La Calzada del Gigante en Irlanda del Norte: descubre este bello lugar
La Calzada del Gigante es uno de los mayores atractivos turísticos de Irlanda del Norte, e incluso del Reino Unido. No es para menos, pues se trata de una auténtica maravilla natural situada al norte de Bushmills, a unos cien kilómetros de Belfast. Si quieres saber más sobre esta Reserva Natural Nacional no dejes de seguir leyendo.
El origen de la Calzada del Gigante
La Calzada del Gigante es el resultado de erupciones volcánicas, de lava que salió a la superficie y, posteriormente, se enfrió relativamente rápido. Dicho origen se remonta a nada menos que hace sesenta millones de años, por lo que además de por su belleza, la Calzada del Gigante destaca por ser un portal hacia el pasado más remoto de nuestro planeta.
Sin embargo, existe una leyenda que defiende que la Calzada del Gigante se formó de otra forma: dos gigantes tenían una gran rivalidad, pese a que nunca se habían visto. Uno era de Irlanda y el otro, de Staffa. Un día el primero decidió enfrentarse en una batalla decisiva al segundo, pero no había barco lo suficientemente grande para transportarlo.
El gigante de Irlanda decidió entonces construir una calzada de enormes piedras a través del agua. Cuando el camino estuvo listo, cruzó el mar, pero al ver la enorme figura de su adversario decidió regresar antes de ser visto y le pidió consejo a su mujer, que le dijo que se disfrazase de bebé.
Cuando el gigante escocés vio la calzada aprovechó para ir a pelear contra su enemigo. Sin embargo, cuando vio al supuesto bebé pensó que si el pequeño era de tal dimensión el padre sería mucho más mayor y fuerte. En su regreso a Escocia destruyó el camino, del que solo se conserva el principio y el final, para que el otro no pudiera seguirlo.
Características de la Calzada del Gigante
La Calzada del Gigante es un área que contiene unas treinta y ocho mil columnas hexagonales de basalto. Estas, que llegan a alcanzar los doce metros de altura, se prolongan más de diecisiete kilómetros por la línea de la costa hasta adentrarse en el mar.
Entre todas las columnas de la Calzada del Gigante hay unas piedras que tienen forma de silla. A cada una de estas se las conoce como “wishing chair”, pues según cuenta una leyenda si te sientas en ellas y mueves las nalgas de izquierda a derecha tres veces con los ojos cerrados pidiendo un deseo, este te será concedido.
Y es que las columnas basálticas son diferentes las unas de las otras en cuento a grosor, altura o forma, por lo que se pueden encontrar algunas muy curiosas. Un ejemplo es la que tiene nueve caras. Dar con ella entre las demás es una ardua tarea que muchos turistas siguen intentando.
“El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella.”
-Lord Byron-
Información práctica para su visita
Todos aquellos que se acerquen a la Calzada del Gigante se encontrarán con el centro de visitantes, que parece haber surgido también de la lava volcánica al estar fabricado con el mismo material. En su interior hay un pequeño museo que explica todo lo relativo a la maravilla natural, así como un restaurante y una tienda de recuerdos.
El centro de visitantes abre todos los días del año excepto del 24 al 26 de diciembre, de nueve de la mañana a cinco (de noviembre a febrero), a las seis (marzo y octubre) o a las siete de la tarde (de abril a septiembre). No obstante, la Calzada del Gigante es accesible a cualquier hora.
Para poder disfrutar de la experiencia hay que pagar una entrada de nueve libras, aunque existen descuentos para familias, por ejemplo. Dicho coste incluye la visita guiada en inglés -hay una audioguía disponible en varios idiomas-, el aparcamiento y el acceso al centro de visitantes.
Respecto a cómo llegar a la Calzada del Gigante, existen diversas opciones. Si se parte desde Belfast se puede contratar alguna excursión, ir por libre en automóvil o recurrir a alguna forma de transporte público que llegue a Coleraine. Después solo queda trasladarse hasta Bushmills, el pueblo más cercano al centro de visitas.