde aquí siempre merecen la pena. Unas vistas que además se pueden acompañar por las típicas tapas y raciones granadinas, ya que por aquí abundan las tabernas tradicionales.
Los baños árabes del Bañuelo
Uno de los emblemas de la Carrera del Darro es que aquí se conservan los baños árabes más antiguos de España. Pero los turistas no solo pueden visitarlos y ver su arquitectura y decoración, sino que también pueden bañarse en ellos y alcanzar todas las sensaciones de bienestar que provocan.
“Granada es una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo”.
-Federico García Lorca-
El patrimonio de la Carrera del Darro
Los mismos puentes que hemos mencionado, con su sencilla pero duradera ingeniería de piedra son de por sí pequeñas joyas patrimoniales que pueden remontar sus orígenes a los tiempos de los Reyes Católicos. Pero hay mucho más durante este paseo.
También aquí se encuentra el Convento de Santa Catalina de Zafra, construido allá por el año 1540. En unas fechas muy similares a otro de los inmuebles históricos de esta calle granadina, la Casa de Castril, cuya arquitectura renacentista hoy se encuentra rehabilitada para albergar en su interior el Museo Arqueológico de Granada.
Y ya llegando a la zona de la plaza que conecta la Carrera del Darro con el atractivo Paseo de los Tristes, nos encontramos con otro de los tesoros de esta vía, la singular iglesia de San Pedro y San Pablo, que mezcla el característico arte mudéjar de la zona con las formas del Renacimiento, algo habitual en los templos que antes de iglesias fueron mezquitas.
Un lugar único
En realidad, toda la ciudad de Granada es única. Por su Alhambra, pero también por sus barrios populares del Sacromonte o el Albaicín, o por su alucinante catedral y la vecina Capilla de los Reyes Católicos.
Lo cierto es que esa es la mezcla perfecta, los grandes monumentos y la raíces y las tradiciones, y desde luego si hay un lugar de la ciudad donde se puede disfrutar al máximo de esta mezcla, ese sitio es la Carrera del Darro. Un lugar que, desde luego, hay que descubrir en cualquier visita a Granada.