Ruinas virtuales para reconstruir el palacio de Nerón
Era el siglo XV cuando un hombre que caminaba distraído por Roma cayó en un agujero. Se rompió una pierna pero “compensó”: había descubierto un antiguo palacio de Nerón que estaba en ruinas y en el que había decenas de impresionantes frescos.
La voz se fue corriendo y artistas provenientes de todas partes de Italia se acercaban a contemplar semejante maravilla. Tal era su importancia que sirvió de inspiración para muchos artistas renacentistas. Creó un estilo pictórico propio, el grutesco, y posteriormente un adjetivo, grotesco.
Rafael Sanzio fue uno de los artistas que se dejó maravillar e influir por el palacio de Nerón. Aunque calificó la experiencia como agridulce. Decía que se veían los huesos y la carne, pero le faltaba la piel.
La piel del palacio de Nerón
Esa piel de la que hablaba Rafael ahora tenemos la suerte de poderla contemplar. No porque se haya reconstruido o restaurado, sino por algo mucho más moderno: el videomapping. A través de un casco que se colocan los visitantes se ve lo que un día fue ese palacio.
La gruta se convierte en realidad y el palacio vuelve a ser palacio. Además, se proyectan sobre las ruinas imágenes del antiguo esplendor de esa residencia y se dibuja lo que pudo ser la vida allí.
Supone una auténtica inmersión en la Domus Aurea original. Y por si fuera poco, la visita es guiada por un arqueólogo, que permite acercarnos aun más a la estructura original.
“Ahora por fin puedo empezar a vivir como un ser humano.”
-Frase de Nerón al trasladarse a su palacio-
Un poco de historia: el damnatio memoriae
Con este término se conocía a la condena que imponía el Imperio a la memoria de personas que habían tenido conductas especialmente despreciables. La condena consistía en eliminar todo recuerdo que quedase de esa persona tras su muerte.
Con Nerón no ocurrió algo muy diferente, ya que estaba enemistado con el Senado y se le acusó (algunos creen que injustamente) de quemar Roma. Cuando murió, desapareció todo recuerdo.
Se borró su nombre de las monedas y de los monumentos y se sepultó su obra magna: la Domus Aurea, que hoy se encuentra a unos 10 metros bajo tierra. El Coliseo cubrió el lago artificial de sus jardines.
Hubo más. Robaron el nombre a la estatua que presidía la residencia, el Coloso de Nerón, que fue derribada. Y los salones fueron expoliados y enterrados bajo las termas de Trajano. En definitiva, se hizo todo lo posible para que la figura de Nerón desapareciese de la memoria romana.
Y se logró el olvido, al menos hasta el Renacimiento, cuando un hombre se rompió una pierna y encontró sus restos. Esta puede ser la explicación por la cual la enorme casa de Nerón, una de las más impresionantes de la época, no goza de la importancia, fama y reconocimiento que merece.
El proyecto para ver las ruinas del palacio
Este es un proyecto desarrollado por el ministerio de cultura italiano e impulsado por la fundación COOP Cultura. Ha costado unos 300.000 euros, y cumple tres requisitos: garantizar la inmersión del espectador en la visita, la precisión histórica y el menor impacto posible del turismo sobre el edificio.
Esta iniciativa está incluida en una mucho más ambiciosa, si cabe: la actualización de las principales ruinas arqueológicas de Roma. Se comenzó en 2014 con las proyecciones y el videomapping en el Foro de Augusto (aunque solo en los meses de verano). Después fueron los de César y Trajano.
Visitar la Domus Aurea
Si deseas conocer la Domus Aurea durante tu visita a la capital italiana, apunta estos detalles:
- La Domus Aurea se sitúa en Via della Domus Aurea, justo al lado del conocídimo y obligatorio Coliseo.
- Solo podrás visitarla con una visita guiada y previamente habrás tenido que reservarla. Solo podrás hacerlo los fines de semana.
- La visita dura aproximadamente 75 minutos.
- La entrada cuesta 18 euros. Los niños que no hayan cumplido 2 euros entran gratis. Los que tengan entre 2 y 6 deberán pagar 1,60 euros.
- El lugar es especialmente húmedo, por lo que se recomienda llevar zapatos cómodos y que no resbalen, así como cortavientos o chubasqueros.
Ya lo sabes, si más que ver la historia de Roma quieres vivirla, esta visita te permite retroceder en el tiempo y admirar el palacio de Nerón en todo su esplendor.