4 rincones de Estrasburgo que no debes pasar por alto
Estrasburgo es la preciosa capital de la región de Alsacia. Caracterizada por su bella arquitectura medieval y por los canales que la atraviesan, está unida por un puente con la ciudad alemana de Kehl. Esta proximidad al país vecino y su historia hacen que sea considerada mitad francesa mitad alemana. A continuación te mostramos los rincones de Estrasburgo más encantadores.
Rincones de Estrasburgo imprescindibles
1. La Gran Isla
La isla, en el río Ill, alberga el centro histórico y muchos de los rincones de Estrasburgo más significativos. Debido a su cuidado aspecto medieval, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Aquí se encuentra el principal tesoro de la ciudad: la catedral de Notre Dame, de estilo gótico y construida en el siglo XV. De su exterior destaca la torre de 142 metros y en su interior, el reloj astronómico.
La Gran Isla cuenta con otros edificios de interés, como la Casa Kammerzell, con una preciosa fachada decorada con entramados; o el Palacio de Rohan, antigua residencia episcopal que a día de hoy acoge tres museos: el Arqueológico, el de Artes Decorativas y el de Bellas Artes.
También en La Gran Isla está la Plaza Kléber, la más grande de la ciudad de Estrasburgo. La plaza, que toma su nombre del general Jean-Baptiste Kléber, es, además, el corazón del área comercial. En ella se ubican la estatua de Kléber y el edificio Aubette.
Por último, habría que hablar de los Puentes Cubiertos, dominados por cuatro torres del siglo XIV, vestigios de las antiguas murallas. Tenían cubiertas de madera y, a pesar de que desaparecieron en el siglo XVIII, el nombre de los Puentes Cubiertos ha seguido prevaleciendo.
2. La Petite France
Aunque está situado en el centro histórico, requiere mención aparte. Se trata de un barrio tranquilo atravesado por canales y esclusas. En él se alzan casas de lo más coloridas con entramados de madera de los siglos XVI y XVII, dando forma a uno de los rincones de Estrasburgo más bonitos.
Antiguamente era un barrio de pescadores, molineros y curtidores. En la actualidad se ha llenado de restaurantes donde poder degustar el chucrut, comida típica de la región, consistente en hojas de repollo fermentadas en agua con sal. Estas suelen acompañarse con salchichas y otros ingredientes.
3. Barrio Alemán o Imperial
Desde 1880 y hasta la Primera Guerra Mundial, con la anexión de Alsacia-Lorena, las autoridades alemanas triplicaron la superficie de Estrasburgo mediante la construcción del Barrio Alemán o Imperial. Este se conoce como Neustadt (ciudad nueva) y está considerado uno de los mejores testimonios de la arquitectura y del urbanismo del Imperio alemán.
Uno de los atractivos del barrio es el Parque de L’Orangerie, el más antiguo de Estrasburgo. Destaca por la belleza de sus zonas verdes, fuentes, estatuas y del gran lago que alberga, pero también por la gran cantidad de posibilidades que ofrece.
Los más pequeños pueden disfrutar del minizoológico y zonas de juegos. Mientras, los mayores pueden acudir a las exposiciones que acoge el Pabellón Joséphine; saborear la rica gastronomía que sirve el restaurante La Buerehiesel, una bonita casa con entramados de madera; y jugar al billar o a los bolos.
El otro gran reclamo es la Plaza de la República, flanqueada por el Palacio del Rhin, antiguo palacio imperial; la Biblioteca Nacional y Universitaria, que es la segunda más grande de Francia; el Teatro Nacional de Estrasburgo, la Delegación del Gobierno y la Dirección de Finanzas.
Además de estos majestuosos edificios, en el centro de la plaza se encuentra una estatua que homenajea a los muertos por Francia en las guerras del siglo pasado. Se trata de una mujer que llora a sus dos hijos sin vida, uno del bando francés y otro, del alemán.
“Las ciudades son como una piedra con la que uno choca, y el resultado de ese choque es lo que llevas por dentro”.
-Santiago Gamboa-
4. Barrio Europeo
Estrasburgo tiene un papel fundamental en los asuntos legislativos y de infraestructura de la Unión Europea. Es la sede de instituciones tan importantes como el Parlamento Europeo, el Eurocuerpo, la Europol, la Comisión Central para la Navegación del Rhin y la Corte Europea de los Derechos Humanos, entre otras muchas.
Todos estos edificios están concentrados al norte de la ciudad, en el llamado Barrio Europeo. Este se ha visto favorecido por una intensa intervención urbanística durante los últimos años, impulsada precisamente por la construcción de las infraestructuras de la Unión Europea. Por ello, está plagado de edificios de arquitectura moderna.