Turista en tu propia ciudad, un excelente plan

Ser turista en tu propia ciudad significa cambiar la perspectiva y salir de tu casa con ánimo de exploración. Te puedes sorprender de la gran cantidad de sitios que apenas si has visitado y que quizás encierran encantos insospechados.
Turista en tu propia ciudad, un excelente plan

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 04 agosto, 2020

Para un gran número de personas, las vacaciones o el tiempo libre del que disponen son magníficas oportunidades para viajar a sitios muchas veces lejanos. Sin embargo, difícilmente te planteas la posibilidad de ser un turista en tu propia ciudad y empezar a conocerla de verdad.

Varias investigaciones de mercado demuestran que la mayoría de la gente no conoce la ciudad  en donde vive. Es probable que este fenómeno esté asociado con el hecho de que donde uno vive también es el lugar donde trabaja o estudia.

Como allí se pasa la mayor parte del tiempo, resulta un sitio demasiado familiar; por tanto, se vuelve un lugar rutinario y poco atractivo para conocer. Tal vez nos hacemos a la idea de que conocemos todo de este espacio y ya no hay nada más que ver.

Lugares para conocer, tantos como queramos

Hay tantos lugares interesantes para conocer que nos esperan… La playa, la selva, la montaña, el desierto, el páramo, el hielo. Asimismo, podemos experimentar el placer, lo novedoso, la gente, las maravillas, la historia y la cultura de muchos sitios maravillosos…

Un aforismo perteneciente a la cultura griega, y cuyo autor se desconoce permanece inscrito en el templo de apolo en Delfos. Reza «Conócete a ti mismo». Debería, por extensión, ser aplicable a todo lo que tenga que ver con nosotros individualmente.

De seguro, a muchas personas en el mundo les interesaría visitar y conocer la ciudad, provincia o pueblo donde viven. Probablemente vengan de otras culturas a las que les resulta muy atractivo conocer la de ese sitio tan cotidiano.

Posiblemente también estén cansados de la rutina y busquen hacer algo diferente para sorprenderse y experimentar. Pero ¿qué significa ser un turista en tu propia ciudad? Más allá de los convencionalismos, es empezar a mirar con otros ojos el sitio que habitamos.

Pareja de turistas en su propia ciudad.

Repetir, repetir y repetir, o ser turista en tu propia ciudad

El tedio nace de la repetición, y es por eso que las novedades resultan tan atractivas. No solo se trata de buscar la sorpresa, sino que tiene que ver con descansar mentalmente de todo aquello que está ahí cada día.

Sin embargo, y con toda seguridad, existen muchos sitios de la localidad en donde vives que aún no conoces y te aguardan. Una buena opción es asumir sin prejuicios la misma actitud que tienes al visitar un lugar nuevo, sea un país, una ciudad o una población.

¿Qué tal un tour por tu ciudad, pero sin los afanes de siempre? Eventualmente, se abrirá ante ti algo que no habías notado y suponías que lo sabías. Se trata de viajar liviano y dejarte atravesar por las cosas cuando te animas a ser turista en tu propia ciudad.

Si no tienes claro a dónde ir, podrías estar perdido. Entonces, ¿por qué no perderte a propósito? Podrías tomar rutas inusuales, hasta ver algo que te llame la atención; después habrá tiempo suficiente para reencontrarte.

La cultura llama

¿Cuántas comidas típicas de tu región has probado? ¿Qué hay de los platos exóticos o de los postres? La comida callejera, los restaurantes de todo tipo, las plazas de mercado de alimentos o las rutas gastronómicas que nunca has recorrido como turista en tu propia ciudad… todo ello puede darte grandes sorpresas.

¿Cuándo fue la última vez que visitaste los museos o las galerías de arte cercanas? También podrías visitar el centro histórico, contemplar su arquitectura, reencontrarte con la memoria y, por tanto, con la historia, tu historia.

¿Qué tal los parques temáticos, donde se puede aprender tanto, o los parques de diversiones, en donde se sufre deliciosamente? ¿Por qué no probar el algodón de azúcar o practicar el tiro al blanco por un oso de peluche?

Turista caminando y haciendo compras.

Otros mundos

¿Por qué no viajar por el cosmos en el planetario o sumergirnos en las profundidades del acuario? Ahí están también las tan anheladas zonas verdes para abrazar un árbol o tenderte sobre el césped, para respirar tranquilo y tomar el sol.

Asimismo, visitar el jardín botánico es genial, porque es como un mundo aparte. Muchos sitios cuentan con reservas naturales o megaparques, con exuberante vegetación y un sinnúmero de especies animales.

Si te atrae la fotografía o el video, podrías experimentar algo nuevo: un efecto, un filtro, una toma imposible, o jugar con las velocidades y los diafragmas. ¡O sencillamente registrar con detalle todos los nuevos lugares a donde llegues!

Una experiencia interesante

Es probable que cerca del lugar en donde vives haya algún sitio que despierte tu interés. O es posible que simplemente te decidas a salir, como si fueras turista, y te vayas por zonas que jamás has recorrido o en las que has pasado de largo. Nunca sabes lo que vas a encontrar.

En un mundo tan globalizado y en el que se puede viajar prácticamente a cualquier rincón del planeta, la alternativa de ser un turista en tu propia ciudad resulta original. Solo hay que poner a prueba la creatividad y empezar a mirar el entorno con otros ojos. En compañía o solitario, puede resultar una experiencia inolvidable.