Turismo en Avignon, vacaciones de ensueño
Hacer turismo en Avignon es una idea estupenda para aquel que quiera disfrutar de una de las más interesantes ciudades del sur de Francia. Esta es una urbe con monumentos muy atractivos que plasman su relevante historia.
Y no solo eso. Sobre todo, estamos hablando de una ciudad muy acogedora que tiene a gala saber vivir, gozar de su buen clima y de la buena mesa. ¿Y a quién no le apetece gozar de semejantes cosas? Te invitamos a descubrirla.
Cómo llegar a Avignon
Hoy en día, llegar hasta Avignon es muy sencillo. Si se hace por carretera, las autopistas que recorren el Mediodía francés convergen en esta ciudad. Y lo mismo puede decirse las vías de ferrocarril, sobre todo del tren de alta velocidad.
Por esta magnífica comunicación, no hay excusa para no hacer turismo en Avignon. Hasta esta ciudad se llega cómodamente desde España, desde París, Lyon, Marsella e incluso desde el norte de Italia.
Las razones para hacer turismo en Avignon
Esa condición de cruce de caminos es la razón del actual incremento del turismo en Avignon, pero también fue el motivo para su desarrollo histórico. Un desarrollo que hoy podemos descubrir en sus monumentos más insignes:
El Palacio de los Papas
El gran atractivo monumental del turismo en Avignon es su increíble Palacio de los Papas. Una construcción que, como os podéis, imaginar fue la corte papal. De hecho, durante gran parte del siglo XIV aquí vivieron los papas y gobernaron la cristiandad.
Cuando se decidió que la sede papal regresara a Roma, aquí se quedaron los antipapas, que durante un tiempo litigaron con el Sumo Pontífice romano.
Hoy en día podemos visitar un castillo gótico que, en realidad, es un palacio, pese a su aspecto de fortaleza. Este es uno de esos edificios por los que uno siente que pasea por la historia.
Además, tiene un interesante museo de arte que nadie debería perderse. No es el único vínculo artístico de este castillo, ya que en sus patios se celebran algunas de las representaciones más interesantes de su famoso Festival Internacional de Teatro, que se celebra en verano.
La plaza del Palacio
Cualquiera que haga turismo en Avignon va directo al castillo de los Papas, pero no es la única cosa que hay que ver en la ciudad. De hecho, frente a su fachada se abre la hermosa plaza de Palacio. Aquí se levantan edificaciones tan atractivas como la catedral de Notre Dame des Doms, de orígenes románicos.
También verás dos palacios espectaculares. Uno es el Palacio de las Monedas de recargado aspecto barroco. Y el otro es el Petit Palace, la que fuera antaño la residencia de los arzobispos de esta ciudad de la Provenza.
El puente de Saint Benezet, icono del turismo en Avignon
Avignon está bañada por el río Ródano. Este es uno de los cursos de agua más importantes del sur de Francia y a estas alturas de su trayecto tiene un cauce de considerable anchura.
Para salvarlo, antes solo había un grandioso puente del que hoy solo nos una parte. Es el puente de Saint Benezet, cuya tramada fue derruida por una de las habituales riadas del Ródano. Esas arcadas que no llegan hasta la otra orilla son una de las estampas más fotografiadas por todo aquel que hace turismo en Avignon.
Este no es solo un lugar hermoso que todo el mundo visita. Además, tiene su propia leyenda e incluso una famosa canción que conoce gran parte de la población francesa.
La plaza del Reloj
Otro de los lugares habituales que recorre el visitante que hace turismo en Avignon es su acogedora plaza del Reloj. Aquí nos espera el espacio urbano más animado de la ciudad, donde es obligado sentarse en sus terrazas a tomar algo o a comer y disfrutar del ambiente local.
La calle de los Tintoreros
Muy cerca de allí está la calle adoquinada de los Tintoreros, una de las más encantadoras de toda la urbe provenzal. Y por ella podemos ver los cursos de agua de la Sorgue, en la que aparecen unas espectaculares norias que nos hablan de las tradiciones locales.
Llevarse un recuerdo de la jornada de turismo en Avignon
En definitiva, hacer turismo en Avignon ha de ser una actividad pausada. Dándonos tiempo para pasear y sentir el pulso de la ciudad. Solo así se puede captar todo su encanto provenzal.
Y desde luego, una vez que nos ha cautivado, querremos llevarnos algún recuerdo de semejante lugar a nuestra casa. Para eso, nada como recorrer la zona céntrica peatonal y comprar algún jabón, lavanda, cerámica o los textiles típicos de esta región.