Riversleigh y los mamíferos fósiles australianos
El enorme depósito de fósiles de Riversleigh es la mejor prueba de que la fauna en Australia siempre ha sido diferente a la del resto del mundo. Unos animales que han permanecido durante millones de años aislados y siguiendo su propia evolución.
En definitiva, Riversleigh es un maravilloso yacimiento de fósiles que estudian con pasión los investigadores. Pero si visitamos el lugar como simples turistas nos va a dar mucho que pensar. Te hablamos más de él.
Dónde está Riversleigh
Riversleigh se encuentra en el estado australiano de Queensland, pero está al sur y hacia el interior de este territorio. Más concretamente, se encuentra a más de 800 kilómetros por carretera de otras ciudades costeras que tal vez te suenen más, como Brisbane o Gold Coast.
Es decir, Riversleigh está ya en la zona árida de un país donde la vida solo es fácil estando cerca del mar, ya que el resto es un gigantesco desierto de tierras estériles. Y en gran parte, la existencia de los fósiles de Riversleigh se debe a la geografía tan dura de esta zona.
Evolución de Riversleigh
Lo primero que has de saber es que, cuando nos referimos al sitio fosilífero de Riversleigh, no estamos hablando de un paraje concreto y reducido. Todo lo contrario. El yacimiento tiene unas proporciones enormes, como siempre ocurre en Australia. Tiene una superficie aproximada de 100 km².
Esa zona es de un territorio calizo en el que durante millones de años la lluvia fue generando un complejo sistema de cuevas y cavidades subterráneas. Unos lugares idóneos para que los cadáveres de animales antiquísimos quedaran perfectamente ocultos y conservados gracias a las propiedades calcáreas del terreno.
Además, esta zona pudo tener un aspecto mucho más tropical, con abundante vegetación. Sin embargo, los cambios climáticos de eras geológicas como el Oligoceno o el Mioceno provocaron la paulatina desertificación del territorio. Algo que también ha ayudado a la conservación de los fósiles.
Se ha hallado en Riversleigh un muestrario muy amplio de animales, desde mamíferos hasta aves y reptiles, que vivieron en la zona hace unos 25 millones de años.
La fauna de Australia
Tal y como hemos dicho, la fauna australiana es distinta a la del resto del mundo. El ejemplo más paradigmático son sus marsupiales, como el canguro o el koala, pero hay otros más.
Y en Riversleigh podemos ver sus antecedentes en especies ya extintas. Así que se trata de un lugar de enorme interés para la ciencia. De hecho, está declarado desde hace décadas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los animales de Riversleigh
La variedad de restos fósiles de Riversleigh es muy amplia. Han aparecido los restos de un buen número de mamíferos característicos de Australia. Y también los científicos han descubierto los restos de varias aves y de reptiles. Es decir, un panorama de lo más completo.
Los mamíferos
Especialmente interesantes son los restos de mamíferos. En ellos se pueden distinguir los dos tipos de mamíferos habituales en esta gigantesca isla que también es un continente. Hablamos de mamíferos placentarios y los marsupiales.
Entre los placentarios están los murciélagos, los únicos con placenta junto a las ratas, que son autóctonos de Australia (los dingos llegarían más tarde).
El resto son marsupiales. En Riversleigh se ven no solo los antecedentes de los canguros y koalas. Con este tipo de crianza también se identifican el león marsupial, el tigre de Tasmania, especies de osos y algún otro animal prehistórico del que no se tenía constancia antes.
Las aves y reptiles
Lo más apasionante para los investigadores han sido los fósiles de mamíferos. Pero hay más vertebrados interesantes, tanto aves como reptiles. Han aparecido desde los restos de serpientes ya desparecidas a cocodrilos antiguos, por no hablar de aves que tampoco existen ya en nuestros días, tanto voladoras como no.
En definitiva, que Riversleigh nos propone un viaje al pasado más remoto de Australia. Un tiempo en el que todo era diferente, el paisaje, la fauna y la relación del hombre con la naturaleza. Solo por reflexionar sobre esas cuestiones ya merece la pena conocer este lugar.
Fotografía principal: Jared Yeh / Flickr.com