Visitamos 8 magníficos castillos templarios en España
Te invitamos a seguir los pasos de los Caballeros Templarios a través de sus castillos y fortificaciones. La Orden del Temple dejó su huella por toda Europa con monumentales castillos, de los que quedan muy buenos ejemplos en España. Nos adentramos a conocer 8 de los mejores castillos templarios que hay en España. ¿Nos acompañas?
Los 8 mejores castillos templarios de España
1. Castillo de Ponferrada, León
De los castillos templarios de España, el de Ponferrada es uno de los mejor conservados y más impresionantes. Su misión era proteger a los peregrinos del Camino Francés, lo cual era uno de los objetivos de esta orden y una responsabilidad que compartieron con la orden de Santiago.
Esta fortaleza fue transformada por los templarios desde 1178. Se encuentra en la colina de Ponferrada y cuenta con tres cinturones defensivos construidos en sus ocho mil metros cuadrados de superficie. Actualmente es lugar de algunas celebraciones como la famosa “noche templaria” que se lleva a cabo en la primera luna llena de verano.
2. Castillo de Monzón, Huesca
Con motivo de la “Concordia de Gerona” los templarios tomaron este castillo en 1143 y lo adaptaron a una nueva función de fortaleza militar y convento. Aunque el aspecto exterior que vemos hoy es de siglos posteriores a la época templaria, su interior guarda numerosos aspectos de arquitectura románica de origen templario.
De los castillos templarios de España, este pasó a la historia por ser el lugar donde los caballeros de esta orden educaron al futuro rey Jaime I el Conquistador, hecho histórico que se celebra cada año.
3. Castillo de Peñíscola, Castellón
Esta imponente fortificación era un castillo musulmán que fue transformado por los templarios. Generalmente es asociado a la famosa película El Cid, pero su fama viene porque en él residió el Papa Luna (Benedicto XIII), durante muchos años hasta su muerte en 1423.
Se conserva en perfecto estado, en el interior de las murallas inclinadas que datan del siglo XVI, hay espacios en estilo románico, edificados por los templarios desde 1294
4. Castillo de Miravet, Tarragona
El castillo de Miravet se encuentra a orillas del río Ebro, que era en aquellos tiempos una importante arteria comercial entre Zaragoza y el Mediterráneo. Fue este el principal motivo por el que los templarios tomaron el castillo y lo convirtieron en una fortaleza-monasterio.
Esta obra románica cisterciense es una de las mejores obras religiosas y militares templarias. Para reforzarlo, los templarios elevaron una barbacana de 25 metros de altura. Actualmente es posible acceder hasta lo alto. Las vistas que se observan del río Ebro son sencillamente impresionantes.
5. Castillo de Montalbán, Toledo
El castillo de Montalbán, era una fortaleza musulmana que fue tomada por los templarios y posteriormente reformada. Aunque actualmente se encuentra en ruinas, tiene muy buenas vistas, sobre todo de sus exteriores ya que se alza sobre un lugar cortado a pico por el tajo del río Torcón.
En su interior aún pueden verse restos de la fortaleza musulmana original, mucho más pequeña, así como dos cisternas subterráneas.
6. Castillo de Jerez de los Caballeros, Badajoz
Este castillo fue conquistado por los templarios en 1238 para el rey Alfonso IX. A partir de ese momento fue llamado Jerez de los Caballeros y fue transformado en fortaleza-monasterio. Su apariencia ha llegado a nuestros días sin muchos cambios.
“La fe comienza donde termina el orgullo.”
– Félecité de Lamennais –
7. Castillo de la Zuda en Tortosa, Tarragona
Este castillo data del año 944 y era el punto de inicio de las murallas medievales de la ciudad, de las cuales aún se conservan los muros árabes. Los caballeros templarios levantaron a su alrededor torres defensivas y casas de campo, las cuales hoy conforman una Ruta Templaria. Actualmente es Parador de Turismo.
8. Castillo de Gardeny, Lérida
Este castillo fue lo más destacable que heredaron los caballeros templarios a Cataluña. Fue tomado por esta orden en la segunda mitad del siglo XII. En siguiente siglo ya era uno de sus principales centros conventuales.
Entre los siglos XVII y XVIII su aspecto fue cambiado para terminar siendo un fortín militar. En esta fortificación destaca la torre-residencia, donde se encontraban las habitaciones-dormitorio de los caballeros.